10| Medianoche

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Al llegar al restaurante, escogimos una mesa, que según el camarero, tenía la mejor vista. Al sentarnos, Nick jaló mi silla para que tomara asiento, gesto que me pareció caballeroso. Quedamos sentados uno frente del otro.

Admito que me encontraba un poco nerviosa, ahora al tenerlo justo al frente no sabía de qué hablar.

-Es una noche hermosa. -dice de repente, rompiendo el silencio.

-Es verdad. -concuerdo. En mi cabeza, traté de buscar una multitud de temas sobre qué hablar pero nada se me ocurría, hasta que luego recordé- ¿Qué hiciste después que llegamos al hotel?

Nick al principio no dijo nada más que revolverse incómodo en su silla, supongo que lo hice sentir mal debido al pequeño problema que tuvimos. Después vi que se aclaró la garganta antes de responder.

-No mucho... Solo di un paseo. -dijo- Por cierto, lamento haberte dejado sola. Se supone que ambos debemos disfrutar del hotel.

-No te preocupes -le sonreí, se veía que realmente lo sentía- Ya estamos disfrutándolo.

-¿Y cuándo comienzas la universidad? -pregunta cambiando de tema.

-¡Oh! Ya en dos semanas.

-Eso es genial, espero que te vaya bien. Y si necesitas algo, no dudes en decirme.

-Gracias. -agradecí tímidamente. Luego mi amigo llegó a mi mente y decidí hablar sobre ella- ¿Cuándo crees que vendrá Chloe?

-Ni idea, pero de seguro el próximo mes. -dice- El modelaje puede exigir demasiado.

Asentí recordando que Nick y Chloe se conocieron gracias a que llegaron a modelar juntos varias veces.

En eso llegó el mesero a tomar nuestra orden. Nick pidió una langosta y yo un salmón a la plancha. El restaurante que elegimos tenía temática sobre comidas del mar. De beber, pedimos un vino blanco para acompañar.

Después de tomar nuestra orden, el mesero nos trajo el vino y con ello unas ostras de entrada. Al ver las ostras, me sentía un poco asqueada, la verdad es que nunca las he comido y su aspecto gelatinoso y baboso no se me apetecía.

-¿Has comido de esas alguna vez? -La voz de Nick me hace salir de mis pensamientos- Te ves un poco asqueada.

Me siento un poco avergonzada al saber que lo notó.

-No las he comido, la verdad se ven un poco extraño.

-Es cierto, pero saben bastante bien. -Me dice- Vamos, te enseñaré cómo se come.

-Está bien. -acepto, no muy convencida.

-Toma una. -ordena y eso hago- Ahora toma un limón.

-¿Para qué?

-Están vivas. El limón es para matarlas y darles sabor.

-¡¿Están vivas?! -exclamo casi gritando. Nick lucha para contener la risa- Lo siento...

-Se comen vivas, si no, la masa se dañaría bastante rápido y ya no serían aptas para consumo.

-Qué horror. -susurro. Nick vuelve a reír, al parecer me escuchó.

-Échale el limón -me dice y con cuidado agarro un limón y lo exprimo- Ahora succiona la masa rápidamente. Como si lo fueras a tomar. ¡Pero no la mastiques!

-Está bien... -después de echar el limón, acerco la ostra a mi boca y me tomo la masa, justo como me indicó Nick.

-¿Qué tal? ¿Te gustó?

Novia Por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora