Parte 12

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La pelota es lanzada al arco con todas las fuerzas por un brawler de mechones rubios antes de ser eliminado por una luchadora de pelo negro. Apunto de llegar a entrar al arco un hombre de piel morena y máscara de colores oscuros cae delante bloqueando el paso e impidiendo que el equipo azul lograra hacer el punto.
Pasa la pelota al esqueleto de su equipo y junto a la bandida eliminan a un pequeño cactus rosado y al flaco y pálido sepultero de gorro descuidado.

Llegan con tiempo de sobra, sus oponentes no habían revivido aún. Los tres pensaron en lo mismo. Burlones, comenzaron a hacer pases entre ellos y apenas los ven reaparecer hacen el puntaje en sus caras.

Mientras estos brawlers se divertían, apoyado en una de las grandes cajas, algo apartado para no ser golpeado, un robot francotirador los vigilaba. Luego de una discusión decidieron hacer una revancha. El equipo azul, el del sepultero, no tardó en hacer un punto.
Estaban por finalizar la partida, el equipo del cactus rosa llevaba la ventaja. El brawler de dos flores blancas se acercaba sonriente viendo el camino hacia el arco despejado. Pateó la pelota y se quedó sonriente viendo como avanzaba hacía su victoria. Cuando estaba por entrar, reventó. El cactus se quedó quieto en su lugar sin moverse ni un centímetro. Lleno de furia, busca con su mirada al culpable y encuentra al de un ojo rojo señalando con su arma de ellos a los arbustos. Sin dudar obedecieron al robot y sigilosamente se escondieron en la gran cantidad de arbustos que había en ese mapa.

No hay forma de que sea así, Piper – habló una de los brawlers que planeaban atacar. Una rubia de vestido celeste y paraguas pasaba por ahí junto a una luchadora de pelo morado y escopeta. La bandida aún escondida, miro a la otra luchadora con odio. – Tu ya has visto a Colt más interesado en Poco que en mi.

La conversación siguió pero todos los que estaban escondidos, menos el robot, empujaban y daban miradas picaras al pequeño esqueleto por lo que habían escuchado.

¡Ya basta! – el pequeño mariachi no se contuvo a gritar luego de que Piper y Shelly se fueran. De lo harto que estaba salió de su escondite apartando a todos.

Hey, ya tienes a tu fan número uno. – Shelly bandida fue detrás del segundo más pequeño del grupo – Justo lo que querías ¿No es así? – le dio una mirada pícara a su compañero molestándolo.

El mariachi mira enfurecido a la morena a punto de protestar pero al final nada pudo decir para negarlo. De todas formas, no quería darle la razón.

¡No quiero a Colt de esa forma! – solo pudo mentir y antes de avergonzarse más por las miradas de sus insistentes compañeros, se dio vuelta dirigiéndose al desierto donde encontrarían al gran robot y organizarían un plan.

Ya tenemos una distracción – fue lo único que dijo el robot sin dejar de mirar a Poco.

Esa misma noche, todos se juntaron para discutir lo que harían.

Ya se ha decidido – El gran robot miro al de misiles del grupo – Quiero que estés atento al sheriff, crea la mayor distracción posible. Tienes que llamar la atención de todos. –

Ja, no por algo soy el rey de la fiesta. Lo que usted diga, jefe. – asintió el de piel oscura tocando su sombrero.

Una vez que Brock haya llamado la atención de todos, tu te juntarás con el sheriff. – su único ojo miró al mariachi sentado encima de uno de los barriles.

¿Y por que yo? ¿No podría ir Shelly? – dijo molesto pero sin levantar el tono de voz para no enfadar al gran robot.

Por lo que hemos visto estos días tu eres el indicado. Colt notaría que Shelly no es la que conoce por la diferencia muy notoria. Tu te pareces más al otro. – Poco suspiró sin agradarle el plan ganándose una mirada asesina de robot.

Si, si. Y después coloco esta cosa para dar la ubicación y ya. – dijo cansado y para darle a entender al gran robot que sabía lo que tenia que hacer. De los nervios, pasaba el pequeño artefacto metálico de una mano a la otra.

¿En serio soy tan fácil de engañar? – habla ofendido el sheriff de pelo azabache mirando a todos los que estaban allí – ¿Lo soy? – mantuvo su mirada sobre la chica de pelo morado que estaba a su lado al no tener respuesta de algún otro brawler.

Si, lo eres, cabeza de chorlito – dijo infantilmente y tomó al francotirador del cuello con un brazo, lo sujetó bien para que no se escapara y pudiera revolverle el pelo.

El mexicano los miro molesto pero al notar que ambos lo veían gira a otro lado y sigue jugando con la pequeña pieza metálica en sus manos.

Ya al día siguiente se llevó a cabo el plan. Terminó con el sheriff pelirrojo en la mina rocosa y cuando se distrajo colocó el pequeño aparato metálico con un punto rojo en uno de los carritos con gemas, ese pequeño artefacto le daría la ubicación a todos los robots y anteriormente había llamado la atención de otros brawlers para que lo vieran asegurándose de que tendría a muchos allí.

Sintió que moría otra vez cuando el pelirrojo se acercó. Pensaba que había sido visto pero por no fue así. Aunque no esperaba que eso fuera una confesión, se sentía tan bien pero tan mal al mismo tiempo.
Ese sheriff de pelo teñido no era el que quería, esperaba que quien se le hubiera confesado fuera el sheriff de pelo azabache vestido de blanco y rojo.
Al ver que dos invitados no deseados llegaban a la mina, no dudó en golpear fuertemente al pelirrojo con su guitarra descargando su ira. Al final, tuvo que huir al ser dañado por uno de los brawlers mineros.

Corrió lejos de la mina hasta que sintió que estaba a salvo. El plan podía haber fallado por su culpa y  al no querer que fuera así, se quedó escondido no tan lejos vigilando la entrada de la mina. Al notar que más brawlers llegaban al lugar sonrió. Cuando todos estuvieron allí, se marchó.

¿Podrías dejar de caminar de un lado a otro, Colt? Me pones nerviosa – Shelly mira al nombrado molesta y este deja de caminar por todos lados.

Sorry, estoy preocupado por mi amigo.

¿Y quien dice que yo no? Lo conozco solo hace dos semanas pero es suficiente tiempo para mi. El chico me cae bien. – habló despreocupada – ¿Tu ya lo consideras un amigo? – sabiendo los sentimientos del mariachi por Colt quería saber que era lo que sentía el sheriff.

A veces habla mucho pero si, creo que podemos ser buenos amigos. – le sonrió con inocencia a la bandida. Volvió a mirar fuera del pueblo esperando ver al mexicano.

¿Nada más? – intentó sacarle algo más a Colt. No le creía.

¿Qué quieres que diga? No lo sé. Apenas nos estamos conociendo. – habló sin entender a lo que quería referirse la luchadora.

Esta bien, tranquilo. – suspira cansada – Espero que podamos tener más tiempo. Es lo único que quiero ahora mismo. – junto al de pelo azabache miró por el desierto buscando al brawler sanador.

Lo tendremos, solo hay que eliminar a los otros y podremos quedarnos. – miro a la luchadora dándole confianza y ánimos. Cuando volvió a mirar a lo lejos pudo visualizar un punto negro con algo rosado que cada vez se hacía mas grande al acercarse a ellos. – ¡Poco! – aliviado, Colt corrió hacia el mariachi. Shelly lo siguió.

¿Estas bien? – preguntó la de parche al llegar al lado del mexicano.

– Si, estoy bien. Solo algo cansado. – se sorprendió al sentir que la luchadora lo abrazó. El sheriff solamente le dio dos palmaditas en la espalda felicitándolo.

De camino al jefe robot, Poco les contó a Shelly y a Colt como le había ido evitando el detalle vergonzoso de la confesión. No esperaba que el vestido como rockstar no se diera cuenta porque habían elegido al más bajo. Eso lo calmo bastante.

Paso el tiempo, los robots se dirigieron hacia la mina rocosa esperando fuera mientras el gran robot atacaba con sus láseres el lugar sacudiéndolo. Todos los brawlers habían salido dispersados y en pequeños grupos. No pudo centrar sus ataques en alguno, todos pudieron escaparse de él. Sabiendo que sería mucho más fácil ahora que todos los habían separado dio la orden a todos los demás robots para que se detuvieran.

Los brawlers que estaban de su lado no tardaron en enterarse de lo que había pasado y comenzaron a prepararse al saber que tendrían que enfrentar a sus otros yo en cualquier momento.
El mariachi fue el que más molesto se mostró. Había hecho su parte y no habían podido atraparlos. Aquella confesión le fue vergonzosa y no podía dejar de pensar en ese momento imaginándose  a su sheriff en lugar del pelirrojo. Se enojaba consigo mismo por no tener la valentía para decirle lo que sentía y odiaba al sheriff por no prestarle atención de la forma que él quería. Comenzaba a creer que era mejor rendirse.

Muy lejos del pueblo, iluminados por las llamas de la fogata, Poco no dejaba de descargar todo lo que sentía en palabras mientras Crow intentaba calmarlo. El pelirrojo no estaba con ellos ya que había salido en busca de algo para alimentarse. Como habían terminado cerca de un bosque sabían que algo de comida iba a encontrar. El pequeño campamento había sido improvisado por el mitad cuervo y el mariachi ayudó. Aprovechando la ausencia de Colt, Crow preguntó para saber como estaba su amigo esqueleto, ahora no sabía si sentirse arrepentido.

¿Qué como me siento? – el mariachi sonrió intentando mostrar que estaba bien – ¡Estoy bien! No es como si unos malditos robots asesinos que quieren matarnos me preocuparan. Noooo, ¿Cómo crees? ¡Estoy todito relajadito sin pensar en que Colt se me acaba de declarar! – mira molesto al mitad cuervo – Muy bien.

¿Por que ahora de la nada lo odias? – preguntó el cuervo esperando que el mariachi no volviera a gritarle.

En lugar de eso, Poco se sienta en uno de los troncos cortados colocados alrededor de la fogata, Crow hace lo mismo y espera a que hable. Se toma el tiempo necesario para relajarse y antes de contarle a su amigo lo que le pasaba dio un suspiro.

Me molesta demasiado el hecho de que recién ahora me preste atención. Es algo tarde para esto. Antes, hace ya bastante tiempo, buscaba llamar su atención, quería que me mirara a mi pero nunca logre hacer que fuera como yo quería. Es un estúpido, es lento, un creído… inocente, tierno y me hace reír con sus estupideces y mala suerte. – observa a Crow y al notar que aún lo escuchaba sigue hablando – Me rendí rápido. Creía que Colt estaba enamorado de Shelly por el tiempo que pasaba con ella… pero ahora me sale con esto. No tengo ni la menor idea de que responder.

¿Y si simplemente le dices que no? – respondió directamente con una pregunta el motociclista.

¡No! – estaba por seguir hablando pero al escuchar la risa del más alto se detuvo – ¿De que ríes? – le dio una mirada molesto.

Dices todo eso pero te niegas a decirle que no. A veces me cuesta entenderte. ¿Estas seguro que aún no lo quieres de esa forma? – volvió a mirar al mariachi con una sonrisa amarga por la situación. Poco tardó en responder.

Agh, déjame pensarlo. No es exactamente lo mismo que antes. – se cruzo de brazos y miró a otro lado avergonzado por la burla del cuervo – ¿Puedes no confundirme? Gracias. – volteó a otro lado y recibió un fuerte picotazo en la parte de atrás de su cráneo que lo sacudió haciendo que su sombrero cayera – ¡Hey! ¡Déjate de-! – calló al ver a Colt y rápidamente se puso su sombrero – Oh, hola, Colt. – sonrió avergonzado.

Creo que tenemos suficiente con esos robots siguiéndonos como para matarnos entre nosotros. ¿No creen? – muestra unas bayas que encontró mientras se acerca a ellos y se sienta al lado de Poco.

No nos parecía suficiente. – niega la comida que Colt le ofrece, no la necesitaba. Crow las toma en su lugar. – Cuidado, quizás son venenosas. – les sonríe con maldad haciendo que Colt dudara. El legendario ni lo había pensado y ya iba comiendo la mitad.

Bueno, por lo menos sé que no voy a morir. Gracias, Crow. – dijo Colt mirando a Crow con una sonrisa y seguir comiendo.

El mariachi no dijo nada durante todo el tiempo que sus compañeros estuvieron comiendo, no podía despegar sus pensamientos de la confesión. Se presionaba a su mismo para darle una respuesta al pelirrojo sin saber que su silencio comenzaba a preocupar.

Hey ¿Are you alright? – dejó de lado su conversación con el cuervo sobre la comida y se acercó solo unos centímetros a Poco. Pensaba en hacer algo más pero enseguida lo descartó por como podría llegar a reaccionar el más bajo.

Solo preocupado por todo, no moriré. – intentó calmar al sheriff con una pequeña broma. Se sintió mejor al verlo sonreír. En su mente comenzaba a preguntarse por que lo quería.

¿Entre nosotros esta todo bien? – mira al mexicano con una sonrisa tímida y un leve sonrojo que el más bajo no tarda en notar.

No te odio, Colt. – tranquiliza las dudas del pelirrojo con su respuesta y este sigue comiendo. Queriendo distraerse de todo lo que sucedía pensó en lo que podía hacer para animar el ambiente.

Sus amigos se quedaron en silencio sin saber de que más hablar tampoco podían dormir por lo inquietos que estaban al no estar seguros. Se preocupaban por Shelly, Spike, Pam, Jessie, por todos. Hasta Crow esperaba que el molesto sepultero estuviera bien.
Tomó su guitarra. Siempre lograba calmarse con la música y cuando comenzó a rozar sus dedos con las cuerdas pudo sentir como si todos sus problemas y el de sus amigos desaparecieran por un momento.

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