Capítulo 2

219 11 0
                                    

Pasaron los días, y no despertaba ella.
Sentía morir en aquel momento, mientras ella seguía ahí en esa cama totalmente inmóvil, Vero, su amiga se encargaba de los trabajos pendientes de Lauren, yo en algunos ratos también iba e intentaba ayudar a Vero, no sabía mucho de esto, pero hacía el intento. Michael, el padre de MI ojiverde, estaba al tanto en el hospital. Tenía algunos colegas conocidos en aquel lugar, también hizo que la atendiera uno de los mejores doctores de Boston.,bastante joven el doctor Mahone.

Los días seguían y seguían, dos semanas estaban por cumplirse, cuando por el pasillo de aquel hospital salió el doctor Mahone.
No dudé en dirigirme hacia él, detrás de mí me seguía Dinah, el Señor Jauregui, y Clara, la madre de Laur.

-¿Doctor, dígame por favor. Tiene noticias nuevas sobre mi hija?.- cuestionó Michael.

El joven doctor nos dio a cada uno una mirada rara, confundiendonos si lo que estaba a punto de responder era favorable o no.

-Buenos días, antes que nada. Tenemos noticias bastante favorables, la señorita Jauregui despertó hace dos horas.

Mi rostro se iluminó al escuchar la respuesta de aquel joven doctor, por su parte el padre de Lauren agradeció al doctor y poco tiempo después salió de la sala de espera el joven de bata blanca.
Festejamos todos los que estabamos ahí dándonos abrazos unos a otros.
Lauren estaba fuera de peligro.

Después de dos horas, salí a la cafetería que estaba en frente del hospital, llevaba toda la mañana sin probar algún bocado. Tenía que aprovechar el tiempo, ya que por ahora Clara, la madre de Lauren estaba con ella en su habitación. Ya todos habían ido a visitarla, solo faltaba yo, y no quería que me viera en mal estado físico.

Saliendo del ascensor logré escuchar gritos desgarradores de una mujer, los gritos provenían del pasillo. En cuanto reaccione, note que venían de la habitación de Lauren.
.
Sin pedir permiso, ingrese a la habitación, ahí estaba clara y Lauren.
A clara la estaban controlando unas enfermeras, mientras me acercaba a mi novia, vi su rostro con nostalgia, también logré ver algunas lágrimas que rodaban hacia sus mejillas.
Su mirada estaba enfocada hacia la nada.
Eso me preocupo.

-¿Lauren?-
Enseguida movió la cabeza por varios lados, parecía que no le veía.

-Camz, Camila?- dijo en tono asustado.

-Lauren, estoy aquí, por favor voltea a verme.- dije con la voz quebrada, sabía perfectamente lo que le estaba sucediendo, no quería darme cuenta del porqué a clara le habían suministrado calmantes y el por qué la expresión y lágrimas derramadas por Lauren.

-Camila, no veo nada, no te veo- dijo llorando aún con más intencidad nuevamente mirando hacia la nada.

Mi corazón se partió en mil pedazos, ella había perdido la vista. Tomé todas las fuerzas del mundo y enrede mi brazos hacía su cuello abrazandola fuertemente, sentí que ella estaba llorando igual cuando mi hombro empezó a empaparse con sus lágrimas.

Nos separamos del abrazo cuando escuchamos una voz masculina entrando a la habitación, era el doctor Mahone.

En cuanto lo vi, lo empecé a cuestionar sobre su estado de Lauren, no entendía el porque su cegera.

Después de unos minutos examinando los hermosos ojos de mi novia dio su veredicto final...

-La señorita Jauregui ah quedado ciega est.. -
Interrumpió Michael,que para ese entonces ya estaba adentro de la habitación de Lauren.

-Lo hemos notado Mahone, lo que queremos saber es la razón-

-El accidente que tuvo fue fuerte, recordemos que salió volando del parabrisas y se dio un golpe fuerte en la cabeza, mismo que causo que entrará en coma. La ceguera puede ser pasajera, o incluso permanente. Tenemos que hacer algunos exámenes.

-Sin rodeos doctor, quiero saber si voy a estar así en lo que me resta la vida, no quiero falsas esperanzas ¡carajo!.- dijo Lauren un poco alterada.

-Lamento mucho decirle esto, pero insisto, no sabemos que tan dañado este el nervio ocular. Tengan por seguro que yo me encargaré de hacer todo lo posible para que la vista de la señorita Jauregui regrese.- Habló firmemente acompañada de una mirada de confianza.

-Esta bien doctor, la estabilidad de mi hija la pongo en sus manos. - dijo Michael estrechando la mano con el doctor Mahone.

La habitación ya había quedado sola, a excepción de Lauren y yo.
Michael se había salido al pasillo a hablar con el doctor, mientras Clara estaba en la sala de espera un poco más tranquila acompañada por Dinah y Ally.

Vero seguía haciendo el trabajo que había dejado pendiente Lauren, y Normani, ella se había ofrecido a cuidar nuestro departamento.
Por mi parte,no sabía cómo reaccionar a esto que nos estaba sucediendo, sin embargo para mí no era ningún impedimento o excusa para alejarme de Lauren, la amo, y que este pasando esta etapa tan desagradable no significaría que la dejaría sola, yo estaría a su lado en la buenas, malas y peores circunstancias, por que eso nos juramos hace 7 años. Estar la una con la otra en todo momento malo o bueno.

7 años atrás...

La madre de Camila recién había fallecido, eso significaba que se había quedado sola en este mundo.

Alejandro, su padre las abandono cuando formalizó su romance con su en ese entonces secretaria y compañera de oficina, dejando a Camila y Sinú sin ningún peso, y por si fuera poco con la enfermedad de la madre, Sinú se le había detectado cáncer de mama meses antes en fase dos, casi llegando a la tres (etapa terminal) aquella enfermedad ya no había cura para ella, a pesar de haber extraído el ceno afectado el mal había afectado el segundo ceno, ya no había remedio alguno.

-Siento que una parte de mí ah muerto laur- dijo la chica de ojos matrones acompañados de sollozos.

La ojiverde nunca había perdido a un ser querido, no sabía que expresar para lograr que la niña menor se sintiera mejor.
La amaba en secreto, pero no quería aprovechar la situación que estaba pasando camila para declararle sus intenciones.

La chica mayor abrazo a la morena ambas precargando la cabeza al hombro la una con la otra.

-Camz- dijo la ojiverde separándose lentamente de los brazos de la morena

-¿Camz?. - Respondió con incredulidad la chica de ojos marrones.

Asintió lentamente la ojiverde -Si, si no te molesta te llamaré así.- contestó con una media sonrisa en su rostro.

-No hay problema lolo-.

-Bueno, camila, camz, quiero que sepas que siempre voy a estar ahí a tu lado en las buenas, malas y peores circunstancias.- dijo tomando de las manos a la morena.

-¿Promesa?.-

-No es una promesa camz, es un pacto.-

El silencio se apoderó en la habitación de camila, un silencio acogedor. Camila observó por un momento esos ojos esmeralda. Poco a poco camila se acerco al rostro de Lauren.
Cuando por fin sus respiraciones estaban a escasa distancia, Camila le nació la sensación de rozar sus labios con los de Lauren.

Ahí, encerradas en aquellas cuatro paredes de aquella habitación amarilla, Lauren y Camila pactaron estar la una a la otra, sin importar cual difícil pueda ser la situación.
Ahí mismo cambiaron el amor de amigas de hace años a el amor que se tenían como mujeres.

Ahí se prometieron amor eterno.

Volverte a verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora