Jeon Jungkook un alfa adicto al trabajo.
Kim Taehyung, un omega cansado de ser ignorado.
Un día este desaparece, dejando a Jungkook como loco al solo encontrar una carta con su nombre.
Jungkook tiene que empezar un recorrido a través de cartas p...
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Mi alfa:
Siempre le dije al todo el mundo, cualquiera que preguntaba me escuchaba decir lo orgulloso que estoy de ti.
Orgulloso porque a pesar de los obstáculos y problemas pudimos salir adelante juntos.
Jamás olvidaré como llegaste tan contento por tu nuevo empleo amor, fue sin dudas uno de los mejores días, el verte tan feliz y emocionado por ello.
Era tanto mi orgullo que me armé de valor y decidí hornearte un pastel de crema y fresa, no me salió del todo bien pero lo hice con tanto amor, aún recuerdo tu cara al probarlo, sentí una vergüenza enorme.
Después nuestra cena, todos esos momentos son los que más guardo en mi mente, el verte tan sonriente y sin fuera de presiones.
Y sobre la carta, el viaje a empezado amor, tienes que ir en donde un día pediste mi mano algo avergonzado pero decidido.
Te amo Jungkook.
Tu omega.
Taehyung.
Cuando terminó de leer lo primero que salió de su boca fue—¿Tengo que viajar Daegu?
Y por otro lado, Taehyung tenía mucha razón.
Sin duda fue uno de los mejores días de su vida.
No quiere decir que se acuerde de todo lo que pasó a la perfección pero recuerda muy bien el como se sentía y lo orgulloso que estaba de sí mismo.
Ahí empezaba si momento de demostrar que sería alguien importante, alguien que iba hacer el bien con su conocimiento.
Y bueno como saben, tenía el conocimiento, el trabajo también pero jamás se imaginó que su padre haría de su trabajo y vida un infierno.
Al momento de entrar al edificio donde trabajaba su mente viajó en el primer día que cruzó esa puerta como agente fiscal, la emoción lo sobrepasaba, creció tanto como persona y profesionalmente en ese lugar que estaba agradecido por la oportunidad.
Tenía que poner manos a la obra y hablaría con Seung Yun, un alfa amable, agente igual que Jungkook, se llevaban muy bien y sabía que él podría ayudarlo.
—¿A que se debe esta agradable sorpresa Jeon?— El hombre lo miraba con una sonrisa cansada y unas enormes ojeras en sus ojos.
—Vaya... No te veo muy bien Yun ¿Todo en orden?— El hombre soltó un resoplido, no estaba bien, se encontraba algo exhausto.
—Todos tenemos días duros Jeon y en este momento estoy pasando por ellos.— Dijo alzando los hombros—Pero nada de qué preocuparse, ya se solucionará.
—Es bueno escuchar eso.— Respondió el Pelinegro, se miraron unos segundos hasta que inhaló el aire suficiente para llenar sus pulmones y poner hablar—Veras Yun creo que yo no estoy en ese mejor momento.— Jugaba con sus anillos mientras el hombre lo veía atento —Tengo problemas, problemas en mi vida personal que me gustaría solucionar.
