Scary Town (Halloween 2018)

6.13

—Ya deja de llorar, bruja. Me fastidias. 

Alcé la cabeza para verlo recargado sobre el tronco del árbol, mientras los cuatro cuerpos se consumían por el extraño fuego. Él no entendía, jamás había sentido tanto odio dentro de mí, jamás había experimentado el rencor de tal forma que condené a cuatro personas al fuego, personas que no me debían nada, que yo ni siquiera conocía. Había sido obra de mi bisabuela... Había podido sentir su presciencia, el olor de la maldad y la sensación de mi corazón convirtiéndose en piedra, la frialdad en el pecho y los vellos de mi cuerpo erizándose. 

Horrible experiencia. 

—Quiero irme...

Su risa no me dejó continuar, se sujetó el estómago y contorsionó como si acabaran de contarle el chiste más gracioso que haya escuchado en su vida. Apreté mis dientes, impotente e inútil, ¿Cómo carajos llegué a creer que podría derrotarlo? No era nadie, no tenía el poder de hacerle daño, él era un demonio ¡Un maldito demonio! ¿Y yo? Una inexperta bruja inútil que no era capaz de crear fuego por su propia cuenta. 

—Sabes que la única opción que tienes es seguir el legado que tu bisabuela abrió para ti, el mismo que tu abuela siguió... Aunque desgraciadamente tu madre se convirtió en una rebelde que no pude controlar y te llenó la cabeza de mentiras— sus dedos tomaron mi barbilla, obligándome a mirarlo. — ¿Te das cuenta de lo que tu madre hizo contigo? Te quitó todas las armas, te negó la sabiduría para defenderte. No tienes posibilidades porque tu madre te privó de ellas en un estúpido intento de protegerte— se burló. Sus dedos se apretaron en mi rostro y me quejé, tomando con fuerza su muñeca. — ¿Qué es una bruja sin sus hechizos, sus ritos, sus conocimientos? Mmm... Nada. Acéptalo de una vez, yo puedo darte todo lo que necesitas, nos merecemos... El uno al otro, tú me necesitas y yo te necesito. Deja de luchar contra mí, estoy de tu lado, date cuenta. 

Su rostro se acercó al mío mientras sus dedos perdían fuerza y me dejaban ir. Mi primer error fue mirar a sus ojos, brillosos de una luz atrayente, casi hipnotizante, una parte de mí, la más débil anduvo a ciegas hasta él, ordenándome dejarlo todo, dejar de luchar, convenciéndome de que era inútil, y cuando sus labios estaban tan cerca que me hacía perder la cabeza, mi parte racional me hizo entender que estaba tratando de lavar mi cerebro, jugando en mi contra y por mi lado utilizando mis propios problemas para convencerme de lo incorrecto. 

Sentí la voz de mi madre hablándome desde el interior de mi cabeza.

—Los demonios son tramposos, Enit. Ten cuidado con ellos y lo que prometan, ellos no suelen cumplir sus promesas, o lo hacen a su manera. Te engañarán, endulzarán tus oídos y te dirán lo que quieres escuchar pero todo es una maniobra para conseguir lo que quieren, y una vez que lo tengan... Tu estarás tan hundida en sus engaños que no te darás ni cuenta cuando se deshagan de ti...

— ¡No! —tiré de mí hacia atrás, alejándome de su maldita y tentadora presciencia. 

—Eres una bruja estúpida, muy estúpida ¡Entiéndelo! ¡Me perteneces! ¡Toda tu maldita descendencia me pertenece! — sus manos volaron rápidamente a mi cuello, apretando tan fuerte que sentí que mi cabeza iba a explotar. 

Sus ojos se convirtieron en rojo puro y su rostro se deformó, la piel se derritió bajo mi mirada atemorizada y debajo una escamosa piel gris se asomaba, su mandíbula se salió de su lugar, dejándome escuchar como sus huesos crujían rompiéndose, y un extraño líquido negro salió de su boca.

— ¡TÚ ERES MÍA! ¡AQUÍ PERTENECES Y AQUÍ TE VAS A QUEDAR!

Rasguñé sus muñecas desesperadamente, el oxigeno hacía falta en mi sistema y las cosas empezaban a tornarse borrosas y confusas, mi vista comenzó a ennegrecerse poco a poco, desde las esquinas extendiéndose dejándome apreciar una ultima cosa antes de que todo se volviera oscuro. El rostro y la imagen de Vadwarhe volvieron rápidamente a su aspecto normal, pronunció algo pero no fui capaz de escucharlo porque me sumergí en la oscuridad. 

— ¿Cómo puedo hacerte entender que todo lo que hago es por tu bien y el de tu familia? Has malinterpretado las cosas, tu madre también. Tu bisabuela solo quería cosas buenas para ustedes, tu abuela lo entendió, pero tu madre y tú...

Entreabrí los ojos mientras lo escuchaba hablar. Estábamos de nuevo en la cabaña, Harry se paseaba frente a mí con rostro afligido y me encontré a mi misma atada de piernas y manos atada a una silla. 

—Estás allí porque quiero que me escuches, aún hay muchas cosas que tienes que saber. Las razones de tu bisabuela para hacer lo que hizo... entre otras cosas. Pero tengo una pregunta para ti ¿Quieres que te lo cuente o prefieres que te lleve a verlo en persona?

Se puso en cuclillas frente a mí y sujetó mi barbilla. —Como tú prefieras, muñeca.

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¿Hola? Lamento tanto la tardanza </3 Pero ya estoy de vuelta.