18|La discusión

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— ¡Un capuchino, por favor! —pidió el joven frente a mí.

— ¡En seguida! —Contesté y le llevé la orden a Ben quien está encargado de la barra— Ben, un capuchino.

—Claro, amor. —Solté una risita tonta al escuchar eso y volví a mi trabajo.

Ben le sirvió el café al chico y cobré el pedido. Solo faltaban 20 minutos para que cerremos. Ya solo quedaban dos mesas disponibles así que tomé un paño y fui a limpiar las que ya estaba vacías. Al irse los clientes que quedaban, terminé de pasarle a las mesas que usaron y volví detrás de la barra a lavarme las manos y recoger mis cosas.

— ¿Quieres que te lleve a casa? —Pregunta Ben— Podemos ir a comer algo en el camino.

Asentí con una sonrisa.

En eso sentí mi teléfono vibrar y vi que era una llamada de Nick, no nos hemos visto ya que he estado evitando que vaya a por mí a la universidad. Solo hablamos por teléfono en par de ocasiones pero solo cuando llego a casa. Trato de evitar sus llamadas cada vez que estoy con Ben. Me hace sentir mal pues siento que les estoy mintiendo a ambos pero tengo derecho a ser feliz. El solo recordar las veces que Nick estaba con otras chicas cuando salimos me hace olvidar toda pizca de culpabilidad.

Tomé mis cosas para luego Ben y yo salir tomados de las manos. Fuimos hasta su auto y en el camino sentí como si alguien estuviera observando pero al girar la cabeza y buscar con la mirada no encontré nada por lo que deshice esa idea en mi cabeza.
Ben abrió la puerta delantera para mí y subí, al subir él encendió la radio y una canción de The Ramones empezó a sonar.

— ¿Que te gustaría comer? —Pregunta— ¿Pizza? ¿Hamburguesas? ¿Pollo frito?

— ¿Pollo frito? —Pregunto de vuelta, Ben asiente con una sonrisa de lado mientras conduce— Suena bien, vayamos por pollo.

Al llegar el restaurante de pollo, nos sentamos en una mesa y pedimos un gran tazón de muslos de pollo y pechuga junto con papas fritas. Al llegar era demasiada comida y el olor me hizo agua la boca.

— ¡Huele tan rico! —exclamo fascinada al ver tanto pollo. Ben toma un muslo y me lo pasa. Río al verlo y empezamos a comer.

Mientras cenamos, charlamos de muchas cosas. Le conté sobre Chloe, como nos conocimos y el pequeño pueblo de dónde crecimos. En eso me di cuenta de lo mucho que extrañaba a mi amiga y cuando deseo verla. Prometí que en cuanto llegara a casa le llamaría.

(...)

Ben me acompañó hasta la puerta de mi apartamento y me dio un pequeño beso en la frente a modo de despedida. Solté una risita así que lo tomé del cuello de su abrigo y lo hale hasta a mi juntando nuestros labios en un beso. Era extraño, sentía que podría besarlo un día entero y nunca me cansaría. Estar con Ben me recordaba lo hermoso que podía ser el amor si estás con la persona adecuada.

—Ya me tengo que ir. —Susurra entre mis labios— Pero no quiero irme.

Suelto otra risa y le sigo besando. —No quiero que te vayas. Quédate.

Ben separa nuestros labios y me mira directamente a los ojos, como si estuviera preguntando que si realmente podría quedarse.

— ¿Puedo...?

—Si. —Vuelvo a juntar nuestros labios y entramos al apartamento.

Caminamos hasta mi habitación y me dejo caer en mi cama con Ben aproximándose hacía mí. Al llegar acaricio su cabello, el tacto suave en mis manos. Sus besos dejan mis labios y bajan hasta mi cuello, el contacto me hace cosquillas así que lo abrazo apegándolo más a mí. Seguimos besándonos apasionadamente y cada vez más rápido hasta que me levanto de la cama y apago la luz de mi habitación para seguir en lo nuestro.

Novia Por ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora