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Habían encontrado a la chica, encontraron también la "nota" que dejó. Todos en el pueblo se creen que se suicidó. Imbéciles. Ahora todos están apuntando a Enit, y ella se ha dado cuenta. 

Me ha llamado esta noche mientras estaba de pie mirándose en el espejo. Sabía que había sido yo, que fue obra mía. Estaba molesta conmigo, eso me perjudicaba un poco, pero se le pasaría pronto, estaba seguro. De todas formas, estaba preparando hacerle una visita en sus sueños, para ir despertando su lado más malvado. Una vez que la maldad vive en ti, no puedes ocultarla todo el tiempo, bastaba con unas cuantas tentaciones para tenerla. 

Debía lograr que odiara al pueblo, y que el pueblo la odiara a ella. 

— ¡Harry! Sé que me estás escuchando.

Y comenzaba de nuevo. 

— Escucha, sé que lo hiciste tú. Pude sentir tu aura oscura...— ella también tenía un aura oscura. Me burlé.—No lo hagas más, nadie tiene que pagar. ¿Estás oyéndome?— por supuesto, con esos gritos ¿Quién no la escucharía? —No impliquemos a nadie más en esto. No es necesario. La lucha es entre tú y yo. ¿Vadwarhe?

— Yo no juego limpio, querida bruja.— murmuré detrás de ella, logrando que se diera la vuelta de inmediato, con el corazón acelerado. — Agh...— me quejé observando con desprecio un crucifijo sobre su buró. — Deshazte de eso, me molesta.— le ordené con desprecio. 

— No. Podemos llegar a un acuerdo, deja en paz a este pueblo.

Mis ojos se encendieron en fuego y gruñí. — ¡Nunca! —extendí mis manos, los cuadros y algunas cosas temblaron en su lugar, pero Enit se mantuvo quieta, atenta a mí. —Este pueblo es mío, y una bruja no va a quitármelo. 

Le sonreí, una sonrisa tétrica, sin embargo ella se mantuvo allí, sin ningún movimiento, trataba de hacerme creer que no tenía miedo, pero podía olerlo, ella solo estaba mostrándose fuerte.   

La bruja necesitaba una lección, aún no había olvidado que había hablado con él. Atravesé sus ojos para debilitarla, Enit retrocedió unos cuantos pasos pero no puedo resistirse. Sabía que estaba luchando, puesto que me estaba costando entrar en ella. Le envié a través de la habitación, un aire helado para perturbarla. Separó sus labios en busca de oxigeno y me abalancé a ella con la siguiente oración. 

Kŭbruhuzhālle Sòyarps Dazatoniye*...

La habitación fue azotada por un fuerte remolino de aire mientras Enit se desplomaba en el suelo, dejándome la oportunidad perfecta para poseer su cuerpo. 

Exigí oxigeno a través de sus pulmones, tomé su alma y la sujeté fuertemente, arrinconandola en una esquina para que me dejara espacio. El cuerpo de Enit era demasiado pequeño, pero podía adaptarme fácilmente. El viento que azotaba la habitación se detuvo y la electricidad tuvo tanta sobrecarga que el foco de la habitación explotó. 

Lentamente me levanté, torpemente adaptándome a mi nuevo cuerpo. Hacía tanto tiempo que no hacía algo así, que casi me costaba mover mis extremidades, o las de Enit. Toscamente di pasos fuertes y lentos, caminando sobre los pedazos rotos del cristal del foco y de algunas cosas de vidrio y cerámica que se rompieron. La vista de Enit no era muy buena, y en plena oscuridad pise el maldito crucifijo. 

— ¡Aaaaaaaaarrrrgh!— solté un aullido ante el contacto de eso con el pie de Enit, me había quemado. Era el mismo que había puesto en mi brazo la noche que se enfrentó a mí, no sabía que clase de maldito hechizo tenía encima, pero esa cosa tenía poder. Iba a tener que deshacerme de el, sería un escudo y un problema entre la bruja y yo. 

Cambio de planes, pequeña Enit, dejaremos las pesadillas para después, pasaremos directamente al paso tres, hacer que los pueblerinos te teman y acusen. Veamos si las brujas siguen sin agradarles.  

Scary Town (Halloween 2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora