Capítulo 21

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Narra Erick.

- No Erick, no llores - dije para mi en lo que respiraba - es tuyo, no de él, lo vas a recuperar.

Tomé mi mochila con lo necesario, ya hacía falta la compra del mes y no debía descuidar la casa por más triste que estuviera.

Si quería su espacio, se lo daría, eso sí, tendría entre ceja y ceja a Joel, fácil no se la dejaría.

Apenas llegué, tomé un carro para adentrarme en los pasillos y comprar lo necesario, sin duda gastaría menos, ahora era solamente yo.

Estaba batallando por alcanzar los cereales que me gustaban, estaban un poco altos para mi y mi mano no lograba llegar.

Traté de buscar a algún trabajador que pudiera ayudarme, pero como siempre no había nadie.

- En donde se mete toda esta gente - dije caminando un poco enojado. Verifiqué que nadie venga, no quería hacer el ridículo frente a alguien - aquí voy.

Comencé a dar saltos como un niño, odiaba que no piensen en las personas que somos más bajas.

Vi un brazo a mi costado que estaba en dirección a mis cereales.

- Ten, tus cereales.

- Gracias.

- De nada - dijo aquel chico con una gran sonrisa.

Esperé a que se aleje del pasillo para intentar respirar con tranquilidad.

- Que puta vergüenza Erick - regañé - y loco. Hasta hablo solo...rayos.

Seguí con mis compras, de seguro el color rojo de mis mejillas ya había disminuido.

Tendría que ver la manera de aprender a cocinar, Christopher la mayoría de las veces lo hacía, creo que desde ahora YouTube sería mi mejor amigo, si le pedía ayuda a mi madre viviría regañado.

Saqué mi celular para ver si mi ex novio me había respondido, ni siquiera se esforzó en hacerlo.

- No no no, tengo que pedir el Uber...no te apagues - pedí para mi celular.

Un choque terminó por golpear mi abdomen con el carro, solté mi celular producto del impacto, mí mala suerte no cesaba.

- Menos mal no le pasó nada - dije al recoger mi celular.

- Creo que estamos destinados a encontrarnos el día de hoy. Por cierto, lo siento.

- No te preocupes, aunque entre los cereales y el choque debes pensar de que soy un torpe.

- Le puede pasar a cualquiera - sonrió dejando ver sus hoyuelos - me llamo Zabdiel, un gusto...

- Erick - extendí mi mano apretando la de él - que nombre tan particular, no lo había escuchado antes.

- Bueno, mi mamá creo que fue bien específica.

- Eso creo - sonreí.

- Alguien anda un poco distraído.

- Sí, es que se me apagó el celular y debo pedir el Uber para que venga por mi... - respondí - ... tú, ¿me podrías ayudar a pedir uno?

- ¿Te pago el Uber? - preguntó en forma de broma. Dejé escapar una carcajada que no dejaba salir desde hace días.

- No no.

- Mira, si quieres te puedo ir a dejar yo, ando en auto y sería una forma de remediar los malos ratos ¿que dices?

- Es que...no lo sé, no te conozco.

- No soy un violador encubierto, lo juro.

Reí nuevamente, era un chico bastante agradable.

- Está bien, aunque, todavía no termino.

- Vamos, te acompaño, así conversamos un poco más.

- Bueno, Zabdiel - sonreí.

Camino A La Felicidad - ChriserickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora