No puedo ser un héroe, así que los admiro desde lejos. Pero con él es una historia completamente diferente.
No sé cómo, pero tengo esta enorme colección sobre él. Juguetes, revistas o cualquier cosa que tenga su bello rostro y me hace tan feliz, qu...
Todoroki y Kirishima son unas reinas del drama y Yaoyorozu es la voz de la razón.
Midoriya y Kacchan tienen un secreto.
Y Bakugo hace las cosas a su estilo.
Una típica semana para ellos.
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Midoriya Izuku se estaba volviendo loco.
Su nerviosismo le empezaba a ganar y no sabe por cuánto tiempo más podría contenerse.
Cuando comenzó todo, es decir cuando lo conoció, sus sentimientos eran claros y hasta cierto punto había podido conservarlos dentro de su pecho sin ponerse en evidencia.
Pero ahora le estaba costando. Prácticamente le era imposible y tenía tanto miedo que un día de estos, perdiéndose en los hermosos ojos bicolores Todoroki Shoto, sin percatarse un "te amo tanto" escapara de sus labios sin que pudiera hacer algo al respecto.
Y con ellos el final de su amistad.
Y le aterraba tanto, lo ponía triste, pero sobre todo le enojaba que el culpable no fuera Todoroki y su nuevo "gusto" si así podría llamarlo, por pasar aquella frágil línea de distancia que mantenían que lo volvía un manojo de nervios y sonrojos. Sino que era culpa suya, él mismo había cavado su propia tumba y todo por culpa de ese abrazo.
Ese maldito, impulsivo, irresponsable, atrevido, hermoso, cálido, sublime... abrazo, que le dio en medio de su desesperación al ver llegar a Todoroki a la oficina medianamente lastimado y con el brazo entumecido.
Esa noche, la pequeña distancia que Izuku había trazado para que no cayera aún más por el héroe se desvaneció, y al parecer le había dado la confianza a Todoroki de... Mmm... Cómo podría decir esto... ¿Tocarlo? Con más libertad.
Sus mejillas se sonrojaron de inmediato.
¡Izuku idiota!
Pero como no ponerse así, si Todoroki, enumerando:
1. Despeinaba su cabello con tanta delicadeza que Izuku alucinaba que dejaba su mano allí unos segundos, usualmente lo hacía cuando se encontraban, como un saludo e Izuku se derretía ante sus acciones
2. Le sonreía, con esa sonrisa tan hermosa y encantadora, y si bien la había visto pocas veces ahora era como si le bombardeara con ella, siempre que lo miraba estaba allí e Izuku sentía sus piernas como gelatina y su corazón apuntó de entrar en paro cardiaco.
3. Tomaba su mano delicadamente presionándola y deslizando sus dedos al despedirse, y él como el tonto enamorado que es, se sonrojaba a más no poder y se despedía casi corriendo para poder gritar de la emoción unas cuadras más allá con la esperanza que el héroe no lo escuchara.
