Dispersos

CAP 5: Clash in the rain

Se mantuvo escondida en su pequeño barco, dirigiéndose cuidadosamente hacia una cala a menos de una milla del puerto. Había visto personas de pie en el muelle con los binoculares que tenía en la mano para vigilar, ya sea a piratas, o para ver si la tripulación del Corazón volvía. Más adelante, en la ciudad portuaria, se oía un grito de vez en cuando, los comandos militares del país estaban ejecutando una redada para ir en busca de quien se había quedado atrás.

Era otra isla en estado de alerta.

Desde que los había arrastrado a su plan, el deseo de caos y venganza se había convertido en algo común. El Gobierno mundial y el Almirante de la flota Sakazuki realmente habían ido contra la piratería con mano dura, y casi todas las islas siguieron su ejemplo.

Los cazarecompensas se habían convertido en una profesión más lucrativa.

Nami vio como un grupo de soldados armados se dirigió a la playa junto a la cala.

Ella había usado su Mirage Tempo para mantenerse oculta en el barco, pero su ansiedad la empujaba a salir de allí de todos mondos. Por suerte, estaban caminando de regreso a la ciudad, así que una vez que volvieron a la cala de rocas y árboles que lo rodeaban, sabía que estaría bien. Al menos eso esperaba.

A medida que su barco navegaba entre las rocas, se dio cuenta de que había una pequeña cueva. Un lugar perfecto para ocultar su nave, mientras que ella iba en busca de su aliado. Con la embarcación asegurada, Nami se subió con gracia sobre una roca húmeda alrededor de la cala.

Concentrándose en su tarea, no se dio cuenta de los ojos que la observaban con cuidado desde los árboles.

Rodeo el borde de la ciudad, que se pegaba a la espesura del bosque que rodeaba el pequeño claro que comenzaba a aparecer. La capucha de la capa que había robado de la última ciudad, fue cubriendo sus brillantes cabellos de color naranja, tirando de él para llegar a la altura de su frente, con lo esperanza de no sobresalir de forma exagerada. Ella estudio el área de cerca, en busca de algún lugar en el que los pirata se ocultarían en este estado de alerta.

Una ligera lluvia comenzó a caer mientras la entrada de la ciudad se aparecía frente a ella.

La lluvia la dejo helada, y causo una punzada en su pierna herida, pero ella lo ignoro, presionándose hacia adelante en una calle llena de tiendas pequeñas. Estaba lleno a pesar del tiempo, pero la gente de allí solo estaba haciendo su trabajo antes de que la lluvia empeorara. Se mezcló de forma discreta entre todos, ninguno le dio una segunda mirada hasta que el dolor en su pierna empeoro y la llevo a dar una cojera más pronunciada.

A pesar de que nadie la miraba, no podía evitar la repentina sensación de estar siendo observada.

Era extraño, un escalofrío le recorriera la espalda, pero ella mando a otro lado su paranoia al estar en otro país en el que los piratas eran más que desagradable. Estaba pensando demasiado, eso era todo. Ella solo tenía que centrarse en la búsqueda de una persona en toda la isla que tal vez podía llamar amigo, utilizando una amplia definición del término, por supuesto.

Echo una rápida mirada hacia atrás en el bosque había justo hacia la izquierda y alivio su ansiedad cuando vio que no eran nada más que densos árboles y arbustos. Volteándose un poco con un pequeño suspiro, se encontró tropezando ligeramente con una roca y se preparó para un impacto en el suelo cuando el dolor en su pierna le impidió recuperar su equilibrio. Nada vino, sin embargo, a excepción de una par de cálidas y amables manos, una risa femenina mientras se mantenía de pie. Grandes ojos castaños se abrieron al ver a una mujer de mediana edad que la había cogido, su rostro resplandeciente con una cálida y dulce sonrisa que desprendía una sensación maternal de seguridad y confort.