Camino A La Felicidad - Chriserick

Capítulo 44

Con la prisa, no me di cuenta que la puerta de la casa había quedado abierta, afortunadamente no pasó nada.

Estábamos sentados uno frente al otro, me sentía como en una especie de interrogatorio.

- Creo que debemos ser sinceros y ya dejar las cosas claras de una vez - hablé.

- ¿Por dónde quieres partir?

- No lo sé, son tantas cosas.

- Partamos por decir que ambos nos hicimos daño, creo que es lo justo - comentó.

- ¿Lo justo?

- Yo estoy consciente en que hice las cosas mal, lo acepto, pero tú también te equivocaste.

- Y también lo acepto, no sabes cuánto me arrepiento de lo que pasó esa noche, pero no llegó más allá.

- Porque llegué yo Erick, acéptalo. ¡Ese idiota te pudo hasta violar!

- Lo acepto, me equivoqué, pero la peor parte me la llevé yo - di un golpe a la mesa - quise arreglar las cosas, quise recuperarte y no me diste la oportunidad. Ahora vienes intentando arreglar todo lo que ya está hecho.

- Quiero arreglarlo porque me importas Erick, porque te amo.

- Si me amaras tanto como dices, me hubieras apoyado, me hubieras dado una oportunidad y no tratarme como algo que no soy.

- Estaba dolido, estaba cegado, no solamente tú la pasaste mal. Me dejé llevar por el enojo, por la rabia.

- Eso no justifica nada - negué.

- Es que ninguno tenemos justificación Erick, hicimos las cosas mal no solo tú o solo yo, fuimos los dos.

- Teníamos toda una vida juntos Christopher, de un momento a otro te volviste un completo desconocido para mi.

- Yo te amo como eres, sé que quizás ahora es difícil que me creas porque el daño está causado, pero todas las cosas que dije no son porque las piense.

- ¡Pero me dolieron!

- ¡Lo sé! No sabes cómo sufría por dentro al decir cada cosa, yo siempre te he querido con tus virtudes y defectos, amo tus defectos, yo también los tengo y podría jurar que más que tú.

- Te necesité Christopher - dije poniéndome de pie - si no hubiera sido por Zabdiel quizás estaría llorando como un idiota todavía por ti.

- ¿Estás con él verdad?

- Sí.

Desvió la mirada ante mi respuesta, si bien lo nuestro con Zabdiel no tenía nombre, estábamos intentando algo.

- ¿Lo quieres?

- Mucho - respondí volviendo su mirada a mi - desde que llegó a mi vida no me ha dejado solo, me conoció en mi peor momento y aún así se quedó.

Guardó silencio por unos segundos, pero yo necesitaba ser sincero con él.

- ¿Y lo nuestro que?

- Es que ya no hay un lo nuestro Christopher, se acabó el mismo día en que me dijiste un sin fin de cosas.

- Al menos tuviste suerte de que te tocara una buena persona, no te voy a decir que me alegro porque no es así - dijo sincero.

- Desearía decir lo mismo, pero ese idiota fue tu peor error - hice referencia a Joel - y ahí tienes tus consecuencias, alejaste a tu familia, me alejaste a mi y estás solo.

- Es lo que más me duele, fui un inmaduro por dejarme manipular, pero entiende que estaba dolido, ponte en mi lugar por un momento, yo te amo.

- Yo también lo hago, y no sabes cuánto me duele hacerlo - dije con los ojos llorosos.

- ¿Algún día me vas a perdonar?

- Quizás.

- Erick por favor, te lo ruego - pidió.

- Esa misma respuesta me diste tú, no soy rencoroso, pero siente lo que yo sentí, porque yo también quiero que te pongas en mi lugar.