Rompiendo Las Reglas - Chriserick (Omegaverse)

Capítulo 4

Desperté abrazado a mi camisa, ni siquiera me di cuenta en que momento me quedé dormido. Mi cuerpo sintió frío y aunque era hora de levantarse, no pude evitar meterme bajo las sábanas.

Por un momento pensé que no estaba solo, el olor que emanaba aquella prenda era muy fuerte, como si aquel Alfa hubiera estado aquí.

Miré al techo preguntándome el porqué debía ser así para que me respeten, el porqué tenía que hacer cosas malas para surgir, inconscientemente me estaba convirtiendo en alguien que no era y que a veces no me gustaba ser, mi lado Omega en ocasiones me pedía a gritos salir y no podía.

Negué al tener tantos pensamientos en mi cabeza, me estaba confundiendo a mi mismo y no necesitaba preocupaciones.

Daniel 08:17 am.
¿Necesitas que vaya?

Erick 08:19 am.
Ven, necesito hablar
de algunas cosas
contigo.

Daniel 08:20 am.
Llego en unos
veinte minutos.

Me levanté con pocos ánimos, hoy por alguna razón que no me explicaba quería descansar, dormir, estar solo, refugiarme en mi.

Alcanzaba a darme un buen baño, al menos uno que logre relajar mi cuerpo. Abrí las ventanas para que salga aquel olor, no era molesto pero no era bueno sentirlo, mucho menos sabiendo de quien era.

Apenas llegó Daniel lo llevé al living, sorpresa para él ya que siempre era el despacho nuestro centro de conversaciones.

- ¿Estás bien? - preguntó.

- Sí, solo que con algunas cosas en la cabeza.

- Nunca te había visto con ropa informal a mitad de semana, mucho menos que se diera una conversación aquí.

- Lo sé, extraño ¿verdad?

- Bastante.

Daniel siempre me ha mostrado lealtad en todo, llegó como muchos aquí pidiendo trabajo y sentí algo en él que no todos demostraban, confianza.

- Es extraño, pero siento como si mi yo interior me estuviera pidiendo algo, hoy me levanté muy raro - confesé.

- ¿Puedo? - preguntó. Asentí dejando que se siente a mi lado - yo no entiendo mucho lo que ustedes sienten, yo soy distinto a ti, pero quizás es tu lado omega Erick.

- Lo mismo pienso, pero no puedo.

- Tú eres de una manera, y en parte lo estás ocultando, quieres vivir como si fueras un alfa.

- No es que quiera ser como ellos, son los seres más despreciables para mi, pero es la única forma de marcar respeto.

- No te voy a contradecir, en parte tienes razón, pero quieras o no, algún día necesitarás de uno de tus enemigos, al menos si quieres formar una familia - comentó.

- Es que eso no quiero, no quiero que piensen que solo sirvo para la procreación, yo me quiero valer por mi mismo.

- ¿No te gustaría tener familia? Hijos, un hombre que te proteja.

Lo miré con algo de dudas, esas preguntas jamás han sido tema para mi y ahora me las estaba comenzando a hacer.

- Sí, si me gustaría - confesé.

- Eso está bien - trató de animar.

- Pero eso implicaría perder todo esto, me ha costado, yo me siento independiente.

- Tu instinto, eso debes seguir, si quieres esto perfecto, pero si quieres formar algo en un futuro, sería lo correcto, tú tienes un muy buen instinto.

- ¿Crees que soy malo?

- No, no lo eres.

- Hago negocios sucios, promuevo drogas, armas, eso no es de personas buenas Daniel, me estás mintiendo.

- Eso no te define, no sé si te has dado cuenta, pero a veces tienes actitudes muy tiernas.

- Señor, lo buscan - interrumpió alguien de la seguridad.

- ¿Quien? No espero a nadie.

- Es una señora, lo mismo de siempre - respondió.

- ¿Quieres que vaya yo?

- No, vamos los dos - respondí llamando la atención de ambos.

Caminé hasta la entrada del lugar, que yo me muestre frente a las personas era difícil de ver.

- Hola ¿que necesita? - pregunté.

- Señor Erick, necesito de su ayuda, no sé que hacer - respondió angustiada.

- Dígame lo que...

No pude terminar al sentir unas pequeñas manos abrazar mis piernas, quedé totalmente quieto, fue una sensación extraña que me llenó de emoción, había olvidado lo que era sentir un abrazo.