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Dentro de una cafetería en la ciudad de Seúl se encontraban dos chicas que literalmente se estaban matando con la mirada y en local se podía sentir la tensión de estas dos. Por lo mismo ningún trabajador del local se atrevía a acercarse a su mesa, hasta que el gerente de este le habló a uno de los meseros nuevos diciéndole que si no les tomaba las órdenes sería despedido.

Bueno el pobre con tal de no perder su empleo se dirigió a la mesa indicada.

– ¿Puedo tomar sus órdenes?. – interrumpió un poco nervioso el mesero de aquel local. – Sólo trae dos vasos de agua por el momento. – le dijo lo más amable posible una de las dos chicas.

El joven anoto rápidamente la orden para escapar de esa zona de batalla lo antes posible.

– Enseguida se los traigo. – la coreana sólo asintió ignorando por completo la mirada de su acompañante.

– Deberías dejar de verme así. – decía Nayeon acomodándose en su lugar.

– Yo puedo ver a las personas como se me dé la gana. – le respondió la japonesa demasiado grosera. – Bueno como sea. Creo que las dos sabemos el por qué de nuestra reunión así que adelante dime lo que quieras.

Para la japonesa no fue necesario decirle eso dos veces ya que se preparó mentalmente para ese momento.

– Aléjate de mi y de mi novio. – la coreana al escuchar aquello sólo soltó uno risa. – ¿Qué te da gracia?.

– Oh, me disculpo por mi acto poco ético, pero no puedo creer lo que me estás diciendo. – la joven trato de parar su risa ante la mirada de confusión. – ¿De qué hablas?.

– Solo digo que me parece ridículo que aún lo defiendas a pesar que nos encontraste juntos en el restaurante. – la mayor sin quitar su aire egocéntrico se cruzó de brazos mientras observaba los movimientos de su acompañante. Por otra parte la japonesa estaba que sacaba llamas de sus ojos con la sola imagen de la chica tan presumida que tenía enfrente.

– Si lo defiendo no creés que es mi problema. – la coreana al escuchar eso no pudo evitar acercarse a la mesa al tiempo que recargaba sus codos en esta. – Tú lo has dicho. Pero solo te diré una cosa, si lo perdonas por esta vez, ten en cuenta que se puede repetir.

– No lo creo.

– Es más que obvio querida. – la japonesa no lo soportó más y con todo su enojo se levantó de su asiento dirigiéndose a la salida.

– No vayas tras de ella Im, deja que se vaya, ella no es importante. –se decía a si misma para no correr detrás de su acompañante.

– ¡A la mierda voy hablar con ella!. – y al igual que la otra chica Nayeon fue corriendo por ella. Para su suerte la japonesa no caminaba tan rápido. – ¡Mina espera un segundo!. – grito aun corriendo detrás de ella.

– ¡Dejame imbécil!. – a la mayor de alguna forma le afecto que ella le dijera así y no sabia el motivo. – ¡Por favor espera, tenemos que hablar!.

Nayeon supo que había funcionado su plan en el momento que vio como Myoui se paro a medio paso de cruzar la avenida.

<< Es linda cuando se enoja.>>

Nayeon al pensar eso paso ambas manos por su cara para olvidar su pensamiento demasiado idiota.

– Y bien, ¿Qué ibas a decirme?. – la coreana se sorprendió por lo rápido que tenía a la extranjera enfrente de ella. – Y-yo bueno... Hagamos un trato.

– ¿Qué? No hablas enserio.

– Claro que hablo enserio. – se cruzó de brazos.

– Pues de una vez te digo que ni en mis peores sueños haría un trato contigo. Adiós,  Im. – dijo para seguir con su camino.

Por otro lado la mayor solo quedó boquiabierta por la actitud de la japonesa. Era la primera vez que alguien la enfrentaba.

...

– No jodas, ¿Enserio le dijiste eso?. – las fuertes carcajadas se escuchaba en toda la oficina. – ¡Ya callate, Jeongyeon!. – Im trato de cubrir su rubor.

– Es que sigo sin creer que le hayas dicho esa tontería. – la castaña se acomodo mejor en su silla.

– Le tengo envidia por haberte enfrentado. –

– ¡YOO!. – la mayor se levantó de su escritorio molesta. – Yo sólo dije la verdad. –

– Es bastante linda, pero ella sigue defendiendo a ese idiota. – se escuchaba el enojo en la voz de Nayeon. – ¿Que esperabas? Es mas que claro que lo defendería por que ella de seguro lo sigue amando. – Im al escuchar eso volteo a ver a su amiga como si haya dicho algo extraño.

– Pero la engaño.

– Pues si, pero tal vez ella decidió perdonarlo. Además no entiendo porque quieres hacer un trato con ella.

– No le encuentro lógica a eso, Jeong. Y lo del trato es para llevarnos... ¿Bien?. – la mencionada se levantó de su lugar para dirigirse a la salida. – Jamás te llevarás bien con ella y si eso llegará a pasar me cortó mi hermoso cabello. – fue lo ultimo que dijo para cerrar la puerta de la oficina de su amiga.

Nayeon por otra parte se quedo pensando el por que le importaba tanto el hecho que Mina siguiera amando al tipo con el que estaba.

<< Yo seria mejor que ese imbécil.>>

Al pensar eso no contó que se iba a ruborizar a mas no poder.

– Mierda, ¿Que fue lo que me hiciste Mina?. –  se hizo para atrás con sus pies, sintiendo el divertido movimiento de su silla giratoria. Se dio una pequeña palmada en su mejilla tratando de olvidar aunque sea por un segundo el atractivo rostro de cierta extranjera.

Después de despejarse respecto a todo lo que había pasado en la cafetería decidió seguir en su computadora.

– Es linda pero muy imbécil si regresa con Jinyoung. – lo dijo pensando que estaba sola. – Veo que tu cita o lo que haya sido no resultó bien. – Im al escuchar esa voz dejo lo que estaba haciendo para ponerle atención a su amiga.

– J-jihyo, que sorpresa, ¿Escuchaste todo?. –  se notaba el nerviosismo por ver a su vieja amiga cruzada de brazos en la puerta de su oficina.  - ¿Tu platica con Jeongyeon o lo que dijiste estando sola?. -  la menor pregunto divertida por la cara de su amiga.

– Mierda. – Im trató de ocultar rápido su rubor con alguno de sus papeles. Preocupada la menor decidió acercarse a la castaña.

– Oye relajate, no pensé que esa chica te gustará más que el tipo con el que empezaste a salir. – tocó suavemente su hombro, Nayeon al sentir el tacto tan gentil alzo su vista.

La mirada de Jihyo hacia ella la hacían sentir realmente vulnerable. Más a sabiendas que jamás le ha mentido. Suspiro cansada, acomodándose en su lugar para enfrentarla. Tomando valentía para hablar con ella.

– E-es que si la hubieras visto creó que estarías igual o peor que yo en estos momen...– se quedo callada pensando en lo ultimo que dijo su amiga. – U-un momento tu h-has dicho ¿Qué me gusta Mina?. – eso es algo imposible para ella, debía ser una broma bastante pesada de parte de su amiga.

– Si es lo que dije. – Jihyo le respondió calmada, pero por dentro se estaba muriendo de la risa por la actitud tan infantil de su amiga. Nayeon por otra parte se levantó de su lugar totalmente ruborizada. – Iré a tomar aire. – al verse tan vulnerable fue lo primero que se le vino a la mente para huir del lugar.

– Adelante nadie te detiene. - la pelinegra se hizo a un lado para no estorbarle a su amiga. – Ahora vuelvo. – se levantó de su asiento tratando de asimilar las cosas.

– Espérame creo que sí necesitas de mi ayuda. – Nayeon asintió ante la propuesta de su mejor amiga.

What Can I Do?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora