Chris abría sus ojos levemente, quiso moverse en la cama pero sentía un peso sobre él, refunfuñó creyendo que se trataba de su mascota. —Dodger... Me estás apachurrando... —quiso moverse nuevamente pero no pudo. —¿Tienes hambre? ¿Qué hora es? —abrió sus ojos por completo y cuando se dio cuenta de la realidad se avergonzó, por Dios, no se acordaba que se había quedado en casa de Robert y el peso que sentía sobre sí era causado debido a que su amado dormía sobre él.
Giró su cabeza y vio el reloj que estaba sobre la mesita, apenas eran las 8 de la mañana, suspiró y acarició la cabeza del castaño con suavidad, era obvio que RDJ estuviera dormido todavía, necesitaba descansar.
Movió a Robert para despertarlo. —Ey, despierta... —sonrió cuando el más bajo se quejó. —Tienes que atender una rueda de prensa a las 10 de la mañana...
—Que flojera... —Hizo un puchero.
—Bueno, te dejaré dormir otro rato pero dejame salir de la cama para prepararte el desayuno... —se rio el rubio.
—¿Eh? —Robert vio la posición en la que se encontraba y de inmediato se avergonzó a tal punto que brincó y se cayó del cama. —Ay...
—¿Estás bien?
—Si... Si tu vas a preparar el desayuno yo me iré a bañar... —se levantó rápidamente y caminó hacia el baño.
—Claro... —Chris vio como su amado se retiraba. —Espero que esté bien...
Por otro lado en el baño. —Me cuesta trabajo verlo a los ojos...
Después de un rato, ambos actores desayunaban tranquilamente y Chris hacía de todo para que Robert se sintiera cómodo y seguro, superar un secuestro e intento de violación no era sencillo.
—Vámonos, Chris. —Robert se levantó de su asiento y dejó el plato en el fregadero llevándose el de Evans también. —Ya va a ser hora y necesito que estés ahí... —desvió la mirada.
Evans suavizó la mirada. —Claro, te dije que estaría contigo sin importar qué.
—Gracias... Debo verme patético... ¿Cierto? —dijo a lo que de inmediato sintió los brazos de Evans rodeándole.
—Claro que no... No digas eso, Robert. —besó su frente. —Jamás digas eso de nuevo.
—No se que haría sin ti Chris... —correspondió el abrazo.
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La rueda de prensa había comenzado, Robert estaba en medio de toda la mesa, y a su lado estaba Feige, solamente ellos dos, no se necesitaban a nadie más.
—¿Cómo fue su secuestro? —preguntó un reportero sin empatía, solo estaba cumpliendo con su trabajo. —¿Podría hablarnos sobre eso?
Robert sonrió como normalmente suele hacerlo. —Claro, debo decir que los secuestradores me trataron muy bien, aparte de tenerme atado a una silla pero lo demás estuvo bien.
En ese momento Chris se dio cuenta que Downey no quería recordar lo que estuvo a punto de sucederle y era obvio ¿Quién quisiera recordarlo? Se alegraba de que haya llegado a tiempo y de que nadie más se haya enterado.
Otra reportera habló. —¿Cuándo lo secuestraron y cómo pasó?
—Mmm... —pensó el castaño. —Si mal no recuerdo fue el sábado... Fui a visitar a un amigo y al salir de su casa, más o menos a dos manzanas de su hogar fui noqueado y de ahí en más no recuerdo nada... Cuando desperté estaba atado a una silla. —respondió y Evans reconoció que su castaño no quería meterlo en todo este problema. —Siguiente pregunta.
—Superar un secuestro es complicado, ¿Cómo planea hacerlo?
—Todos me han estado apoyando... En especial Chris Evans, y es algo que agradezco con todo mi corazón. —dijo Robert.
—¿Cómo describiría a sus secuestradores?
—Como fans obsesivos. —respondió rápido RDJ.
—¿Qué quiere decir?
—Estaban obsesionados conmigo... Es todo lo que diré. —Robert no quería seguir con ese tema.
En ese momento Chris cayó en cuenta de algo muy importante. —¿Secuestradores? ¿No era solo uno? —se sorprendió, vaya que había corrido con suerte.
—¿Obsesionados? ¿Qué tipo de obsesión?
—... —comenzó a ponerse nervioso, no quería recordar y esto fue notado al instante.
—Pregunto de nuevo, ¿Qué tipo de obsesión?
Para sorpresa de todos, Feige respondió. —Un tipo de obsesión enferma, como tener un juguete nuevo y no quererlo sacar de su empaque, ese tipo de obsesión.
—¿Por qué respondió usted?
—Se que están haciendo su trabajo pero si alguien los llegara a secuestrar es obvio que no querrían hablar sobre eso. —dijo Kevin seriamente. —¿Algo más? —Robert se lo agradecía bastante.
—¿Qué nos puede decir sobre su secuestro? ¿Qué experiencias obtuvo?
Robert respiró hondo y sonrió. —Bueno, creo que se los agradecería ya que gracias a eso me di cuenta de algo muy importante.
—¿Qué cosa?
—Ya lo verán... Ya lo verán. —dijo triunfal Robert.
