Un punzante dolor en el pecho y unas inmensas nauseas me hicieron abrir los ojos de golpe. Un sabor metálico y putrefacto invadió mi garganta hasta mi boca y me vi en la necesidad de escupirlo hacia un lado.
Mis ojos lagrimearon por el ardor en mi garganta y con poca fuerza en mis brazos intenté enderezarme. Desorientada y perturbada desconocí el lugar en el que me encontraba, la oscuridad reinaba y el frío tenía mi carne de gallina.
— Buenos días, bruja.
Sobresaltada me giré sentándome en el suelo, mirando en todas dirección, estaba allí, aunque no lo veía podía sentirlo, tanto en mi carne como en mi interior.
Su olor y su aura completamente negra, el frío desagradable que emanaba de él, me provocaba nauseas su presencia.
—Eso es ofensivo, seguramente fue algo que comiste. No me culpes de tus males.— su tono burlón rugió desde la oscuridad, no había una dirección, el sonido venía de todas partes, podría incluso estar en mi cabeza.
No agregué nada, si era capaz de leer mi mente... Significaba que no estábamos en el mundo, al menos no en el mundo de los humanos. Debía tener mucho cuidado con mis pensamientos.
Su risa se fue haciendo clara, dejándome percibir de donde venía, su cuerpo alto se acercó hacia mí entre una oscuridad que ya no era tan espesa.
—Eres muy lista, aunque admito que a veces he dudado dada tu incapacidad de darte cuenta que me necesitas tanto o más como te necesito yo.
—Sal de mi maldita cabeza y no vuelvas a poseer mi cuerpo nunca más.— ladré en su dirección.
Él hizo una mueca y la luz poco a poco se fue haciendo lugar, dejándome ver mi alrededor. Un suelo de madera vieja crujía bajo mi cuerpo y parecía pudrirse, Harry se dejó caer tranquilo y con estilo sobre un sofá viejo de un color celeste grisáceo, un color tan apagado y sin alma, combinaba a la perfección con quien lo ocupada.
—Aún puedo escucharte pensar.— señaló.
Le mostré una sonrisa burlona y me esforcé para levantarme del suelo con la poca fuerza que iba recuperando.
— ¿Por qué me trajiste aquí?
Él me miró de arriba a abajo y sonrió antes de levantarse velozmente y en una milésima de segundo estar detrás de mí, retirando mi cabello blanco de un lado de mi cuello.
—Porque has sido una bruja muy mala, pero no el tipo de mala que deberías ser. El termino correcto podría ser "Has sido demasiado buena" pero perdería potencia y no tendría mucho sentido. De cualquier forma, mereces que te dé una lección.— sus fríos dedos acariciaron la expuesta piel de mi cuello, causándome escalofríos.
Fruncí mis labios, no me gustaba para nada la idea de estar en su mundo, eso significaba que él tenía ventaja. Él rió para confirmar mi suposición antes de dejar un beso frío en esa zona de mi cuello. Él sabía todo lo que pasaba por mi maldita cabeza, debía controlar todo lo que pudiera pensar. Él también era demasiado inteligente y audaz, eso no era bueno para mí.
—Soy un demonio, preciosa, mi inteligencia es lo menos que debería importarte.
— ¿Y de qué debería preocuparme? ¿Qué vas a hacer conmigo?— lo vi alejarse un poco y tomar unas pequeñas tijeras de una mesa deteriorada.
—Primero, mostrarte el lugar, no suelo traer visitantes. Te enseñaré como son las cosas aquí, y deberás seguirlas al pie de la letra porque todo tiene consecuencias.— tomó un mechón pequeño de mi cabello y lo cortó con las tijeras.
Emití un suspiro de sorpresa y llevé mis manos a mi cabello ¿Qué carajos acababa de hacer? Jugueteó con el mechón entre sus dedos y con una sonrisa lo acercó a su nariz para aspirar el aroma, llenó sus pulmones de aire y luego de cerrar brevemente los ojos volvió a soltarlo, con satisfacción.
—Las cosas funcionan diferente en este lugar.— se alejó, pero podía escuchar su voz como si estuviera a centímetros de mis oídos. —Primero, tenemos una luna, no es nuestra amiga, nos sirve si le servimos. Y tú le vas a servir muy bien.— su voz se agravó a medida que hablaba.
Su risa nuevamente sarcástica.
Volvió a mí con mi mechón de cabello metido dentro de un tarro de vidrio y me lo mostró con una sonrisa satisfecha. Tomó mi brazo y me llevó hasta su pecho para sujetarme, entonces mis pies se despegaron del suelo, un viento frío entumeció mi rostro por unos segundos, tan fuerte obligándome a apretar los ojos y abrir la boca en busca de oxigeno.
De pronto el vacío de mi estómago me indicó que estábamos descendiendo hasta que mis pies tocaron nuevamente el suelo. Vadwarhe me soltó dejándome sobre mis propios pies en tierra firme. Me animé a abrir los ojos.
Lo que había allí y dónde estaba era... Tan irreal. El cielo estaba tan negro sobre mi cabeza y una luna gigante se asomaba, era tan gigantesca que sentía que podía tocarla si me estiraba un poco hacia arriba y me ponía sobre las puntas de mis pies. Luego al frente se reunía una multitud de ¿Criaturas? Separé mis labios y un vaho salió de mi boca. Retrocedí hasta chocar con el pecho del demonio que me había traído.
—Shhh...— canturreó como si quisiera tranquilizarme. —No te harán daño, nadie te hará daño aquí.— murmuró en mi oído.
Mis ojos viajaron por los presentes, estábamos rodeados y todo estaba en silencio, demasiado silencio. Muchos ojos me observaban de diferentes formas maneras y colores. Criaturas de todo tipo, alturas formas y colores. Los más grandes se veían casi como una silueta al fondo y los más pequeños me miraban con insistencia y curiosidad desde el frente.
— ¿Qué es esto?— murmuré.
— El momento ha llegado.— ignorando mi pregunta, Harry se dirigió a los presentes, caminando al frente. —Ella...— me señaló. —Es la salvación.
Se levantó un murmullo que pronto se convirtió en gritos y saltos de regocijo y sorpresa.
—La primera ofrenda.— levantó en el aire el frasco con mi mechón de cabello y todos guardaron silencio.
Mi cuerpo se mantenía tenso, no sabía a donde iría todo eso pero tampoco quería saberlo, porque presentía que no sería bueno.
Harry abrió el frasco bajo las miradas insistentes de todas las criaturas y recitó unas palabras.
—Matäquajení, ojedratib, ojedrativeniu 'akhprezít g erkgady b ernefvdí, hilcizya— mientras hablaba en un idioma que yo no era capaz de comprender, elevó el frasco abierto al cielo y este se iluminó ante la mirada expectante de todos, incluyéndome.
El cielo se abrió en un remolino de aire frío y el mechón de mi cabello brilló y levitó fuera del frasco, frente a mis malditos ojos, mi respiración se cortó al ver cómo el trozo brillante de cabello se elevaba rápidamente mientras Harry recitaba la misma extraña oración una y otra vez, cada vez con más potencia en la voz. Su oración se volvieron un grito y estrepitosos sonidos de truenos intentaban esconder su voz hasta que todo se detuvo por dos segundos. El viento dejó de correr y el silencio se intensificó llenando el ambiente de pesadez y desconcierto, justo antes de que la luna emitiera un rayo de luz tan potente que me vi obligada a cubrir mis ojos con mis brazos.
Aullidos cercanos me perturbaron, aullidos de lobos, o muy posiblemente, licántropos. Me aferré a mí misma con temor a abrir los ojos, los aullidos lastimaron mis oídos y pronto más gruñidos gritos y sonidos similares se unieron al canto de las bestias.
Las grandes manos de Harry se posaron pobre mis brazos.
—Has cumplido con la primera norma, bien hecho, bruja. Estás lista para lo que sigue.— lo escuché dentro de mi cabeza.
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Bueeeno, quería probar narrando desde la piel de Enit ¿Qué les parece? Así la conocen también a profundidad. Ya saben, la traducción de las cosas que dice Vadwarhe van al termino de la temporada (Es para mantener el misterio, además está narrando Enit y ella tampoco tiene idea de qué está diciendo)
BIENVENIDOS A LA SEGUNDA TEMPORADA.
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Scary Town (Halloween 2018)
Paranormale¡No entres a Scary Town! ¡Ese pueblo está maldito! ¡Todos están condenados! Si pisas sus tierras, él pondrá los ojos sobre ti. El verdadero tormento en Scary Town está por comenzar cuando Enit, una joven bruja blanca está dispuesta a enfrentarse a V...