Parte 21

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Fiesta, mi cabeza repetía varias veces esa palabra. No iba con un vestido un poco más arriba de las rodillas, sólo iba ropa deportiva porque mi único propósito era perdonar a Niall y que él me perdone a mí. No iba para pasarla tomando alcohol ni a drogarme para “divertirme”, iba a ser un poco feliz.

Tenía todavía las cicatrices en mi rostro ya que sólo había pasado un día desde aquel incidente, estaba nerviosa, verdaderamente me había asustado con ese imbécil. 

La multitud gritaba hacía un chico popular que tomaba tragos en grande. Chicos se besaban, otros fumaban lo que le daban a la casa un olor horrible. Busque a Niall con la mirada por encima de todas las cabeza pero no lo alcanzaba a ver.

—Chris—llame al chico popular con él que Niall se ha estado juntando un poco estos días.

Él me vio de arriba abajo.

—¿Por qué vienes vestida así? —pregunta.

¿Me conocía? Bueno, eso es genial pero criticar mi vestimenta no.

—Sí, me gusta. ¡Eh! Bueno. ¿Sabes dónde está Niall? —pregunto cambiando de tema.

Él vacila un rato para luego contestar.

—Sí, creo que en el baño. En el tercer piso—me explica.

—Gracias—digo asintiendo frenéticamente con la cabeza.

Corro hacía arriba, las escaleras son verdaderamente grandes y el calor es terrible, además de mi ropa y todas estas personas. Sin duda éste lugar está abarrotado.

Había dos baños en el tercer piso, uno: Nada, sólo un servicio, papel higiénico, un lavabo limpio, una ducha con cortinas naranjas y cepillos de dientes.

Cruzo al otro y supongo que en ese es en el que está él, la puerta no tiene seguro así que seguramente ya se tiene que haber ido. Ruedo los ojos, una intentada no hace mal a nadie.

Segura de que no abra nadie dentro, abro la puerta.

Niall sosteniéndola del trasero mientras besa su cuello. Una chica morena con labios que parece que tienen Botox. Pestañeo y en ese tiempo ellos ya me están mirando.

—Yo…—susurro—¡Lo siento tanto! ¡Yo sólo quería un baño!

Fingí una sonrisa de oreja a oreja, Niall soltó a la chica haciéndola caer de culo al piso.

—_____ yo…—intento explicarse.

¿Por qué tenía que hacerlo? Yo había terminado con él, yo no le había dado ni una oportunidad más. Él es joven, yo soy joven. ¿En qué estaba pensando?

—No, yo en serio lo siento, Niall—le digo sonriendo.

La chica ya se había levantado y sale con las mejillas rojas del lugar.

—No, es que yo… Nosotros terminamos y me sentía terrible…—.

—Sí, lo siento por eso—le digo y añado: —¿Por qué la dejas ir?

¡Santa mierda! Esto me dolía, decirle que la vaya a ver y todo eso fingiendo que no me pasa nada es de lo más horrible.

—No, yo no la quiero a ella, te quiero a ti—me dice, está exasperado, me lo dicen sus manos; como las mueve y sus ojos rojos.

—Lamento haber interrumpido eso—le digo con verdadera felicidad.

Él niega con la cabeza. Esto bajando por las escaleras cuando él me llama:

—¿Todavía podemos ser amigos? —pregunta.

Suspiro y niego con la cabeza.

—No creo que funcione—digo.

Veo cómo se pasa las manos por el cabello y luego el rostro, sus ojos se llenan de lágrimas.

Corro hacía la salida. Esto es tan triste, me hace sentir como la mierda pero él tiene que superarme y yo a él.

Subo a mi auto con la raya roja, espero no dañar este auto también por un maniático persiguiéndome.

Travis se preocupó mucho, bueno, todos lo hicieron ayer, me llevaron a un hospital para que me curen las pocas heridas del rostro y las manos. ¿Niall se habrá dado cuenta de mi espantoso rostro? Supongo que sí.

Manejo y llegó a casa, Melody se va mañana a su Universidad al igual que todos. 

Darwin, Melody, Thomas.

Subo corriendo a mi habitación para acostarme en mi cama desordenada.

—No se ve tan mal—comento Niall.

—Oh, gracias—dije sarcástica— me trae sin cuidado si no se ve mal.

—Tranquila, gruñona—bromeo.

—Gruñona tu abuela—espeté.

—Nos vemos en el café a las tres—dijo.

—Seguro—grite.

—Tranquila no te emociones tanto—bromeo.

Solloce. ¿Cómo pudimos llegar a esto?

Estaba sola. Me sentía sola. Tenía que superar esto. 

Pase las manos por mi cabello y solloce más fuerte, empecé a tirar las cosas de mi habitación.

Un ataque de rabia.

Verlo a él tocar su trasero, como le besaba el cuello. 

Grito.

Paso nuevamente las manos por mi cabello para luego estas bajen por mi rostro secando las lágrimas, suelto una carcajada triste.

La puerta se abre bruscamente para dejar ver a Finnicky preocupado. Corre a abrazarme.

—¿Estás bien? —pregunta.

Niego con la cabeza mientras sollozo.

—No—.

Acaricia mi cabello.

—Lo siento—responde.

—Yo también—susurro con la voz entrecortada abrazándolo más.

Best FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora