Rompiendo Las Reglas - Chriserick (Omegaverse)

Capítulo 26

- Con cuidado Christopher - advertí.

- Lo sé, aunque muero de ganas de lanzarte - rió.

- Créeme que te creo - dije.

Me ayudó a sentarme en la silla de ruedas, veríamos a nuestros bebés por primera vez, lo lamentable es que solo sería a través de la ventana.

No era muy amante a los hospitales, en realidad como cualquier persona, pedía que mis bebés sean fuertes y se recuperen pronto para irnos los cuatro a casa.

- ¿Me ayudas a ponerme de pie? - pregunté para él.

- Ven - dijo tomando mi mano - con cuidado...eso, apóyate en mi.

Quería estar levantado para ver mejor a mis hijos, estaba intentado calmar las ansias de tenerlos en mis brazos, lo necesitaba.

- ¡Míralos! - exclamé emocionado.

- Están chiquitos - contestó.

- Sí.

- Nuestra Emma Vélez Colón y nuestro Isaac Vélez Colón - señaló a cada uno.

- ¿Estarán bien ahí?

- Claro que sí, es necesario si queremos que se vayan con nosotros pronto.

- Necesito tenerlos conmigo, quiero sentir a mis pequeños, que nos conozcan - dije algo angustiado.

- Habíamos quedado en algo, íbamos a ser pacientes.

- Lo sé, pero ahora que los veo ahí es difícil, quiero cuidarlos.

- Lo haremos, no te preocupes. No se parecen a ninguno.

- Es que están recién nacidos, con el tiempo iremos notando sus rasgos - respondí.

Estaba esperando a que despierten, estaban tan tranquilos que eran una ternura en todo los sentidos.

Christopher me miró sin decir nada, no lo miré hasta unos segundos después par depositar un beso.

Volví la mirada a mis pequeños, pero mi alfa seguía con la mirada fija en mi.

- Te amo.

Bajé la mirada al escuchar eso salir de su boca, humedecí mis labios intentando articular alguna palabra, pero solo presioné estos al no poder con la emoción.

Ahora ambos brazos me tenían rodeado, no pensé que sería él el primero en decir un "te amo".

- Estoy algo sentimental - dije contra su camisa.

- Se supone que deberías ponerte feliz.

- Lo estoy, pero me tomaste por sorpresa - sonreí.

- Mi pequeño hermoso.

- También lo hago, también te amo - dije alcanzando sus labios.

Estábamos dando paso a una nueva etapa, a una nueva experiencia, a nuestra vida de padres.

Seguramente no seríamos perfectos y nos íbamos a equivocar como cualquier persona, nadie nace siendo papá y eso era lo lindo de todo aquello, aprender.

Volvimos a la habitación ya que no podía hacer más esfuerzo del que me permitían, tenía que cuidarme para estar como nuevo para mis hijos.

- Ojalá no peleen mucho cuando crezcan - comenté.

- Eso será un hecho, los hermanos están para pelear.

- Ay Christopher - negué.

- Bueno, también para cuidarse. ¿Crees que Emma se sentirá muy sola entre tres hombres?

- No lo sé, quizás cuando pase por la etapa de la adolescencia sí, ya sabes, ahí a todos nos da la rebeldía.

- Esperemos que tengamos suerte en tener otra niña, sería bueno que tenga compañía, necesitará alguien que la entienda en sus cosas más adelante.

- Sí, pero no te adelantes - puse un alto - no soy una máquina de bebés.

- Estoy pensando a futuro, espero que nadie la haga sufrir, me molestaría mucho - cruzó sus brazos con enojo.

- Oye - reí - ¿apenas nació y ya le imaginas la vida? Relájate Vélez.

- Si ¿verdad?

- Isaac la cuidará.

- Él será igual que yo, lo presiento.

- ¡Ay no! No arruines el momento Chris, estamos imaginando cosas buenas - tomé aquello con humor.

Seríamos buenos padres, algo me lo decía y aunque un día ellos iban a hacer sus vidas por si solos, nosotros estaríamos con ambos hasta que pudiéramos hacerlo.