Capítulo 6

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Alexander ni yo nos atrevimos a interrumpir el silencio incómodo en el auto. Nicolás está en el volante y en el transcurso a la casa no abrió su boca ni para hacer desaparecer la tensión con algunos de sus chistes de mal gusto.

-Alexander, entra, las llaves están en el bolsillo de tu pantalón.

Apenas ordenó, Alexander se bajó del auto, hasta que encontró cual era la llave para abrir la puerta y entró al departamento, Nicolás habló conmigo.

-Y a ti te quiero callada.

Así lo hice. Me mantuve en mi asiento jugando con la tela de mi vestido vaquero de manga larga que tenía puesto desde el día anterior, no valía la pena arriesgarme a hacerlo explotar.

-¿Sigues consumiendo, Nicolás? -si no vamos a hablar del tema de Alexander por lo menos intentaría cambiar de tema para distraerlo- Odio que lo que vaya a decir parezca que me importas, pero creo que es necesario que lo escuches de alguien.

-Aun siendo la única mujer que ha estado a mi lado por más de dos días, me decepciona que la pregunta que quieras hacerme a mí sea sobre mis vicios, te quedaste corta -Nicolás extendió su mano para abrir el compartimento del copiloto y sacar una caja de sus preciados cigarrillos- Ya sé que he sido un desgraciado, pero esto es una putada a todo lo que he hecho para tener la conciencia limpia y por fin morirme sin que me molesten.

Puso un cigarrillo en su boca, se volteó hacia mí y yo entendí lo que quería, me estiré para sacar del compartimiento del copiloto un encendedor que siempre dejaba para momentos como este y le ayudé a prender su cigarrillo.

-Te voy a decir algo, Selene. Si quieres tómalo como una mentira, me da igual, ya sabes lo que dicen: "Los niños, los marihuanos y los borrachos siempre dicen la verdad" -inhaló una gran bocanada y dejó que el humo se escapara en sus fosas nasales-Alexander es el mayor de los dos, pero siempre fue un cobarde, un maldito cobarde que ni siquiera se atrevió a decirle desde el principio a nuestro padre que nuestra madre lo usaba como saco de box y que además, me arrastró a ser su cómplice, ¿sabes cuál era mi único trabajo?, decirle a nuestro padre que él tenía razón, que siempre era un accidente.

Inhaló profundamente y junto con un gemido placentero sacó todo el humo de sus pulmones.

-Alexander aun cuando se le veía en su rostro lo destrozado que estaba, siguió con su vida como si nada -dijo Nicolás- Ese maldito impostor con el que estuve viviendo, le confesó toda la mierda que guardaba Alexander a su hermano pequeño, porque él sabía que su lugar como el menor era obedecerlo. Así lo mantuvo hasta que ya no fue más un niño idiota, ya no fue más su títere y se dio cuenta de todo lo que ella le estaba haciendo.

Aproveché que estaba hablando para pasarme al lugar del copiloto mientras intentaba proteger mi pobre nariz de ese olor repugnante que estaba acumulándose.

-Le abrí los ojos a mi padre, yo tomé el cargo de hermano mayor, pero después supe que todo eso había sido un plan de él para sacarlo de ese infierno a costa mía -Nicolás inhaló el último bocado de su colilla de cigarrillo. Abrió la ventana a la mitad y lo tiró afuera- Desde ahí prometí que no volvería a dejar que me trataran como su trapo de lamentos.

-Nunca voy a entender su lógica de cariño, amor y odio, pero quiero pensar que hiciste una buena acción porque te nació de...tu...he...de ti, digamos que de ti -me tragué las ganas de encararle mi sorpresa por su cambio de actitud en el consultorio- ¿Cómo murió tu madre?

-Ella no murió.

-¿No?, es que siempre hablan de ella como si estuviera...

Nicolás bajó más la ventana completamente para que fuera saliéndose el humo y antes de que me diera cuenta, él me acorraló.

Tempus Fugit [#2 Saga Willow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora