my rules; chester

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Comenzaban a gustarle esas luces traseras.

También las de la moto por supuesto.

El viento se colaba por su chaqueta y comenzaba a sentirlo en los huesos. Sus manos apretaron el manubrio y aceleró a fondo en el último callejón, pero aún seguía atrás. Podía sentir su maldito perfume azotandole, como si estuviera burlándose. Y él estaba furioso; rabioso.

Un odioso rubio le estaba ridiculizando frente a sus colegas. Su moto nunca había visto unas luces traseras, pero ahora se las estaba comiendo. Casi podía ver la estúpida sonrisita clavada en su bonita cara, mientras se burlaba de él.

Gruñó en cuanto llegaron al lugar, el rubio llegando casi cinco segundos antes que él. La moto rugió por última vez antes de calmarse en cuanto quitó la llave.

Le vio quitarse el casco, dejando libres por fin a las húmedas hebras doradas, pues aún con el frío que hacía, una buena carrera hacía sudar a cualquiera. Él también se sacó el suyo, sintiendo los rizos rozar su nuca y sus ojos simplemente no podían dejar de buscar su mirada.

Vio como se bajaba y arrastraba la moto entre las personas que lo felicitaban y pagaban sus apuestas, algo que él también tenía que hacer. Así que también le siguió y aparcó la moto cerca de la carretera. Siguió sus pasos hasta un callejón alejado; uno húmedo y solitario.

El rubio sentía los pasos del otro y no podía evitar que sus comisuras no se mantuvieran quietas en su lugar. No fue hasta que terminó de encadenar su moto justo al final del callejón sin salida que sintió como lo giraban y lo empotraban contra la fría pared. Ambos tenían las respiraciones agitadas gracias a la adrenalina de la carrera, así que el aliento helado que soltaban, golpeaba al otro inmediatamente.

─Tramposo.

El más bajo sonrió con sorna en cuanto escuchó su ronca voz tan cerca.

─¿No sabes perder, Styles?

Su gran mano lo tomó del cabello y lo jalaron un poco hacia atrás mientras la otra metía el dinero en su bolsillo trasero. Después esa mano se encadenó a su mentón, obligando a sus ojos a no apartarse.

─Las pagarás.

Declaró, a lo que el rubio se permitió reír bajo.

─¿Ah, sí? ¿Y cómo?

Los escurridizos dedos del mayor se colaron bajo su ropa provocando un pequeño salto y haciendo que tragara saliva.

─Tengo muchas maneras.

Harry se acercó más y sus labios rozaron su mandíbula al mismo tiempo que su mano subía cada vez más.

El pecho del más bajo no paraba de bajar y subir, a lo que Harry sonrió y de un movimiento rápido, le rodeó la cintura y ya estaban completamente pegados. El rubio no podía dejar de temblar.

❝diablos...❞

Ya no se sentía tan chulito.

Le miraba desde arriba; sus ojos hambrientos le hicieron temblar.

No. No caería. No podía... él no podía...

Los traviesos labios del mayor continuaron su roce hasta llegar a su oído.

─No te iba a hacer caso, pero lo siento, rubio.

Susurró. Entonces le soltó y Niall solo pudo apreciar como se daba la vuelta, se montaba en su moto y le veía con una sonrisa altanera.

─No mezclo las aventuras con los negocios, lindura.

Y aceleró.

El rubio tragó saliva y pudo respirar. Su ceño se frunció y sus puños se apretaron.

𝓶𝔂 𝓻𝓾𝓵𝓮𝓼; 𝓷𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora