¿LIBERTAD O LIBERTINAJE?

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"El precio de la libertad... es el desencadenamiento por el que el ser hablante se libera del lazo social al precio de la locura; esa libertad no es fantasía, pero no está al alcance de cualquiera, no cualquiera se permite un ejercicio efectivo de tal libertad fuera del lazo social, su costo suele ser excesivo."
-Gabriel Lombardi

LOS CELOS estaban presentes en la habitación, pero él se encargaba de reprimirlos.

- ¿Qué hacías ayer? - Preguntó Lysander a Gabriel relajadamente.

Ambos se encontraban en su apartamento mirando sus celulares en lados opuestos de la cama.

- Estaba en... - Pensó las palabras antes de soltarlas. - Estaba haciendo mis ejercicios mañaneros.

- ¿Todo el día? - Cuestionó incrédulo.

- ¡Ay! ¿Para qué te voy a mentir? - Admitió con una sonrisa de oreja a oreja. - Estaba con una chica, y la pasamos increíble. - Viró sus ojos en señal de placer.

- ¿Con Dalila?

- No, ya quisiera. - Comentó riéndose. - Fue una chica que conocí en el café.

- ¡Oh! - Se hizo el sorprendido. - ¿La conociste ayer?

- ¡Sí! - Contestó emocionado. - Era muy linda y bien directa. Nos tomamos un café, y luego nos fuimos a caminar. Ella era muy candente, casi nunca te encuentras una mujer así de directa como ella. Se le notaba que quería conmigo. - Viró los ojos otra vez recordando el momento. - Pero te juro que solo hablamos. Yo tenía que ir a trabajar, lamentablemente.

- ¡Wow! - Expresó Lysander sin ganas. - ¡Qué bien! Es que te estuve llamando y no contestabas. Solo por eso quería saber.

- Ay, perdón. Pero estaba muy ocupado, como puedes ver.

- Sí, ya veo. - Dijo de mala gana.

- ¿Estás molesto por eso? - Preguntó Gabriel.

Lysander lo miró con los ojos bien abiertos, y soltó una sonrisa forzada que ocultara sus celos. No podía permitir que su homosexualidad saliera a la luz, y mucho menos las ganas suprimidas que le tenía a su mejor amigo.

- No, para nada. - Dijo entre dientes, disimulando estar feliz. - Me alegro por ti, de hecho. - ¿Y Valeria?

Valeria, la novia de larga distancia, había sido la salvación de Lysander para espantar cualquier mujer que se le acercara a su amigo. Cada vez que Gabriel fijaba su mirada en alguien, Lysander era el primero en recordarle que debía serle fiel a su novia, incluso en la distancia. De esa manera, ninguna mujer, incluyendo a Valeria, podían acercarse al chico. Pero esta vez, la pregunta intencionada no tendría resultado.

- Nos dejamos, chico. - Dijo más alegre que triste.

La cara de Lysander cambió totalmente. La sonrisa que había fingido, decayó por completo. Su salvación se había esfumado.

- Nos dejamos, o eso creo. Al menos ya di el  primer paso y dije lo que sentía. Una relación no puede basarse en pena.

Lysander se dio la vuelta para que Gabriel no lograra ver su cara.

- Y pues, creo que ya tengo la primera candidata.

Fuego ArdienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora