Nota: Escuchar la canción casi después del separador: ***
MIA
—Cálmate, Mia. Todo va a estar bien.
—Estoy tranquila.
—No es cierto. Has estado moviéndote en el asiento todo el tiempo.
Miro de reojo a Hillary quien sonríe como si tuviera razón. Bueno, si la tiene.
—Bien, tú ganas —dejo caer mis manos en mis piernas. Mi cuerpo se desliza un poco por el asiento copiloto. —Estoy nerviosa. —admito— Es la primera vez que buscaré trabajo. Tengo miedo de que no me acepten.
—Lo harán.
—¿Por qué estás tan segura? No sé hacer nada.
Disminuye la velocidad del auto para lanzarme una mirada optimista. La envidio por tener esa confianza que a mí me falta, y también la adoro por creer en mí y darme ánimos.
—Tus ganas de salir adelante es una buena impresión. Dice mucho de ti ¿sabes? No todos están dispuestos a asumir estos retos, eso requiere de mucho valor. Te contaré mi experiencia. —comienza. La miro atentamente esperando que empiece— Cuando llegué aquí era igual que tú. En mi casa, mamá solía hacerlo todo. Mi hermano y yo nunca movimos un dedo. Venir aquí fue un golpe de realidad, estaba sola y debía aprender básicamente todo porque nadie estaría ahí para ayudarme, al menos no gratis. Fue muy difícil, hubo varios momentos en los que quería rendirme, mandar todo al demonio y volver a casa.
—¿Pero...? —divago.
—Tenía a Anna. —sonríe— Y ella nunca dejó de animarme.
Yo también sonrió. Estoy muy segura que Anna es ese tipo de amigas que nunca dejaría que te caigas, pero si lo haces sería la primera en levantarte y empujarte a seguir.
—Después de tanto busca, conseguí trabajo en este restaurante. —prosigue— Te juro que era muy torpe al principio. Cielos, tomaba mal las órdenes, las confundía... era un desastre total. —suelta una risita. Probablemente ahora lo recuerde con humor. —Me tuvieron mucha paciencia y me propuse a mejorar con cada error. Y lo logré.
—Pero no soy como tú, Hillary —suspiro pesadamente.
—No necesitas ser como yo para seguir adelante. Es cuestión de voluntad y esfuerzo. La única que se pone los límites eres tú, y eres la única que puedes superarlos. La elección es tuya.
Sus palabras alteran mi corazón y mi mente.
Tiene razón. Revisando algunos sucesos de mi vida puedo darme cuenta que yo tuve el poder para dirigir esas decisiones a donde quería. Es decisión mía lograrlo. Me niego a permitir que mi pasado me derrumbe. Tengo que creer en mí y que puedo superar cualquier y obtener lo que quiero.
Y conseguiré ese trabajo a como dé lugar.
—Gracias, Hillary. —le sonrío.
El resto del camino se dedica a hacerme una pequeña guía de las calles y las líneas de autobuses y del metro. Me entrega sus antiguas tarjetas de pase para que las use a partir de mañana. Posiblemente trabajemos juntas, pero a veces llevan a Hillary con un grupo de meseros a un evento para que atiendan, así que a veces tendré que volverme sola.
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PROTEGIDA POR EL ALFA ©
Fantasy«Adentrarse a ese mundo será su salvación o perdición.» *** Tras huir de su tormentoso pasado, Mia Walker iniciará una nueva vida en Chicago pero es...