Narrador.
Pasaron unos cuantos días más en el hospital, después de tantas pruebas médicas a las que fue sometida la ojiverde con los mismo resultados, ceguera permanente.
Familia, amigos, y por su puesto la dueña de su corazón, camila, estaban desechos tras esta terrible noticia.
Por su parte, Michael se encargaba y hacía todo lo posible por obtener resultados favorables para su hija, logrando un día antes de la salida de aquel hospital que había la posibilidad que regresará la vista, el brillo de la chica de ojos esmeralda.
Para eso tenía que someterse a tres cirugías.Para Lauren toda la realidad era cruda ahora.
-No entiendo porque se aferran tanto a una posibilidad mínima de recuperar la maldita vista.- habló en tono molesto.
-Lolo, tienes que tener fé amor. Volverás a ver, yo confío en que volveran a brillar esos hermosos ojos que tienes y... -
Fue interrumpida por Lauren.-Basta camila, no entienden a caso?. Nunca más volveré a ser la misma, seré inservible para todo, no se porque sigues aquí, a mi lado.-
El corazón de la chica pequeña se le hicieron en pedazitos al oír a Lauren hablar de esa manera,
La niña de ojos marrones corrió en dirección a la cama dejando a un lado la charola con comida para desayunar juntas para poder abrazarla.
Y cuando estaba a escasos centímetros para enredar sus manos con el cuello de la ojiverde., sintió un empujón por parte de si chica, como si Lauren pudiera ver lo que camila pretendía hacerle, reaccióno de manera un poco violenta empujando a la morena logrando caer al suelo.-No camila, no quiero tus estúpidos abrazos, crees que con esto se arreglara esto y podré recuperar la vista, no seas tan estúpida.- el rostro de Lauren estaba rojo de ira, estaba molesta con todo el mundo que la rodeaba sin importarle el daño que estaba causando a sus seres queridos, en especial a la mujer de su vida.
Las lágrimas de camila empezaron a brotar de su rostro, tratando de digerir lo que había pasado, tardó unos cuantos minutos para levantarse del suelo.
Limpiandose las lágrimas que le quedaban en las mejillas con la manga de su sudadera con capucha.
Volvió a hacercarse a la ojiverde para abrazarla, pues a pesar de lo ocurrido hace escasos minutos, ella trataba de entender el por qué la indiferencia y enojo de su novia.-Laur, yo sólo... Sólo que...-
Volvio a ser interrumpida.-Solo, dejame sola camila, no te quiero escuchar, no quiero escuchar a nadie.-
Dijo la ojiverde agachado la cabeza.
Ella sabía el error que había cometido, pero era bastante orgullosa para pedir disculpas.-Lauren, por favor.- hablo la chica con un nudo en la garganta logrando salir un jadeo de tristeza.
-¡Vete!, acaso no entiendes maldita sea?!-
La chica pequeña sólo asintió llevándose con ella la charola con el desayuno intacto.
En cuanto llegó a la cocina dejó la charola en la barra, recargandose con la pared dejo caerse poco a poco hasta quedar sentada en el suelo, lloraba desconsoladamente, pues Lauren no era la única que estaba sufriendo, también la morena. Necesitaba un abrazo, pero, a falta de alguien que lo hiciera flexióno sus rodillas para poder esconder su rostro mientras seguía llorando.Mientras tanto en la habitación...
Lauren también estaba desecha, se sentía como una mierda por lo que le había hecho a camila.
"Hay camz, debes de irte de mi lado" pensó mientras sollozaba. En verdad la necesitaba, pero lo que menos quería es que ese amor que camila le tenia se convirtiera en lastima.
No quería arruinarle la vida a ella.
Seguía sentada en el mismo lugar de la cama, cuando pensó en una estupidez...
La chica empezó a toquetear la cama en busca de su nuevo amigo y acompañante de toda la vida como ella decía, su bastón.
En cuanto lo sintió, lo puso en el suelo. Empezó a chocar con los muebles que estaban dentro de aquella habitación, con su mano libre espezaba a toquetear las cosas, hasta que dio con la puerta del baño.
Torpemente logró entrar hasta llegar al lavado, volvió a toquetear la pared en busca del espejo-botiquín.
Cuando sus dedos sintieron aquel espejo, lo habrio toqueteando y tirando algunas cosas que estaban acomodadas, maldiciendo por su "estupidez" logró sentir las tijeras que siempre estaban ahí cuando las necesitaban.
Camila tenía la manía de ponerlas cuando se "necesiten"Llevo en sus manos aquellas puntiagudas y filosas tijeras, después de un rato de caminar torpemente, regreso a su cama.
Se volvió a sentar en el lugar que había estado antes, aventó aquel bastón al piso, mismo bastón que supuso que no necesitaría nunca más.
Con cuidado abrió al máximo aquellas tijeras, las lágrimas empezaban a salir de los ojos esmeralda.
Pensó por un momento, dejando las tijeras a un lado de su pierna, tocó por última vez aquella pulsera que había llevado desde que camila y ella hicieron su pacto de amor.
...Flasback.
Había pasado ya dos meses de la muerte de Sinú, después de que Camila y Lauren tuvieran su primer beso, después de aquel pacto de amor y de amigas.
Por su parte, ahora la niña de ojos marrones vivía sola, en aquella casa que la madre le había dejado como unica herencia.
Mientras tanto, Lauren quería simbolizar el pacto que se habían hecho con algo que siempre tendrían puesto.
"Que puedo darle" pensó.
Entonces recordó que en una ocasión, Camila le había platicado sobre la leyenda del sol y la luna, de alguna manera la ojiverde se sentía identificada con aquella historia y con la nueva historia que empezaban a escribir juntas.Cuando llegó a casa de camila llevaba en sus manos aquellos collas pulseras, cada una llevaba un dije, uno era un sol y el otro era una luna.
Tocó la puerta de la casa de su chica, rápidamente fue resivida por la chica menor, en ese instante se lanzó hacia los brazos de la ojiverde.
-¡Lolo!- habló la niña de ojos marrones
-¿Lolo? - contestó la mayor incrédula
-Sip, tú me pusiste un apodo, ahora me toca a mi y me gusta Lolo, eres MI LOLO.-
Dijo dándole un beso de pico.Una vez estando en la sala de estar viendo películas y dándose uno que otro cariño, Lauren se dispuso a dar por fin aquel obsequio que representaria su amor.
-Camz, podemos hablar?.- hablo la ojiverde. Logrando llamar la atención de la chica menor.
-¿dime?- hablo dirigiendo su mirada hacia la ojiverde.
-Tengo algo que darte.
La cara de camila había cambiado, estaba incrédula.
De inmediato la ojiverde sacó de la bolsa de su habitual chaqueta de cuero mostrándole ambas pulseras con los dijes.La chica menor miro aun con más incredulidad, no sabía ni tenía la menor idea.
-Es para ti.- contestó dándole la pulsera con el dije de él sol. -Tú eres mi sol, aquel que le da brillo a mi vida camz.
-oh, Lauren- respondió la niña menor con los ojos cristalizados.
Camila salto a sus brazos, dándole miles de besos por toda la cara.
-Lauren, tú eres mi luna... Mi luna que le da luz a mis momentos oscuros, mi hermosa luna que deja cegado a cualquiera con el brillo que das ante tanta oscuridad. Te quiero Lolo.
Y siempre vamos a estar juntas, por siempre, para toda la vida.-Te quiero camz.
Fin de flasback.