Brawl Stars Fanfic

Parte 15

No habían tenido suerte en encontrar a sus demás compañeros, eran demasiados y se movían demasiado lento por lo que decidieron dividirse. Ambos sheriffs quedaron a cargo de los grupos. En uno de ellos, estaba el rockstar caminando pensativo sin rumbo, al igual que quienes lo seguían, sin percatarse hasta el momento que el mitad cuervo a su lado lo miraba seriamente.
Al darse cuenta de este, lo miró con una sonrisa preguntando sin palabras.

– Es raro verte pensando. – las palabras de Crow se clavaron como flechas en el autoestima del sheriff.

– ¡Auch! – rio nervioso. Ese brawler le intimidaba y más aun recordando como pudo eliminar fácilmente al esqueleto del que no dejaba de pensar – Solo estaba imaginando como será todo luego de esto. –

– Se más específico. –

– Lo que más pensé es en los nombres para no confundir a otros al llamarlos de la misma forma… ¿Quieres escuchar mis ideas? – dijo como si fuera un niño en busca de atención.

– Esta bien, intenta no hacerme reír. – sonrió al narcisista quien lo miró con un puchero para luego volver a una expresión alegre e infantil.

– Se me ocurrió, para mis compañeros: Shelly se llamaría Mora o Elly; Jessie podría ser Jess o Jessica, no lo pensé mucho… – al notar al cuervo esperando pacientemente a que terminara, sigue hablando – Luego, a Poco se me ocurrió llamarlo Copo- – se detiene al escuchar a Crow suprimir el comienzo de una carcajada – ¿Alguna queja? –

– ¡Nada, nada! Solo que algunos de tus nombres no encajan con su forma de ser. Habías pensado en más, ¿no? – vuelve su mirada al sheriff mientras caminaba despreocupadamente con las manos en los bolsillos de la campera.

A los pocos segundos, Colt vuelve a decir todos los apodos que tenía planeado para sus amigos. Para Crow era una lista eterna, el otro brawler parecía que nunca se callaría hasta que una rubia se acercó siendo su salvación.

– Disculpa, Colt. – tocó el hombro del sheriff con una mano mientras en la otra sujetaba la cabeza del robot enamorado – Todos están cansados ¿No deberíamos de descansar un rato? – miró atrás suyo hacia el grupo, la mayoría robots pero todos necesitaban detenerse.

– Si, tomaremos un descanso. – el sheriff observó el cielo notando que el sol comenzaba a esconderse en el horizonte – Ya se hará de noche, podemos dormir y ellos… – se queda mirando a los robots sin entender mucho el funcionamiento de estos – lo que sea que necesiten. –

Así, todo el grupo aseguró que solamente estuvieran ellos en la zona. Por lo que el rockstar había informado, no había peligro ya que cada doble estaría siguiendo al brawler original.
Por más que eso no calmara al mitad cuervo al preocuparse por su amigo esqueleto, intentó descansar un rato apoyado a los pies de un árbol. Solo unos minutos bastaron como para que sus parpados se cerraran y terminara dormido.

Durante la noche nada sucedió. Fueron capaces de descansar sin interrupciones aunque algunos de ellos lo encontraron difícil al desconocer el paradero y el estado de los demás brawlers.
Por parte del antropomórfico del grupo, se podía decir que fue una de las noches en las que mejor descansó. No había sido despertado por peleas o disparos como ocurría al vivir en el pueblo. Ahí había sido despertado por su propia cuenta siendo recibido por una suave melodía que hizo más dulce su mañana. Hasta que recordó que Poco no estaba con ellos.

A su alrededor, ningún otro brawler estaba despierto. Era solo él escuchando aquella melodía que llegaba débil a sus oídos. Agradecía haber despertado antes de que el músico llegara a donde se encontraban.
Apenas amanecía y ya tenía problemas. Suponiendo que solo era el mariachi loco, se levantó tomándose un tiempo para estirarse así luego caminar sigilosamente hacia la música.
Por lo que había caminado, el mexicano se encontraba lejos de donde dormían. Sin querer comenzar una pelea, Crow se asomó por lo arbustos sin mostrarse completamente al brawler enemigo. Lo vio sentado  en uno de los arboles, no pareciera que se movería de allí. Estaba metido en la música que tocaba, no le daba importancia a lo que sucediera.
A la vista de Crow, estaba vulnerable, tranquilo, calmado. Toda aquella primera impresión hacía un fuerte contraste con lo que veía ahora. Recordando lo que podía llegar a hacer el guitarrista, tomó en ambas manos tres dagas dispuesto a eliminarlo otra vez. No pudo hacerlo al pensar en que diría el sheriff de pelo azabache. Tenía que intentar convencer al mexicano, si no funcionaba podía matarlo.
Inseguro, se obligó a salir de su escondite y caminar hacia el esqueleto.