Camino A La Felicidad - Chriserick

Capítulo 11

Era difícil llegar al lugar en donde ibas a celebrar el día más lindo de tu vida.

Aún estaban viendo algunos detalles mínimos que dejaron de hacer cuando se los pedí.

Mis ojos se pusieron llorosos apenas ví tan hermosa decoración, estaba igual o más lindo de lo que pedimos.

Caminé por cada espacio con la mirada y silencio de las personas que estaban organizando todo, era algo incómodo pero no le tomé importancia a eso.

- ¿Será que me puedo llevar las fotos? - pregunté a un chico que estaba cerca.

- Se las puedo guardar en una cajita, no sé si quiera o...

- Sí por favor, si puedes - respondí con la mirada en aquellas imágenes que ambos habíamos escogido.

- Disculpe - escuché una voz femenina. Una señora para ser exacto - ¿qué hacemos con todo?

Lancé una mirada en general, no me atreví a llegar hasta el pastel, pero de lejos se veía hermoso.

- Pueden repartirlo, dárselo a otras personas, lo que quieran. Con que no se pierda está todo bien - traté de sonreír.

- Bien. ¿Necesita algo más? ¿Un poco de agua?

- No, pero gracias.

A esta hora suponía que todos estaban al tanto de la cancelación del matrimonio, me daba vergüenza en pensar que todos gastaron para ir a una celebración que no se llevó a cabo.

- No esperaba verte acá - habló alguien detrás de mi.

- Christopher - dije apenas lo vi.

- Creo que venimos a lo mismo.

- ¿Cómo estás?

- ¿No te lo demuestra mi cara? - preguntó quitándose los lentes de sol - mal.

Una lágrima bajó desde mis ojos delatando mi culpa, sus ojos estaban rojos e hinchados como jamás los había visto.

- Había quedado todo tan...hermoso - comenté mirando todo nuevamente.

- La verdad sí.

- Aquí están - dijo aquel chico entregándome una pequeña caja.

- Gracias.

- Permiso - dijo caminando.

- ¿Que es eso?

- Las fotos que habíamos escogido ¿quieres verlas?

- No.

- Está bien, no hay problema - bajé la mirada.

- Aprovechando que estás aquí y que de alguna manera nos íbamos a tener que ver, tengo que ir por mis cosas - dijo a lo que sentí mi pecho apretarse.

- ¿Te vas a ir?

- Sí, no quise ir ya que supuse que estabas con tu familia.

- ¿Podemos intentar hablar ahora que estamos más calmados?

- Pero no aquí, vamos - dijo caminando.

Lo seguí pensando que hablaríamos afuera. Me hizo subir a su auto para conducir directamente a la que era nuestra casa, el silencio que había me estaba matando por dentro.

Al llegar fue directamente a la habitación, quería detenerlo pero no sabía cómo.

- No es necesario que te vayas Christopher - hablé desde la puerta de la habitación.

- ¿Que haremos? Digo con la casa.

- Yo me quiero quedar aquí, me haré cargo de los gastos mensuales y todo, claro, solo si quieres.

- Por mi no hay problema.

- ¿En dónde te quedarás?

- Por ahora con mi mamá, ya veré después - respondió cerrando la maleta - vendré por lo que me falta apenas pueda.

- No te vayas - pedí con la voz temblorosa - no quiero que lo hagas.

- Erick, sin hacer las cosas más difíciles. Toma, ya no las necesitaré - dijo entregándome las llaves.

- Sé que sonará repetitivo pero no me cansaré de pedirte perdón, estoy arrepentido - tomé su mano - independiente de todo te sigo amando y...

- Brian - quitó mi agarre - tus palabras no van a cambiar nada, ya está todo más que claro.

- ¿Y si nos vamos a Punta Cana? - pregunté - podríamos tomarlo como un viaje para arreglar todo, aún estamos a tiempo.

- Puedes ocupar los boletos si quieres, los tienes tú. Quizás te sirva para pensar en la estupidez que hiciste.

- Oso, por favor.

- Que tengas un buen día...y no me llames así.