𝓶𝔂 𝓻𝓾𝓵𝓮𝓼; 𝓷𝓼

my rules; just them

El estruendo de la puerta siendo abierta bruscamente les hizo saltar del susto. Niall se dio en el codo con la mesa de noche y Harry casi tiene un paro cardiaco. El castaño tenía los ojos oscuros, estaba empapado y respiraba fuerte y profundo. Niall maldijo en su mente, pero solo un segundo bastó para que entendiera que esa mirada en Liam no era normal, por más que estuviera enfadado. Harry no pudo reaccionar. Liam dio unos pasos fuertes, tomó al rubio del brazo y le jaló suavemente hasta llegar a la puerta. Entonces miró hacia atrás, por encima de su hombro.

─Ya te lo advertí.

Dijo bajo. Niall cerró los ojos con fuerza, sin querer ver la expresión de Harry. Se apretó al brazo del más alto y se dejó guiar. Ya fuera de la habitación, Litzy le sonríe como forma de despedida a Liam, quien era amigo de su hermano mayor, pero este no se la devuelve. Sino que asiente con su cabeza, pues aún tenía a Niall entre sus brazos. Ya delante de la salida, se quita su chorreante chaqueta y se la coloca encima al rubio, porque afuera parecía que había una tormenta. La chaqueta estaba completamente seca por dentro, tenía el olor y el calor de Liam, así que él simplemente se acurrucó dentro de ella y mordió su labio, tratando de sacar a Styles de su cabeza. Él tenía que regresar. Tenía que regresar al mundo real. Donde trataba de negociar con hombres peligrosos por el bienestar de su familia, su apellido, su país. Porque aunque cada persona metida en ese mundo fuera de Irlanda aceptara que no había ningún apellido más poderoso que Horan, eso no elimina los peligros de cualquier atentado. Dentro de su país era otra historia. Muchos querían estar en su posición, incluso Harry y su familia. No tenía tiempo para eso. No podía distraerse.

Estaba a pocos pasos de cerrar el trato de su vida con uno de los peces gordos más peligrosos e importantes en el mundo entero, y si seguía pensando en esos ojos simplemente no podría.

¿Por qué todo tenía que ser tan complicado?

No podía negar lo que sentía. Era estúpido tratar de convencerse a sí mismo que Harry no le atraía, muy estúpido. Pero eso no lo hacía más fácil.

Harry Styles se había acercado a él para llegar a su padre y él lo sabía. Siempre lo supo. Muchos habían intentado lo mismo. Él lo sabía y aún así no lo alejó. No pudo rechazar el contacto de sus labios ni las espontáneas caricias. Tampoco pudo detener las sonrisas que aparecían, ni las risas que escapaban desde el fondo de su estómago. Estaba seguro que Harry se sentía parecido. Styles había tomado la iniciativa de arrastrarlo para hablar de ellos; no de sus familias o apellidos.

Solo ellos.

Y eso le había hecho demasiado feliz para su gusto. Quería hablar más con él. Quería conocerlo más, saber más de sus gustos. Quería abrazarlo, quería sentir su perfume en él, quería que le acariciara el cabello mientras le contaba acerca de cómo su equipo favorito había perdido por un punto.

Mordió su labio. Solo quería estar con él; no podía dejar de pensar en él y no quería hacerlo.

Quería ser protegido.

Pero en cuanto Liam entró, salió de esa burbuja. Porque aunque se gustaran, Harry seguía siendo un Styles, y él un Horan. Sus familias seguirían odiándose, no podrían estar juntos porque no se lo permitirían. Él tenía deberes familiares, Harry también. Estaba seguro que Des Styles estaba preparándolo para que fuera la próxima cabeza Styles, el que se encargaría del negocio pronto.

¿Y cómo podrían si quiera verse? Los Styles estaban ahí para expandir su negocio, para adueñarse de Irlanda y en el momento en el que se dieran cuenta de que no será posible, simplemente se irán. En el momento en el que acepten que no podrán ganar, ellos no tendrán ninguna razón para quedarse.