Tempus Fugit [#2 Saga Willow]

Capítulo 14

-Sigo diciendo que tu padre no va a aceptarme en su casa.

-Tiene que aceptarte si es que quieres mi ayuda, Amanda.

-Ayer le pregunté a Mar y a mi padre que qué harían si me ofrecieran un trabajo y tuviera que irme. Dijeron que ellos mismos me ayudarían a hacer mis maletas -Amanda contó en un tono entre irónico y doloroso. Debía de ser decepcionante que tu familia no tuviera ni la más mínima sensibilidad contigo- Espero puedas convencer a tu padre porque si no tendré que dormir en la calle.

-Mi papá es un buen hombre. Créeme que cuando alguien necesita ayuda y más si es amiga mía, ayudará, aunque sea de Willow -sonreí, pero por dentro estoy llena de dudas- Solo...muestra arrepentimiento, porque lo tienes, ¿no?

Por supuesto que ella aún con toda la mierda que tiene encima no se arrepiente de su vida loca, por algo no hace nada para no tomar tu oferta.

-¡Selene! -sin esperármelo, Abrahms jaló suavemente mi vestido formal largo de línea con cinturón color borgoña- ¡Por fin le gané al tío Raph en su juego!

¡¿No se supone que estás en la casa con tu tío?!

-¿Abrahms? -miré sin creerme que mi hijo estuviera aquí- ¿Pero en dónde está Raph?

-Dijo que tenía que hacer algo -me sonrió y luego miró a Amanda- ¿Quién es esa señora?

-Ufff...la palabra señora es como decirme vieja y si me estás diciendo vieja a mí, le estás diciendo vieja a Selene. Tenemos la misma edad -Amanda rio- Ella me está ayudando a encontrar trabajo, nos conocemos desde la secundaria, éramos compañeras.

Abrahms se limitó a esconderse detrás de mí.

-Tienes un lindo hijo. Sin ese color de ojos raros, se parecería a Nicolás.

-Sus ojos no son raros, son hermosos, Amanda -dije con una voz tensa al darme cuenta de que Amanda pensaba que yo...bueno, hasta pensarlo es ridículo- Y no necesito que se parezca a Nicolás o a Alexander, él sigue siendo mi hijo.

-No quise decir eso... -sus nervios se hicieron notar- Solo quería hacer un cumplido.

-¡Ni que fuera un maldito inútil como tú! -interrumpió mi padre al abrir la puerta. Atrás de él está Christian discutiendo- ¡Me puedes explicar Selene que ca...!

Antes de que pudiera terminar esa frase, mi padre miró a Abrahms. Mi hijo se lanzó a abrazar a su abuelo haciendo que el mal humor de su abuelo se esfumara y lo cargara en sus brazos.

-¡Mira nada más! ¡Dejo de verlo unos cuantos días y ya parece un gigante! -mi padre lo elogió- Te tengo un regalo para ti en la cocina, ve a buscarlo mientras saludo a tu mamá.

Abrahms obedeció y salió corriendo con Christian a buscar su regalo.

-A ver, tú tienes que explicarme cómo es eso de que vas a contratarme a una chica que me ayude en la casa-cruzó sus brazos. Oh no, va a ponerse duro ahora- ¡Yo he podido cuidarme solito! ¡Ya no tengo edad para una niñera!

-Señor, mi nombre es Amanda Hollowk -Amanda estiró su mano, pero mi padre solo la observó con ojos juzgadores- Yo conozco a su hija desde la secundaria, ella y yo no hemos acordado nada, de hecho, por lo que nos citó aquí a mí y a el señor Christian es para poder establecer mis trabajos en su casa y con usted. No se precipite y deje que Selene le explique mejor.

Mi padre se quedó mirando a Amanda, suspiró y entró a la casa dejando la puerta abierta.

Tres horas más tarde, el pobre de Christian tenía su mano acalambrada por las varias correcciones que impuso mi padre en cada párrafo que terminaba de leer.