-Harry, soy Clara.-dije golpeando la puerta.
-Pasa, está abierta.-escuché que decía su voz.
Empujé suavemente la puerta y entré, lo vi acostado en su cama con una frazada encima, tenía cara de cansancio pero no se veía muy enfermo más bien se veía hermoso.
-¿Tenés fiebre?-pregunté colocando mi mano en su frente y sentándome en un costado de la cama.
-¿Por qué estás acá?-dijo cambiando abruptamente de tema.
-Niall me pidió que viniera.-respondí aún con mi mano en su frente.
-Ya lo sé, me refiero a por qué aceptaste venir.-dijo mirándome fijamente-Clara, mirame a los ojos y decime que no me amas.-añadió al ver que yo no decía nada.
-Ya no siento nada por vos Harry.-dije inseguramente evitando su mirada.
-Si querés que te crea repetí eso pero mirándome a los ojos.
-Nunca me contestaste si tenés fiebre.-dije para evitar responderle y sobre todo para evitar mentirle.
-Eso creí.-susurró para sí mismo-Clara, creés que podés olvidarme pero ambos sabemos que eso es imposible.
-Harry no hagas las cosas más difíciles.-dije con la mirada clavada en la pared de detrás de la cama-¿Ya cenaste?
-No, no quiero bajar al comedor del hotel.
-¿Y qué querés hacer?
-¿Qué tal si cocinás algo?-contestó sorprendiéndome.
-¿Qué? ¿Ahora también tengo que cocinar? ¡Eso no es justo!-exclamé indignada.
-Por favor…-suplicó poniendo cara de angelito.
-Está bien.-dije con un suspiro de resignación.
Una hora más tarde estábamos cenando la fabulosa comida que habíamos pedido al servicio a la habitación ya que mi intento de cocinar fue bastante desastroso. Harry se mató de risa cuando me olvidé que la comida estaba en el horno y empezó a salir humo, salí corriendo a la cocina pero cuando llegué ya era demasiado tarde y estaba por poco carbonizada así que obviamente no la pudimos comer.
-Tengo una idea, llamemos al servicio para que nos traigan la comida al cuarto.-exclamó Harry.
-Que buena idea pero la podrías haber dicho antes así yo no tenía que cocinar.-reclamé.
-Es que me pareció divertido que primero lo intentaras, pedir que nos traigan la cena era mi plan B.-dijo soltando una carcajada.
Mientras comíamos había un silencio un poco incómodo entre nosotros pero no necesitábamos hablar porque estar ahí juntos era suficiente. Después de cenar decidimos mirar una película. Luego de cambiar varias veces el canal nos pusimos a ver una comedia aunque yo no le presté mucha atención porque estaba observando al chico que estaba acostado en el sillón descansando su cabeza sobre mis piernas. Todo en él era perfecto, sus profundos ojos verdes, sus suaves labios, su sonrisa, esa sonrisa que pasara lo que pasara a mi alrededor podía quedarme mirándola por horas sin cansarme. Casi sin darme cuenta empecé a acariciar sus rulos. Ya no me podía engañar a mí misma, aunque sea un mentiroso y un consentido estaba enamorada de Harry y nunca iba a poder olvidarme de él.
-Gracias por venir.-me susurró.
-No es nada.-respondí.
-No enserio gracias, significa mucho para mí.
No sé por qué lo hice, bueno en realidad sí lo sé, pero agaché mi cabeza y lo besé. Hacía tiempo que deseaba volver a hacer eso. Cuando separé mis labios de los suyos él me miraba sorprendido.
-Oh no, lo siento.-exclamé levantándome del sillón y obligándolo a hacer lo mismo ya que su cabeza seguía apoyada en mis piernas.
-No tienes que disculparte.-dijo sonriendo y haciendo que se le marcaran sus tiernos hoyuelos.
-Sí, no tendría que haber hecho eso, va a ser mejor que me vaya.-dije agarrando su brazo y llevándolo a su cama-Quedate acostado y cualquier cosa me llamás.
-Pero Clara, yo no quiero que te vayas.-dijo sosteniendo firmemente mi mano entre las suyas-Quedate un rato más.-añadió tirando de mí para que me acueste a su lado.
-Mañana me voy a arrepentir de esto.-dije cediendo después de un momento de indecisión y provocando que él riera.
-No, no lo harás, te lo prometo.-respondió mientras me rodeaba con sus brazos y me daba un corto y dulce beso en la boca.
-Harry…-dije interrumpiéndolo ya que de repente recordé algo.
-¿Qué…-me dio un beso-…pasa?-continuó y luego volvió a besarme.
-Me olvidé de traerte tu buzo, perdón.
-No importa me lo podes dar otro día.-dijo riendo.
Hacía dos noches que no podía dormir así que apenas recosté mi cabeza en el pecho de Harry el sueño me ganó.
-Te amo Harry.-fue lo último que alcancé a susurrar pero no pude escuchar si el me contestó o no.
