Parte 8 maraton 1/2

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Capítulo 8: 1/2

Niall reía tanto que quería arrancarle los ojos y hacérselos tragar.

“Prometo no reír” dijo antes de contárselo.

Le había contado sobre mis “nuevos hermanos” le causo gracia, a mí no. Me trepe encima de él.

—Dijiste que no reirías—le reclamé.

Río más y su aliento a menta me cayó como una oleada de calor en el rostro.

Finnicky había ido a jugar con Sarah fútbol en el patio pero él ya sabía sobre mis nuevos hermanos que en realidad vendrían a ser mis primos.

—Oh, pero es qué en serio…—volvió a reír.

Me agarraba de la cintura y yo de su cuello.

Somos amigos así que no era nada malo. Me beso la mejilla.

—Lo siento—dijo finalmente.

Finnicky tosió y yo me levante del regazo de Niall.

—¿Y Sarah? —le pregunté.

No sé porque pero tuve esa sensación de calor por todo el cuerpo y mi rostro.

—¡Los vi! —gritó Finnicky y añadió porque yo no entendía: —Casi se besan.

Reí, fue un ataque de risa.

—¡Serán novios! —exclamo emocionado.

—Pareces una chica y Niall y yo jamás seremos novios—le avise y para que le quede claro, añadí divertida—Nunca.

Mire a Niall para que me apoye pero él sólo miraba a un punto muerto.

Finnicky negó con la cabeza.

—¿Estás bien—le pregunté.

Él asintió levemente con la cabeza.

—Creo que me tengo que ir—les avise a los dos—: ¿Seguro? ¿No necesitas nada?

Él volvió a asentir. Finnicky le daba palmaditas en el hombro, él sabía lo que le pasaba y me moleste porque se lo había contado a él y no a mí. 

¿Por qué no a los dos? 

—Bien, adiós—dije cerrando la puerta.

Travis jugaba video juegos, Sarah estaba sola jugando fútbol, Nora estaba saltando con la música rock de Melody, mientras ella sólo reía, Darwin seguía con sus audífonos, Thomas estaba leyendo su libro que había traído consigo y Harvey preguntándole cosas.

—Nos vamos—musité, nadie me prestó atención y me di cuenta de lo bajo que lo había dicho, repetí: —Nos vamos.

Papá estaba viendo fútbol y Sarah se lanzó con él en el sofá, Travis corrió a su cuarto, Mamá estaba cocinando en la cocina y Nora corrió para ayudarla, Darwin se echó en el otro sofá y cogió sus papas no acabadas y empezó a comer, Melody fue al patio, Harvey corrió atrás de Travis y Thomas fue a su cuarto a seguir leyendo su libro de medicina y yo también fui a mi cuarto.

Cuando acabé el libro de Hamlet me puse a hacer el resumen en una hoja de líneas.

Me trepe en mi cama y mire al techo cuando hube acabado también el resumen.

¿Qué le pasaba?

¿Por qué Finnicky me negó con la cabeza?

Bufé.

Fui al tercer piso y me dirigí a la habitación que decía “Chase” él ya estaba ahí.

Cuando abrió la puerta estaba en bóxers y Nina atrás vistiéndose.

Mierda.

—Lo siento—dije alzando las palmas de mis manos.

Chase asintió, no me había dado cuenta del rostro de Nina hasta que me empujo para salir.

—Entra—dijo seco.

Pase y me senté en su cama, él imito mi acto.

Miré sus poster, chicas semidesnudas y marcas de autos y de cervezas pegadas en las paredes.

***

—¿Barney?— le pregunté riendo.

—Te debería de gustar, eres más pequeña que yo —me dijo pegando su poster.

—No, no me gusta— espeté.

—Pues a mí sí— me escupió.

—Pues Barney es un cagón de mierda—le dije.

Abrió su boca tan grande que pude ver todos sus dientes de leche.

—Le diré a mamá lo que dijiste ahora —me acusó.

Bufé.

—Díselo, no cambiaré mi opinión de que Barney es un cagón pedófilo de mierda— espeté de nuevo.

—¡________! —Mamá estaba con la ropa sucia en manos, me había escuchado.

—Dice que Barney es un cagó pedófilo de mierda— me acusó Chase.

—Lo es— seguí diciendo.

—No hay postre para ti hoy— me avisó mamá.

Chase río y yo le saque la lengua.

—Pues Barney es un cagón pedófilo mal oliente de mierda— dije enfadada.

—¡Dos días! —Anunció mamá.

***

—¿Qué paso con Nina? —pregunté cuando de terminé de recordar lo de los posters de Barney.

Negó con la cabeza.

—Terminamos—me informó.

Lo mire y abrí mi boca.

—¿Pero… qué? —pregunté, confundida.

Asintió.

—Yo… simplemente quiero ir a Stanford, mi mejor amigo, no lo conoces, él es hijo del director, él me ayudará, a ti igual para que entres más rápido y cuando acabes tú colegio, los dos iremos a Stanford, yo iré a terminar mis dos años y tú a empezarlos, lo quiero así—me aviso, frunciendo el ceño y añadió: —Aunque la extrañe.

Empezaron a brotar lágrimas.

¿Pero qué mierda?

Mi corazón se apretó al escuchar que íbamos a Stanford y quería llorar y no era de felicidad.

¿Es que acaso ya no quería ir?

No, claro que quiero ir, se me aprieta el corazón y me entran ganas de llorar porque Chase se ve mal.

Sí es por eso.

Tal vez.

Abrace a mi hermano y él se puso a llorar en mi hombro mientras yo acariciaba sus cabellos.

Mi celular sonó en mi trasero e hice lo posible para cogerlo.

Best FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora