Capítulo 2

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A la mañana siguiente, extrañamente, Jimin fue el primero en despertarse. Se levantó con cuidado para no despertar a Jungkook y fue hasta la cocina para preparar el desayuno.

Hizo panqueques, preparó café para Jungkook, té para él y leche con chocolate caliente para Jungmin. Él no podía tomar café por el embarazo, en realidad, podía pero no excederse, pero tampoco era como si le gustaba mucho el café, siempre prefirió el té, así que eso nunca le afectó mucho. Otra cosa sería si Jungkook fuera el embarazado, no puede vivir un día sin fumar o tomar por lo menos una taza de café.

Estaba por llevar los panqueques a la mesa cuando sintió unos brazos rodear su cintura, se estremeció, removiéndose en sí mismo y casi tirando uno de los panqueques.

—¡Jungkook! —exclamó, su voz sonando más aguda de lo normal, el castaño rió por ello, apretando sus brazos alrededor de Jimin— ¿Cuántas veces te dije que no vengas así de la nada y me asustes?

—Solo una. No acostumbras a levantarte temprano, amor. —le recordó, aún riendo, y Jimin rodó sus ojos, sonriendo dulcemente.

Jungkook besó su mejilla y luego lo soltó para tomar su taza de café. Tomó un sorbo parado pero en seguida se sentó, Jimin también lo hizo luego de colocar el plato con panqueques en el centro de la mesa. Ellos desayunaron, mientras hablaban, contando sus semanas. Claro que se veían en los días de semana, pero por su pequeño hijo o sus trabajos no tenían tanto tiempo para hablar. Jungkook era abogado penal, lo que ocupaba casi todo su tiempo, mientras que Jimin era profesor de teatro solo en las mañanas, le gustaba pasar tiempo con Jungmin, así que solo trabajaba cuando el pequeño iba a la guardería.

Sus semanas ya eran una rutina, menos los fines de semana, pero no era un rutina tediosa y aburrida, a ambos les gustaba, y seguían enamorados a pesar de los años. No se aburrían.

Ambos desayunaban juntos en la mañana, bien temprano, después Jungkook lo llevaba a trabajar, y a Jungmin a su guardería. Podría comprarse Jimin un auto porque tenían el dinero necesario, pero nunca creyeron que hacía falta, Jungkook siempre pudo transportarlo con el suyo, aunque no sabía cómo iba a ser ahora. Con el embarazo de Jimin, él tendría que ir al médico cuando Jungkook esté ocupado con el trabajo, podía ir en taxi, lo que sería un gasto extra, pero lo que a él le importaba era que Jungkook no iba a estar en todas las consultas con él. Consultas que realizaría con un médico que no conoce.

—¿Por qué le haces un puchero a la pared? —preguntó el castaño, sonriendo divertido y con su ceño fruncido, sacando a Jimin de sus pensamientos.

Jimin rió, dándose cuenta que pensando había hecho un puchero con sus labios, lo quitó, cambiando su expresión a una divertida y sonriendo de lado.

—No quiero un nuevo médico. —le contestó.

—Pero tiene que ser con otro médico. —le dijo Jungkook en respuesta, antes de tomar un sorbo de su café.

—Pero el Dr. Kang me daba dulces cuando era niño. —dijo Jimin, agrandando su puchero, haciéndolo falso y exagerado.

—Quedamos en que ibas a hablar con tu mamá, bebé.

—Tienes razón, perdón. —contestó Jimin, haciendo una mueca y tomando varios sorbos de su té.

Justo en ese momento apareció Jungmin, entrando con su holgado pijama y sus manitos sobre sus ojitos, frotandolas. Saludó a sus dos padres y se sentó con ellos.

Los tres conversaron en el desayuno y cuando terminaron, Jungkook fue a bañar a Jungmin, y Jimin a hacer las compras. Más tarde, cerca de las once de la mañana, fueron a la casa de la familia Park, allí comieron, era una costumbre, sino era allí, era en la casa de la familia de Jungkook, donde solo estaban sus padres. Jungmin prefería ir a la casa de su abuela Narae, ya que ahí se divertía jugando.

Cuando terminaron de almorzar, todos fueron al patio, el día estaba lindo para salir, aunque habían rincones con barro porque el día anterior había llovido, pero no importaba porque los niños siempre se divertían ensuciándose.

Narae, Jungkook, Jimin y sus hermanas Hyeri y Eunmi, estaban sentados en sillas de exterior, charlando, habían puesto almohadones encima de las sillas porque estas aún seguían mojadas por la lluvia. Mientras, Jungmin corría por el patio tirándose al pasto y riendo. Narae siempre fue una de esas madres que dejó ensuciar a sus hijos, creía que lo natural siempre era mejor y que lo importante era que se divirtieran, así que no tenía problema que su nieto se ensucie con tierra.

—Narae —Jungkook le habló, y la mujer volteó a verlo, con una ligera sonrisa en sus labios y sus cejas levantadas, en cuestionamiento—, Jimin ha estado nervioso con eso de tener que cambiar de obstetra.

—Sí, me lo ha comentado... —contestó e hizo un mueca con sus labios. Jimin miraba atento cómo conversaban sobre él—. ¡Oh! Gracias por sacar el tema, Jungkook —comentó emocionada, como si hablara con ella misma—. ¡Te conseguí un obstetra de confianza! —exclamó después— O algo así, su hermana es de confianza, es mi profesora de yoga.

—¿Yoga? —preguntó Jimin, sus cejas fruncidas levemente—. Pensé que solo ibas estando embarazada.

—Así era, cielo, pero me gustó, así que continúe yendo, solo que no en las clases para embarazadas —murmuró Narae sonriente—. Mi profesora se llama Yoona, y su hermano, Yoongi. La escuché hablando sobre que era un buen obstetra y le pregunté sobre él, me comentó dónde queda la clínica donde atiende, luego te paso los datos —dijo, para luego desviar la mirada—. Lo que sí, es que es un alfa.

Jimin asintió dudoso y Jungkook rodó sus ojos divertido al ver su expresión.

—Claro, mamá, pero me acompañas la primera vez que lo vea, porque de lo contrario, no iré.

—¡Por Dios! —exclamó Jungkook, sonando fingidamente exasperado—. Eres un bebé miedoso de mamá. —rió.

Todos, excepto Jimin, rieron por ello mientras soltaban un "siempre" al mismo tiempo.

—Igual a mi tampoco me gusta mucho la idea de que sea un alfa. —murmuró un poco más bajo Jungkook.





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