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Amatista no dejaba de adelantar de forma imprudente, esquivaba vehículo tras vehículos, a la vez que intentaba tomar atajos, pero no lograba perder a aquel policía.

—¡aun viene detrás de nosotros!— menciona Steven mirando por la luneta.

—¡lose! ¡no tienes porque recordarmelo!—responde algo molesta Amatista, pues estaba sudando de nervios, ya que no importa la maniobra que utilice, no podía perder al motociclista.

— Amatista ¡¿que vamos hacer?!— pregunta Perla deseperada, no tenían tiempo para estar jugando.

—¡ni idea! —responde Amatista, cuando debe frenar de emergencia en un cruce, y el motociclista se atraviesa delante, impidiendo su avance.

—¡mierda! ¡Nos atrapó! —reacciona molesta Amatista, además de asustada al ver bajar al policía.

—¡no puede ser! —se lamenta Perla por lo sucedido, cambiando drásticamente su comportamiento—¡todo esto es tu culpa! ¡Si hubieras respetado la velocidad, no estaríamos en este problema!

—¡¿mi culpa?! Tu querías velocidad... ¡Y te la di! —responde molesta—¡soy yo quien la pasara en un calabozo por exceso de velocidad! ¡Y ni te imaginas la multa que me pondrán! ¡Si te hubieras aclarado antes no estaríamos en este embrollo!

Mientras las chicas continuaban discutiendo, al oficial se encontraba al lado de la puerta del chófer.

—Amatista... —menciona Steven apuntando al oficial.

—¡ya lo se! —responde Amatista, mientras busca los documentos del vehículo y su licencia, para luego llevarse una sorpresa—¿Peridot?

Está, sin inmutarse al llamado, sólo estira su mano—documentos, por favor—solicita, manteniendo la seriedad.

—no has cambiado nada en estos años—menciona Amatista sonriendo de forma coqueta.

Mientras Perla no deja de mirar a la oficial, hasta que al fin recuerda quien es—ella es ¿Peridot? ¿Tu ex novia? —recordando que ambas no terminaron en Buenos términos.

—Pará mí desgracia, si—responde al fin Peridot, para luego dirigir su vista a Amatista—¡¿supongo que tienes claro lo que sucederá ahora?!

—eh... No—responde Amatista algo intimidada, a lo que Perla no puede sentir lástima por su amiga.

—exceso de velocidad, conducir contra el tránsito, poniendo en peligro tanto a peatones, como ha otros vehículos, incluyéndote a ti, y a tus acompañantes, además de no respetar  a la oficial presente—y con cada imprudencia mencionada, Amatista no encontraba la forma de defenserse—¡baja del auto en este instante!

—¡no puede! —grita Steven, asomándose por la ventana trasera.

—¡¿y por qué no?! —responde Peridot ya fastidiada.

—¡tenemos que detener un avión!

—¡¿que?!

Mientras Perla intenta detener al infante—¡Steven! ¡No digas tonterías!

—¿porque? ¡Si es la verdad! —menciona Steven, mientras Perla comienza a sudar de nervios, no necesitaba agregar más problemas con la policía.

—¿con que detener un avión? —mirando de forma sospechosa a Perla—creo que necesitaré refuerzos—tomando su radio para comunicarse.

—¡no! —dice Perla, saliendo del vehículo para detener a Peridot—¡por favor! ¡realmente necesito llegar al aeropuerto! —le rogada mientras le tomaba de las manos, tenía que impedir que Peridot siguiera interviniendo.

—¡¿y porque?!

—¡si no Garnet se irá del país!—contesta Steven.

—¿Garnet? ¡¿Y quien es Garnet?! —responde alterada Peridot, cuando se percata de otro pequeño detalle—¡¿y porque estas vestida de novia?! —estaba demasiado confundida—¡ustedes están locos!

—¡Garnet es la novia de Perla! — intenta ayudar Steven— ¡necesitamos tu ayuda! ¡Por favor! —le ruega colocando una expresión de tristeza.

—¿y que ganaría yo con eso? —pregunta Peridot, mientras piensa cómo alejarse de aquellos locos.

—¡serás la madrina cuando se casen! —responde Amatista de la nada. Sorprendiendo a Perla, quien no puede evitar sonrojarse.

—con qué la madrina... —mirando fijamente a los tres sospechosos— suena interesante... Nunca he sido madrina de nadie—soltandose del agarre de Perla—¡rápido! ¡Sube al auto! —le indica a Perla— ¡los escoltare hasta el aeropuerto! —para dirigir su mirada a Amatista—¡tu y yo aún no hemos terminado! —mirando de forma amenazadora a la chica, para luego colocarse y subirse a su moto. No había que olvidar que seguía siendo policía, y las faltas cometidas no podía ignorarlas.

—¡¿porque le dijiste eso?! —pregunta Perla una vez arriba del auto.

—¡no se me ocurrió nada más! ¡Además le cedí mi puesto! —menciona Amatista, confundiendo a Perla— con todo lo que he hecho hoy, era más que obvio que iba a ser tu madrina.

—si, claro... —responde Perla, ni siquiera había tenido tiempo para pensar en esas cosas.

Así, todos siguen su camino rumbo al aeropuerto, esperando que aún no sea demasiado tarde.

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A Garnet estaba a solo un par de personas para ingresar al túnel por el que arribaría al avión.  El problema era que con cada paso que daba, comenzaba a sentir un nudo en el estomago cada ves mas fuerte. Jamas pensó que le costaría tanto dejar su hogar.

— Señorita... ¿se encuentra bien?— siente Garnet que le preguntan, para fijar su vista en la azafata, quien la miraba preocupada.

—eh...si—responde sin ánimos Garnet

—que bien...¿podría entregarme su pasaje?

—ah...¡si!—entregando su pasaje y a la ves su tarjeta de identificación, que es verificado por la azafata, para permitirle pasar.

Sentía como resonaban sus pasos, que se hacían cada vez mas fuerte.
Por lo cual se detiene un segundo, cierra sus ojos y respira profundo, para continuar su camino. Ya arriba, busca su asiento correspondiente, al lado de la ventana, sentándose pesadamente. 

—ahora si... vamos por esa nueva vida...aun dudaba, pero ya no había vuelta atrás.

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Aquel auto iba a alta velocidad entrando al aeropuerto, y al encontrar el primer espacio libre, frena fuertemente, derrapando un poco, para al fin detenerse.

Sus ocupantes bajan rápidamente, y sin perder más tiempo, corren en busca de Garnet.

esperame Garnet... Por favor...

La boda de mi mejor amiga (Pearlnet) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora