Estaba jugando con Hammie, tirándole una rama, cuando escuchó que varios de sus compañeros estaban hablando. Y hubiese continuado ignorándolos, si no fuera porque escuchó la voz de una mujer.
Hammie también se detuvo, y luego fue corriendo hasta ellos, ladrando y moviendo la cola.
—¿Qué?
Se puso de pie, y al dirigirse hacia su perro y machos, observó aturdido a la joven mujer que estaba con ellos.
—Kiha.
Se detuvo al ver que era ella, y uno de los muchachos se acercó a él, tocándole el hombro.
—¿La conoces? Thue la encontró cerca de la tribu del este, la acompañó hasta aquí para luego llevarla hasta la tribu de las hembras.
Boit observó a Kiha, quién lo estaba mirando con los ojos inundados en lágrimas. Ella estaba embarazada, y al aparecer, tenía varios meses ya.
Él se había ido de la casa hacia cuatro meses, y... No sabía que pensar.
—¿Quieres hablar con ella? ¿Qué los dejemos solos?
Y Boit no sabía qué hacer, porque después de tantos meses, no jamás esperó volver a verla, y mucho menos, embarazada.
—Sí —murmuró.
Los muchachos se fueron, y Kiha se abrazó así misma, sin poder decir una palabra. Porque ni siquiera sabía que decir. Boit respiró profundo, y se acercó a ella, mirando su panza.
—¿Estás bien?
Ella negó con la cabeza, comenzando a sollozar. Porque esa era la verdad, no se sentía bien.
—¿Qué tienes? ¿Qué te duele? ¿El bebé está bien? —le inquirió preocupado—. Pediré que te lleven al hospital. Cuando me fui... Yo no sabía que estabas embarazada —pronunció afligido, sintiéndose tan culpable—. Volví a dejarte sola.
—N-No, no es lo que crees.
—¿Qué no es lo creo? Es obvio que estás embarazada. Kiha, si no quieres que yo sea parte de tu vida, está bien, lo entiendo. Pero quiero ser parte de la vida del bebé.
—No, tú...
Cerró los ojos, y lloró con angustia, antes de ser abrazada por Boit.
—Lo siento, lo siento mucho —murmuró sintiéndose tan culpable, tan miserable—. Por mi culpa habrás pasado muchas cosas malas ¿Sigues en el departamento? ¿Has estado comiendo bien? No, que imbécil —se corrigió rápidamente, al recordar que le habían dicho que la habían encontrado en la tribu del este—. Pediré que nos lleven al hospital ¿De acuerdo? Tenemos que ver cómo se encuentra el bebé, o los bebés.
—P-Pero es que Boit-
—Sólo serán unos minutos —le dijo alejándose de ella, antes de ir a buscar a uno de sus compañeros.
¿Cómo le iba a decir que él bebé no era de él? ¿Qué había estado con otro hombre mientras aún vivían juntos?
***
—Quiero entrar sola —le pidió ya más calmada.
—¿Por qué? Quiero escuchar lo que diga la doctora.
Ella lo miró a los ojos, y luego bajó la mirada, sin decir nada. Ambos entraron al consultorio, y se sorprendieron de encontrarse con otra médica.
—Hola, no sé si se acuerdan de mí, soy Corine —sonrió.
—Sí, la doctora que la atendió por primera vez —sonrió suavemente Boit—. Qué bueno verla a usted ahora.