Capítulo 11. Encierro.

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--¡aléjate!--grito al mismo tiempo que soltaba un golpe, pero había olvidado algo muy importante, su adversario era un oficial de policía experto en detener criminales. Rápidamente lo tomó de la muñeca para detener el puño del chico rubio, se mostro serio, pero posteriormente una sonrisa se formo en sus labios.
--no me sorprende--rio un poco y lo jalo para poder besarlo.

Nunca pensó que situaciones así pudieran existir en la vida real, jamás lo imaginó. Se encontraba entre los brazos del oficial quien cada vez lo pegaba más y más a su cuerpo, lo acariciaba con aquellas manos que de alguna manera casi mágica lo hacían perderse, aquella aspera lengua entraba en su cavidad moviéndose de una manera juguetonamente salvaje.

Sanji tembló, nuevamente se perdía entre aquellos brazos.

Tuvo que tomar fuerzas para poder apartarlo de un empujón, su respiración se comenzaba a volver entrecortada por la falta de aire al mismo tiempo que su visión era borrosa, tembló un poco--¿que planeas?
--tenerte sólo para mi--le respondió simplemente el oficial como si aquello no fuera nada.
--¿¡como puedes hablar así!? ¡no puedes simplemente ir secuestrando a la gente solo porque se te da la gana! ¡es es un crimen!
--claro que no--lo interrumpió mientras sonreía de lado--, no es un crimen porque yo soy la ley.
--estas loco... ¡enfermo de poder! ¡maldita rata! ¡por tipos como tú el mundo esta como esta!
Zoro lo miro sin decir palabra alguna, se encontraba ahora con un rostro sereno, como si el rubio no se encontrará en esos momentos gritando con todas sus fuerzas.

No había escapatoria, ninguna y lo sabía a la perfección, por ello no importaba cuanto gritaba o si suplicaba incluso, entre esas cuatro paredes sería solo de él, de nadie más, solo...de él.

La lluvia que era fina en un inició comenzo a ser golpeante, cayendo cada vez más y más, la fuerza era mayor hasta que la voz del rubio era callada. Nadie jamás lo notaría, incluso si iniciaban una busqueda, nadie lo encontraría.





Había pasado cerca de mes y medio desde la desaparición de Sanji, aquello había dejado a un padre devastado quien buscaba en todos lados, pero la policía no le tenía noticias.

--lo encontraremos...
--¿¡hasta cuando!?
Zoro sonrió--nunca se sabe, este tranquilo, papá....

En esos momentos el oficial de cabellera verde estaba mostrando una segunda faceta, la cuál nadie jamás había visto. La de un mentiroso.

Arrest Rose. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora