"Los hombres han tenido siempre dificultades con la femenidad, es decir, no solo con la de las mujeres sino con el componente femenino de su sexualidad. La repulsa de los hombres por la homosexualidad esconde siempre en sí mismo este rechazo de lo femenino, como quiebre de la identidad masculina."
-Emiliano GalendeNADA se sentía como antes. Mientras la clase de historia tomaba lugar, la mitad del grupo estaba viendo sus celulares disimuladamente, y la otra mitad, observaba a la profesora solo para mostrar falso interés. Gabriel y Lysander, los estudiantes que más participaban en clase, parecían ausentes. Estaban sentados uno al lado del otro, pero estaban más distantes que nunca.
Luego de la confesión, Gabriel se había ido, y regresó muy tarde en la noche solo para acostarse en la cama y no decir ni una palabra. Lysander continuaba herido. Su mejor amigo le había dado la espalda, y era entendible. No todos los días te dan la noticia de que tu mejor amigo, en realidad te desea con mucha pasión.
Esa mañana se levantaron, y como dos extraños, salieron del apartamento sin decirse ni buenos días. Lysander se moría por saber qué había en su cabeza, por saber qué pasaba por su mente luego de esa confesión; pero no tenía el valor de acercarse y preguntar. Sentía miedo al rechazo. Salir del clóset nunca pareció fácil, y este comienzo solo daba indicios de que el camino sería, en efecto, muy complicado.
Laura, quien se encontraba dando la clase, notó el despego de sus chicos durante el periodo de enseñanza. El curso se sentía vacío, pues Lysander y Gabriel permanecían callados. Debido a la curiosidad, y porque la clase no iba muy bien, Laura decidió acabar cinco minutos antes. Tras despedirlos, todos los estudiantes salieron del salón, incluyendo a Gabriel. Pero Lysander no se movió, se quedó en su silla como si hubiera estado pegado a ella y mirando nada en particular.
Laura se acercó, y se arrodilló para estar al nivel del chico sentado.
- ¿Qué pasó entre ustedes? - Preguntó mientras acariciaba el cabello de Lysander con su mano, tomando un rol materno.
Lysander la miró a los ojos y contuvo las ganas de llorar.
- Ya pasó. - Confesó tras un suspiro.
- ¿Qué le contaste exactamente?
- Todo. - Pausó y secó las lágrimas con la manga de su camisa. - Eso creo. La neta es que la regué.
- ¿Por qué lo dices? - Continuaba acariciando a manera de consuelo.
- Lo besé, Laura. Lo besé.
La profesora abrió los ojos un poco sorprendida, pero luego continuó con el consuelo.
- Todo pasará pronto, ya verás.
- No creo. Todo se ve tan distinto, tan mal. Tengo miedo de quedarme solo.
- Jamás te quedarás solo. Que te gusten los chicos no es una razón para sentirte solo o sentir vergüenza. Es algo normal. - Lo obligó con su mano a que la mirara. - ¿Sabes cuántos homosexuales hay en este mundo? ¿Sabes cuántos de ellos viven completamente felices? ¡Muchos, por si no lo sabes! La vida se basa en situaciones complicadas que hay que superar. Y para conseguir la felicidad muchas veces hay que pasar por dolor, angustia y sacrificios. Pero al final, te das cuenta de que todo valió la pena. Y es ahí cuando te sientes conforme, alegre de lo que eres y de lo que has logrado.
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Fuego Ardiente
RomanceCuando el amor, el estrés, y las responsabilidades se unen, no son muchas las opciones de escape saludables. Según el psicoanálisis, cada individuo reacciona a partir de los deseos y recuerdos reprimidos que existen en la conciencia. ¿Podría ser el...