parte 8

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Después de cenar Jazmin me sugiere subir al tejado, así que nos montamos en el ascensor que asciende rápidamente hasta la última parada, al abrirse las puertas mis ojos sorprendidos ven un pequeño jardín con varios bancos de madera dispersados sin orden por allí, Jazmin sonríe complacida y avanza hasta uno de los bancos

-Esto es… precioso.

-¿Sí verdad? Es para que no nos sintamos tan…encerrados.

-Mhmhm… huele muy bien.- Comento sentándome a su lado en el banco de madera.

-Sí, para estas fechas todo esta floreciendo…- Murmura ella con los ojos entrecerrados, disfrutando del frescor de la noche.

-Tengo curiosidad por algo…- Jazmin me mira invitándome a preguntar.- ¿Cómo sabe el ascensor a que planta queremos ir siempre?

-Bueno… ehm…- Se queda pensativa unos segundos antes de responder.- No tengo ni idea.

-¿Nunca te lo has preguntado?

-Flor, mira a tu alrededor, se esta genial ,¿Qué importa como lo saben?

-Pues… no sé…pero a mi no me gusta… es cómo si nos… escuchase alguien…

-No digas tonterías anda… y relájate…- Dice dándome un empujoncito.

-¿Pero ninguno tenéis curiosidad?

-No… vivo cómodamente, nadie se mete en lo que hago o dejo de hacer, créeme… no hay ningún secreto oscuro ni nada por el estilo en esta empresa, simplemente es muy moderna.

-Pues yo no sé si…- Ella me mira suspirando.

-Nunca ha pasado nada malo en este edificio… y si alguien nos escucha… seguramente solo presta atención a aquello que les interesa, la planta a la que vamos, nada más.

-Pues yo no estaría nada tranquila sabiendo que me escuchan…

-Anda…cuéntame porque querías ser la primera en pisar la luna.

-Pues… cosas de…¿Por qué no vamos a algún bar o algo?- Ella se echa a reír mientras se levanta y se acerca al borde del tejado, alejándonos del ascensor.

-Solo se escucha cerca del ascensor.

-¿En serio?

-Sí, ya hice la prueba…

-Así que si que te interesaba…

-Sí, al principio, ahora ya no me importa, igual que al resto, si alguien quiere un momento de intimidad solo tiene que alejarse del ascensor ¿Vale?

-Vale…-Suspiro algo más tranquila pero igual de inquieta por todas esas rarezas que rodean la empresa.

-Anda…- Sonríe mientras me empuja cariñosamente.

-Mi…a mi abuela le encantaba la luna… de pequeña siempre.. me contaba extrañas historias sobre ella…y me leía poemas…- Empiezo a hablar sin apenas pensar, esa mujer es capaz de relajarme hasta limites insospechados, hablar de la gente que ya no esta… siempre me ha costado un mundo, pero con ella, con ella todo parece más fácil, todo es… más cómodo.- Recuerdo uno… es una tontería…- La miro algo avergonzada por estar contándole algo tan mío y que muy pocas personas conocen.- mi abuela…decía que la luna, había sido sol un día, un sol radiante que alumbraba intensamente la tierra, dorándola con su cálida luz, y que un día, conoció a alguien, a quien por amor, le prestó toda su luz, quedando ella pálida y débil, ella siempre me decía que yo fuera el sol…no la luna…pero me parecía algo muy triste, solo tenía… no sé, cinco años… así que decidí…que yo consolaría a la luna y la convertiría en sol…ya te he dicho que era una tontería.- Murmuro al ver que no dice nada, ella sonríe un momento y mira a la luna.

-También dirán cosas bonitas de ella ¿no?

-Que va… siempre es una mujer dolida por no haber podido amar ¿Te lo puedes creer? Seguro que todas las leyendas las escribieron hombres.- Bromeo intentando sacudir de encima el recuerdo de la ausencia.

-¿Siempre?- Pregunta riendo.

-Menos en la versión ratonil… en el que la luna…es un gran queso, me parece mucho más real que el resto.- Comento risueña.

-¿Me cuentas la versión del ratón?

-Hace frio…- Encogiéndome de hombros, creo que por esa noche ya me he mostrado demasiado vulnerable ante una simple compañera de trabajo… no puede ser bueno.

-Vale, bajamos al piso y me lo cuentas… ten cuidado al acercarte al ascensor ¿Mhm?- Bromea andando hacia él mientras la sigo en absoluto silencio, quien sea que maneja el ascensor no me va a volver a escuchar más.

Al cabo de dos horas decido que ya es hora de marcharme a casa, las dos estamos bastante cansadas y mañana me quiero poner pronto a trabajar, nos despedimos con un par de besos en las mejillas, después de convencerla de que no me pasará nada camino a la estación, que esta al lado, ella me hace prometer que le escribiré un WhatsApp  en cuanto llegue a casa, yo sonriente le digo que sí y me voy hacia el ascensor, tengo que esperar más de lo normal, algo extraño, Jazmin lo comenta mientras intenta convencerme otra vez de que la deje acompañarme, por suerte el ascensor llega y yo le sonrío tranquilizándola, al menos esa es mi intención.

- te escribo cuando llegue,  de verdad ¿Mhm?

_Que no se te olvide.- Me dice acariciándome distraídamente la mejilla un segundo, sonrío ante el gesto y acaricio su mano con la mía.

-Buenas noches, Jazmin y gracias por la cena.

-Gracias a ti.- Me responde guiñándome un ojo antes de que se cierren las puertas.

Mientras el ascensor empieza a descender me doy cuenta de que la luz del techo parpadea levemente, un sitio tan moderno y no compran fluorescentes nuevos, este pensamiento me abandona rápidamente cuando el ascensor se para un segundo antes de volver a bajar, la idea de quedarme encerrada allí no me hace gracia, me pego al cristal que indica el piso y miro como los números van descendiendo, al acercarme al cero mi corazón empieza a latir normalmente.

Para mi sorpresa, el ascensor sigue descendiendo, superando incluso el laboratorio en el que trabajo, asustada empiezo a gritarle a la nada, deseando que los guardas o quien sea que controle el ascensor se de cuenta de que se ha equivocado y me lleve a la planta adecuada. El ascensor se detiene segundos después y las puertas se abren, miro el cristal pero no aparece absolutamente nada en  él, miro hacia delante, sea la planta que sea no hay nadie, porque la única luz con la que veo es la del propio ascensor.

Empiezo a toquetear por todas partes, a ver si consigo que suba, pero nada, suspirando salgo cautelosa de él, a ver si al no notar peso vuelve a funcionar, las puertas se cierran tras de mi a una velocidad pasmosa, dejándome en la completa oscuridad, asustada golpeo donde creo que están las puertas repetidas veces, gritando con furia, hasta que se me ocurre la idea de que nadie podrá escucharme, la última planta que salía en el cristal era la quinta, por debajo de recepción. Vete a saber donde estoy.

Empiezo a palpar las paredes, buscando algún interruptor o lo que sea para accionar la luz. Pero nada, encima me parece escuchar un extraño ruido como un golpeteo que me pone los pelos de punta, maldiciendo mi suerte consigo accionar las luces, que parpadean ligeramente antes de iluminar el pasillo en el que estoy. Al verlo me tranquilizo un poco, es exactamente igual que el pasillo de mi laboratorio, así que aun sigo en la empresa, me explico a mi misma el origen del ruido, seguramente son más laboratorios y es algún equipo que han dejado puesto.

Suspirando me doy una vuelta por el pasillo, cuatro puertas con sus respectivos cristales, de vez en cuando miro el ascensor, que no hace ni el más mínimo intento de abrirse. Al final decido investigar que hay tras las puertas, tal vez encuentre algún teléfono para llamar a Julia y decirle que mande a alguien a buscarme.

Al abrir la primera puerta encuentro un vestuario, exactamente como el de algunas plantas más arriba, en la segunda puerta descubro un laboratorio bastante más amplio que el nuestro, solo con dos mesas llenas de papeles y toda una pared cubierta de equipos y murales del cuerpo humano, me acerco a una de las mesas llenas de papeles y ojeo detenidamente, varios nombres desconocidos para mí pero que me suenan a enfermedades en algunas carpetas.

El ruido de unos pasos me saca de mi curiosidad, poniéndome en tensión automáticamente, al pensar que alguien habrá bajado a buscarme sonrío triunfante y salgo corriendo al pasillo. Allí solo me espera la misma soledad que antes, miro las puertas, todas están cerradas y al acercarme a los cristales todos están desactivados, pero al acercarme a la cuarta puerta, al final del pasillo, escucho a alguien correr en su interior.

-¿Hola?- Pregunto pasando mi dedo por encima del cristal, que se ilumina en un rojo pálido al igual que la puerta, después vuelve a su apariencia normal pero sin llegar a abrirse.- ¿Hay alguien ahí?- Los pasos vuelve a sonar, parecen acercarse, escucho como se detienen al otro lado de la pared y apoyo mi mano en la puerta.- Me he quedado encerrada ¿Puedes ayudarme?- Un chasquido a mi espalda me separa de la puerta, las puertas del ascensor se han abierto, corro hacia allí olvidándome de quien sea que está al otro lado de esa puerta y me abalanzo hacia su interior. Suspiro aliviada al ver que empieza a ascender y que se detiene en la planta de recepción, Julia me espera al otro lado de pie.

-¿Estás bien? Estas algo pálida…- Comenta abrazándome levemente y llevándome hacia su silla.- Anda siéntate, ¿Un poco de café calentito?- Me pregunta señalando un pequeño termo que tiene a un lado.

-Sí, por favor… creo que me irá bien.- Murmuro algo nerviosa.- El ascensor no va bien.

-Ya, me han llamado los chicos, un problema técnico, llevaba una hora fallando y estaban arreglándolo cuando te has subido, pero ¿Estas bien no? ¿Todo normal?

-Sí, sí, solo que… me he asustado, creía que me quedaba encerrada.

-¿Encerrada? Que va mujer, te hubiesen sacado enseguida, lo que pasa que te has bajado ¿No?

-Sí, es que como no iba y se había quedado en una planta… pues he pensado en bajarme para ver si así volvía a funcionar, una estupidez, lo sé.- Le explico riendo levemente aunque no muy convencida.

-¿Y donde te has bajado?- Pregunta interesada, la miro un segundo y sonrío.

-En algún laboratorio, no me he fijado muy bien, pero nada he esperado un rato y las puertas se han abierto enseguida.- Cojo el vaso de plastio que me tiende con el café y sonrío fingiendo vergüenza.- Pero me he asustado un montón…- Ella me mira demasiado interesada para mi gusto.- es que tengo algo de claustrofobia.- Parece que se queda algo más tranquila al decir esto.

-¿Sí?  lo siento mucho, los técnicos me han asegurado que no volverá a fallar.

-Me alegro, porque como me pase otra vez… me tenéis que llevar al hospital con un infarto.- Respondo antes de beberme de un sorbo el café.- Bueno, tengo que irme, muchas gracias por el café- me levanto de la silla ante la mirada de Julia, me da las buenas noches y me dice que tenga cuidado.

Salgo de aquel edificio apresurada, con la sensación de miedo aún en mi espalda, con ese reflejo del escalofrío que me ha recorrido al escuchar los pasos, intento acallar las preguntas que me asaltan y concentrarme en llegar a casa, echarme a dormir y olvidar todo lo de esa noche, o al menos, recordar solo el momento en el que Jazmin me recuerda que le escriba al llegar a casa, al mirar la hora me doy cuenta de que he estado media hora allí abajo, la pobre tal vez se este preocupando, una vez me subo al tren le escribo, sintiéndome completamente segura. Me acomodo en uno de los muchos asientos libres y cierro los ojos. Los pasos vuelven a resonar, con ellos la presencia tras la puerta.

Cuando llego a mi apartamento parece que se me ha pasado el susto, en el cristal de la puerta de entrada miro mi reflejo, no parezco muy pálida, solo agotada, subo al piso y me encuentro con mis dos compañeras durmiendo sobre sus apuntes, tiradas por el suelo de la sala de estar, sonrío aliviada y cierro la puerta dejando la llave puesta y pasando el cerrojo. Ya estoy en casa.

Al ver la postura en la que están intento despertarlas o espabilarlas lo suficiente como para poder arrastrarlas a la cama, o tal vez solo quiero que me cuenten alguna chorrada y olvidar las paranoias que asedian mi cabeza. La primera en despertarse es Lena, que después de bostezar y mirarme con los ojos entrecerrados se va al baño, despertar a Nuria es una odisea, estoy prácticamente segura de que si hubiese un terremoto ni se enteraba, por suerte, su pasión por el amor le puede, así que simplemente besando su cuello se despierta ronroneando.

-Tía…- Dice apartándome al ver que soy yo y no un príncipe azul.

-Nena…- Le respondo sonriendo.- A la cama.- Se levanta tambaleándose por el sueño y por la mala postura y se va hacia su cuarto. Vaya par.

Recojo un poco el comedor, intento no ordenar accidentalmente sus apuntes, porque desordenarlos más es imposible y me voy hacia mi habitación, al pasar por la puerta de Lena la veo apoyada en la ventana de su cuarto fumando un cigarrillo.

-¿Qué tal el día?- Me pregunta al cabo de un rato.

-Raro…

-Mhmhm…Así que no es que te hayas ido a vivir una aventura loca con un apuesto galán ¿Eh?- Sonrío y me apoyo junto a ella en la estrecha ventana, hombro con hombro.

-No… más bien con una apuesta mujer.- Bromeo cogiendo el cigarrillo que me tiende y dándole una calada.

-¿Y eso es lo raro? Compartes piso con dos de ellas.- Dice riendo.

- lo raro ha sido al salir, el ascensor se ha vuelto loco y me ha llevado a otra planta. Rollo peli de terror.-La miro pensativa con los ojos entrecerrados.- Te hubiese gustado.

-¿Has visto un fantasma?- Pregunta riendo sonoramente.

-No, peor… déjalo es una chorrada.

-Venga Flor.. suéltalo, que luego tienes pesadillas de tanto darle vueltas.

-Tengo pesadillas cuando te da por cocinar

-Hablo la chef de cuatro estrellas michellin

-Pues nadie se me ha quejado hasta el momento.

-Eso es porque te tienen miedo, niña. Bueno, ¿me cuentas la historia rara o que?- Dice apagando el cigarrilo en el cenicero y sentándose en su cama, con la espalda apoyada en la pared y las piernas estiradas sobre el colchón, yo la imito poniéndome a su lado y apoyo la cabeza en su hombro, como en otras noches en vela.

-Ha empezado a descender sin parar, el ascensor digo, y ha llegado a una planta, pero no se cual, el cristal estaba en blanco, no salía ningún número. Las puertas se han abierto y todo estaba muy oscuro… sentía un golpeteo, no encontraba la luz… no sé como he dado con ella… ni siquiera se si yo he dado con ella, el caso es que no había nadie, pero cuando me he dado una vuelta buscando un teléfono he escuchado pasos, detrás de una puerta, y corrían, y luego se han parado al otro lado, y notaba… la presencia de alguien, pero por más que he preguntado no me ha respondido nadie…ha sido muy raro.- Suspiro cerrando los ojos y acomodándome más en su hombro.

-Bueno, tal vez era… ¿Alguien de la limpieza?

-¿Y porque no me ha dicho nada?

-Ya te lo he dicho….das miedo.- Comenta divertida.

-Que graciosa.- La regaño palmeando su muslo.

-¿Se te ocurre otra cosa?

-Quien sabe.. Podría ser un espíritu…- Bromeo para quitarle la importancia al asunto.

-O el fantasma de la opera.. que como está en obras  ha decidido instalarse en los sótanos de tu empresa.

-Sí, claro, tal vez un asesino en serie…

-¡Ya lo tengo! ¡Ya lo tengo! Uno de tus compañeros, lo han echado de casa y no tenía donde ir así que ha decidido pasar la noche allí, tal vez viva allí, utiliza los mecheros esos de laboratorio para cocinar y duerme con los cartones de las cajas de reactivos.

-No me imagino a ninguno haciéndolo ¿eh?

-Danos una semana más y serás tú.- Me dice mirándome con una media sonrisa.- Tenemos que estar volviéndote loca.

-Un poquito… pero.- La rodeo con un brazo y beso su mejilla.- Merece la pena ¿Mhm?  me gusta que me volváis loca 

-¿Sí? Genial, porque estábamos conteniéndonos.- Dice riendo.

-Seréis… ¡No os paséis!

-Sabes que no… si somos princesitas…

-Sí, todas unas reinas.- Murmuro tumbándome en la cama, ella se tumba a mi lado y me abraza.

-Anda, que esta reina te deja dormir con ella… si quieres llamamos a Nuria y nos montamos una orgía.

-Sí, para que mañana las vecinas me miren murmurando

-Lo van a hacer de todas formas…- La miro con una ceja alzada.

-¿Qué habéis hecho ya?

-Ya sabes… el aburrimiento es muy malo, en el videoclub se han equivocado de caja y…. la tele estaba muy fuerte.- Las dos reímos.

-Mira, como mañana alguna vecina me diga que si la invitamos a una de nuestras fiestas…. Os mato.

-Mhmhm…seguro que más de una lo esta deseando, intentaremos evitarte.- Dice riendo.

-Anda…. Buenas noches ¿vale?

-Buenas noches…- Murmura ella-  Por cierto… ¿Quién era la apuesta mujer?

-Mhmhm… una compañera de trabajo…

-¿Es guapa?

-Ni me he fijado…


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