Parte 13

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Lo lleve a su casa, seguía sollozando mientras me abrazaba.

—¿Qué te paso? —le pregunto.

Él sólo niega con la cabeza.

—Lo siento, es que le prometí a los del…—sollozo nuevamente.

En realidad, odiaba verlo así, realmente lo hago.

—No llores—digo secándole las lágrimas.

Él me sonríe, triste.

—Yo en serio lo siento, bueno—se atraganto—Yo les prometí a los del equipo que estaría actuando como ellos hasta mañana por lo del partido, ya sabes.

¿Fue por eso? ¿Y por qué jodidos no nos explicó? 

—¿Lloras por eso? —le pregunte abriendo la puerta de su gran casa.

Le di una patada para que se abra del todo.

—Lloro por ti—explica.

Me quedo rígida y luego niego con la cabeza.

—Vas a dormir y mañana será como siempre—le digo sonriente.

(Bueno, sí Finnicky no arma una escena)

Él asiente.

Subimos las escaleras mientras escucho sus respiraciones entrecortadas.

Abro la puerta de su dormitorio y él se acuesta.

—¿Y tus padres? —le pregunto.

Aunque creo saber la respuesta.

—No están—dice acomodándose y mirándome.

Me pongo nerviosa. ¿Por qué justo hoy, en el que descubrí que estoy en la zona de amigo y mi hermano descubrió que soy una enferma mental?, Y me refiero a Darwin porque creí ser él.

—Adiós—me despido.

Estoy a punto de salir cuando escucho su voz ronca:

—¿No te quedas? —pregunta.

Me tenso.

—¿Por qué debería hacerlo? —murmuro volviéndome hacía él.

—¿Sigues enfadada? —pregunta.

Y por unos minutos parece que se fuera echar a llorar.

—No—respondo inmediatamente.

No quería que se ponga triste por una tontería.

—¿Te quedas? —vuelve a preguntar.

Suspiro.

—Oye, no creo que…—.

Me interrumpe.

—Por favor—pide.

Me giro y sonrío sin que me vea. Me doy la vuelta.

—Bien pero… mañana me voy y hablas con Finnicky—le digo intentando parecer seria.

Él asiente.

—¿Crees que me perdone? —pregunta suspirando.

Asiento yendo hacía él.

—Muévete—le ordene.

Ríe un poco y se hace a un lado.

Me acomodo y luego siento sus manos en mi cintura. Iba a hablarle, iba a decirle todo lo que sentía, lo que había descubierto, iba a decirle que me gustaba mucho pero preferí callarlo.

—Te quiero—dijo dando un beso en mi cabeza.

Asiento con lentitud.

—Te quiero, en serio—murmura.

Vuelvo a asentir.

Me quiere como amiga, lo sé.

—No como amiga—dijo con voz grave.

Me congele. ¡Espera! ¿Te quiero y no como amiga?

—¿Cómo tú hermana? —pregunte con voz apenas audible.

Siento como niega con la cabeza.

—Te quiero como…, te quiero, sólo te quiero por ser tú—y sé que cuando lo dice es sincero.

Vaya mierda, no podía decirle que yo también lo quería y estaba segura de que él espera un “También te quiero” o un “Sólo somos amigos”

Abrí mi boca pero no pude hablar.

—¿En serio? —.

Maldita seas, _____. ¿En serio? ¿Sólo eso?

—Bien—dijo con voz sumamente grave—Te quiero como novia.

Tenía ganas de cagarme de risa pero no era buen momento y la carcajada de ahogo con el “Yo también te quiero”

Me gire hacía él y vi su rostro palidecer.

—Esto, no…, yo—murmure viendo su pecho.

Él asintió.

Estaba tan sonrojada.

—Sé que sólo soy tú mejor amigo—dice con una mezcla de tristeza y enfado—, pero te quiero y nada va a cambiarlo.

¡Oh dios mío! Alguien puede sacar las palabras de mi boca.

Ya tenía miles de muertes en mi mente sí no llegaba a decirle “Yo también te quiero”

—Bien—susurre—, yo, sólo yo…, también, no sé, ugh, ¿Te quiero?

Bajo su mirada hacía mí, lo que me hizo sonrojar más.

—Te quiero—confesé mirándolo a los ojos.

Él sonrío de oreja a oreja.

Mierda, esto no me gusta, los noviazgos y eso.

Me beso.

Suave, cálido, Red Bull: Mezcla perfecta.

Sabía a eso, sus labios eran cálidos y perfectamente suaves.

Se puso a horcajadas sobre mí.

¡Para! ¡Para!

¡Sigue! ¡Sigue!

Mi mente parecía tener el periodo pero realmente todavía no me tocaba.

Después de varios besos volvió a ponerse en su sitio.

¡Bien!

Me miro sonriente y beso nuevamente mi cabeza, luego un corto beso en los labios.

—¿Mañana no te irás a los Estados Unidos, cierto? —pregunto.

Sentí ganas de reír. Niego con la cabeza.

—No, me quedo aquí, contigo—.

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