Capítulo III

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Salí tan cegada por la rabia hacia esa maldita tipa y la empuje haciendo que callera al piso.

-¿Así que me merezco esto?-dije mientras le soltaba un bofetón- ¡Habla hija de puta!-

-Sueltame, porfavor- dijo mientras lloraba

-Estoy harta de las personas como tu- dije mientras pateaba una de sus costillas- se merecen morir estúpida-

Seguí golpeandola, no tenía el autocontrol para poder detenerme, sentía tanta rabia dentro de mí que no podía parar. Seguí hasta que sentí unas manos en mi cintura levantandome obligándome a separarme y dejar de golpearla.

-¡Lía! Para ahora- era el director- Es suficiente-

-¡No! Esta estúpida merece que la maté- dije tratando de quitarme sus manos de encima.

-Te dije que basta, vamos a mi oficina y esperar a que venga tu madre- dijo jalandome del brazo para salir del baño.

Al salir vi que los pasillos estaban llenos de gente chismosa, se quedaban observando mucho mis manos, baje la vista y entendí todo, mis nudillos estaban manchados de sangre, definitivamente lo hice bien.

Llegamos a las oficina y el director hizo que me sentará, mientras él rodeaba su escritorio escondí mis manos en las mangas de mi suéter, todo era silencio.

-Lía- ya empezamos con los regaños- ¿Porque? -

-¿Que?- me hice la desentendida

-Sabes a lo que me refiero Lía- dijo mientras me miraba fijamente- ¿Que te hizo para que hicieras esto?-

-Se metió en asuntos que no le importaban- dije recordando sus palabras- se merecía eso y más-

-No hables así Lía, entiendo que estés pasando por un mal momento, pero no es necesario llegar a esos puntos-

-Usted no entiende nada-

-Lía, estarás suspendida una semana, a tu madre no le he dicho nada, sólo tomalo como una semana para encontrarte tu misma- mientras decía eso buscaba mis manos

-Gracias- dije mientras me paraba y me iba a retirar

-Lía, lamento mucho la pérdida-

Salí de su oficina para dirigirme a la salida y buscar el auto de mi madre, cuando lo localice, subí y me senté esperando las palabras de mi madre

-Me han llamado por que te sentias mal-

-Cierto, sólo quiero ir a casa, porfavor-

Lágrimas de un ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora