Capítulo 2

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Observó curioso como ella tomaba algunas mantas, y las colocaba en el suelo, junto a un almohadón.

—Bien, creo que puedes dormir aquí.

—Sí, muchas gracias, en serio Kiha. No creí que alguien fuera a ayudarme después de tantos días en el desierto.

—Pues fue patético verte dar vueltas en círculos.

Boit sonrió y se acostó sobre las mantas, mirando como ella se acostaba en su cama también.

—¿Mañana saldremos para Eritma?

—No, aún estás débil, cuando estés mejor, saldremos para la tribu.

—Kiha ¿No extrañas a tu familia?

—No, no realmente —le dijo mirando el techo.

—¿Te llevabas bien con ellos?

—... No —respondió luego de un breve silencio—. Mis padres deseaban que yo fuera varón, y me recriminaron eso toda la vida.

—Pues, tus papás son unos ignorantes, porque no dependía de ti el sexo, sino de tu padre. Es el hombro quien da el sexo al bebé.

Kiha se giró y lo miró con el ceño fruncido.

—¿Qué?

Sonrió y tomó una ramita para dibujar en el arena.

—Mira, una persona tiene cuarenta y seis cromosomas, que vienen de los padres. Veintitrés del padre y veintitrés de la madre, que están-

—Boit, no entiendo nada —lo interrumpió en un gruñido molesto—. Y tampoco me interesa saber.

—Pero sería bueno que lo supieras, así ya no te sentirías culpable.

—Déjalo así, no importa —le dijo volviendo a mirar el techo.

—Kiha ¿Has participado en las puestas ya?

¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Era tan estúpido que no se daba cuenta que no tenía hijos?

—No.

—Oh ¿Por qué no? ¿No quieres tener crías?

—No, no quiero crías... Y tampoco soy el tipo de mujer que los machos buscan.

—Ah ¿Por la estatura?

La castaña se giró, y le dio la espalda.

"—Ow, te ves muy tierna —sonrió Sula—. Con tu pequeña figura, y esos grandes ojos café. Pareces una muñequita.

—Gracias —pronunció indiferente.

—Mucha suerte en encontrar un macho —sonrió.

—¿Mucha suerte?

—Sí, ya sabes —sonrió antes de hacer una seña con su mano—. Eres pequeña, y ellos buscan mujeres fuertes y grandes."

Aquella había sido la primera y única vez que había participado en la puesta, formando parte del grupo de los jóvenes solteros.

Dos semanas viviendo en el asentamiento de Kanat'ma... Y ningún muchacho la había elegido.

—Kiha.

—Duérmete, mañana será un largo día —le dijo en un tono bajo, mirando la pared.

Odiaba su estatura, su apariencia... Se odiaba a sí misma por no ser como las demás.

***

Estaba durmiendo, cuando sintió que algo le estaba caminando por el vientre. Abrió los ojos lentamente, y al notar lo que era, gritó espantado, despertando asustada a Kiha.

KihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora