Parte 14

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Besos, caricias, mimos y cosas bonitas en el oído era todo lo que no quería pero a la vez quería.

Era lindo pero simplemente no sabía qué hacer, era inútil e inservible y miles de cosas pasaban por mi cabeza cuando él me besaba; quería parar y quería seguir, no sabía a quién contárselo; Finnicky iría corriendo donde Niall y se lo contaría, confío en Finnicky pero a él se le escapa todo aunque él no quiera e incluso entendería que quiero terminar con Niall y es lo más estúpido que alguien puede hacer; lo quiero y jamás terminaría con él.

“Él va a terminar conmigo” me decía a mí misma.

Yo hacía todo lo que él hacía, me besaba, le devolvía el beso, me acariciaba; a veces se los devolvía, cosas bonitas al oído; no, era algo… me sonrojaría totalmente, decirle a alguien cosas bonitas al oído era embarazoso.

No podía sobrellevar esto pero lo intento, lo intento, lo intento.

—Travis—grito de manera horrorosa al ver el video juego de Chase roto.

Chase nos matará.

Seguramente Travis me sobornará o cualquiera que lo haya roto y cuando Chase venga de vacaciones por navidad, que se acercan, me extorsionará… de hecho a todos, hasta que le digamos quien fue o el culpable asuma su cargo.

—¿Qué? —pregunta bajando las escaleras.

Lo miro y luego miro al videojuego.

—Oh—soltó aire: —Sí, se lo rompí, mañana le compro otro.

Como sí nada, sí claro.

Iba a subir.

—¡Idiota! Sí quieres comprar otro tienes que largarte a Estados Unidos, aquí todavía no llega—le digo burlona y enfadada al mismo tiempo.

Tenía muchos problemas; no era tan cariñosa con Niall como él lo es conmigo y se supone que se va a cansar y los exámenes finales empiezan la otra semana cuando llegue Chase de vacaciones y no tengo tiempo para nada e incluso estoy dejando a Finnicky de lado.

¡Maldito Travis!

Se para en seco.

—¿Qué? —suelta sin poder creerlo.

Asiento, enfadada.

—¿Cuánto crees que tarden en traer uno de allá a aquí? —.

Hum…

—Dos semanas y… ¡Espera! Chase llega en una—digo burlándome.

Él me mira asombrado y luego burlón.

—También fue tu culpa—dice riendo por lo bajo.

Abro mi boca para protesta.

¡Eso es mentira! Una estúpida mentira.

—Jamás dañe o toco esa cosa de Chase—le digo victoriosa.

Gira los ojos y hace sonar sus manos.

—Dejaste tu vaso tirado y me caí—.

Me señala mi vaso tirado y roto en el piso.

¡Santa mierda!

Hijo de puta.

—Por ciego—digo yendo a coger el teléfono.

Marco el número para comprar otro videojuego.

—Buenas tardes—contesta una chica—¿En qué puedo ayudarle?

Le digo lo del videojuego.

—Oh, claro, lamentamos decirle que están agotados hasta el otro año, son edición limitada—explica con su voz poderosamente aguda.

Mierda, quiero gritarle y decirle que me traiga uno, que se lo saque del culo pero que me lo traiga, pero lo único que me sale es:

—Claro, está bien, adiós—y cuelgo.

Miro a Travis que está ansioso.

—Están agotados—.

Se tira de cara al sillón.

—Estoy muerto—murmura.

Empiezo a farfullar cosas.

—Y yo también. ¡Maldito vaso! —.

Todas las noches desde el anterior mes desde que estoy de novia con Niall, me acuesto en mi cama siento un nudo en el estómago, no sé por qué. ¿De felicidad? ¿Presión? ¿Tristeza?

¿Y sí Niall me dejo de gustar?

Dios, no, lo quiero.

Y bueno, de hecho él está emocionado porque la próxima semana cumplimos dos meses. ¡Y no tengo ni una puta idea de que darle o que hacerle!

“Termina con él” me dice mi mente.

“Lo quiero, ¿Cómo? ¿Estás idiota?” respondo.

No dormí en casi toda la noche.

—Hola—beso mis labios.

Sonrío.

—Hola—respondo.

Mis manos empiezan a temblar y mi estómago quiere vomitar todas las mariposas que siento.

—¿Qué tal ayer? —pregunta.

Le sonrío.

—Es lunes, lo debería odiar pero no aguantaba para volver a verte—me dice sonriendo.

Mierda, mierda, mierda y empezó.

Le sonrío y su cara se arruga. 

Estoy segura de que esperaba algo parecido. No le importa y me abraza.

Es un acto raro porque siempre me pasa los brazos por los hombros y caminamos a clases pero ¿me abrazo?

“Tal vez termine contigo” me dice mi mente.

“No, ya, cállate”

—¿Estás bien? —le pregunto.

Él quita la mirada de mi cuello pero antes deposito un beso ahí.

Sus ojos están cristalizados. Me estremezco.

Cierro los ojos para cualquier cosa que suelte.

—Sí quieres terminar conmigo, hazlo—su voz se corta—Te entiendo.

Abro los ojos y lo miro como “¿Qué mierda?”

Es por eso. Por no ser cariñosa.

¡Maldita, ____!

Abro la boca pero estoy tan confundida y él sigue hablando y lloriqueando.

—No, no, de hecho, yo te quiero—suelto—¿Quieres ir al cine hoy en la tarde? Después de la preparatoria.

Él seca sus lágrimas y sonríe, empieza a dar pequeños besos en mis labios. Muchos.

—Te quiero también—murmura—. Iremos al cine.

Lo abrazo.

—Creí que te perdería—murmura en mi oído.

Niego con la cabeza y huelo su perfume.

—Jamás lo harás—.

Best FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora