La boda de mi mejor amiga (Pearlnet)

10

Caminaba notoriamente molesta, se había dejado llevar por sus celos, y no pudo evitar comenzar una pelea con Perla.

Pero es que ¿con que derecho se atrevía a reclamarle por besar a su novia, cuando ella estaba haciendo lo mismo en su habitación con Dewey?

Si ella quería, besaba a Esmeralda cuando quisiera y donde quisiera, por algo era su novia.

—¡dios! ¡Soy una idiota! —se regaña a ella misma, y es que sabe que Perla y Dewey tienen un noviazgo de años, y obviamente pasan cosas entre ellos, pero solo el hecho de pensarlo hace que le hierva la sangre.

Por eso no pudo evitar besar a su novia de forma apasionada delante de ellos.

Pero mientras Garnet se hundía en sus propios pensamientos, aún no era capaz de fijarse que su novia lleva siguiéndola desde que se retiro de la casa de Dewey.

—¡Garnet! ¡Garnet! —la llamaba intentando alcanzarla—¡por favor! ¡Detente!

—¡¿Qué quieres?! —responde al fin Garnet, deteniendo su paso—¡déjame en paz!

—¡no! —tomando el brazo de la morena—¡me vas a explicar inmediatamente porque Perla te hizo una escena de celos!

—¡¿escena de celos?! —repite para saber si a escuchado bien—¡¿acaso estas loca?!

—¡no te hagas la tonta! ¡Se muy bien lo que vi! —reclama Esmeralda—¡¿Qué sucede entre ustedes?!

Mientras Garnet la mira molesta por aquella absurda idea—¡no pienso contestar aquella estupidez! —soltandose del agarre de su novia para caminar, siendo sujetada nuevamente por esta.

—tienen una relación a escondidas... ¡¿verdad?! —comenzando a llorar, llamando la atención de los curiosos.

Garnet, al verla llorar decide respirar profundo para calmarse, odiaba los espectáculos en la vía pública.

—Esmeralda... amor—acercándose —estas equivocada....

—¡no me toques! —alejando a la morena

—solo fue una pelea... nada más

—¡discutían como novias!

—¡pero somos amigas! —se defendía Garnet, mientras Esmeralda era un mar de lágrimas.

Y antes de llamar aún más la atención, decide tomar la mano de su chica y alejarla de todos los espectadores.

Ambas caminan sin dirigirse la palabra, sólo se escucha los lamentos de Esmeralda, que aún no es capaz de controlar su llanto. Llegando así ambas a la casa de la morena.

Una vez adentro, Garnet deja a Esmeralda en la sala, mientras ella se dirige a la cocina a preparar una infusión de yerbas para calmar a su novia.

Pero no puede evitar pensar en las palabras de su novia.

—una escena de celos... —riéndose de aquella idea—eso es imposible... por algo va a casarse.

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—¡Perla! —llamaba Dewey afuera de la habitación —¡abre por favor!

Pero Perla era incapaz de darle la cara, no comprendía bien porque había actuado así.

Solo ver como Garnet unía sus labios a Esmeralda con tanta pasión, fue como prender un fuego interior, una rabia que la cegó, que perdió el control total de sus acciones.