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Capítulo 3

Jimin estaba nervioso, mordía sus uñas y sus piernas estaban inquietas. Había programado un turno con el hermano de Yoona, Yoongi, para las cuatro de la tarde e iba a asistir con su mamá, pero ella no había llegado a la clínica.

Estaba muy inseguro, nunca había ido con otro obstetra que no sea el doctor Kang y menos había sido atendido por un alfa. En la mayoría de los hospitales, las enfermeras y médicos eran betas, mas específicamente para la comodidad de los omegas, para que ellos no se sintieran inseguros o mal alrededor de alfas tocando su cuerpo.

Tragó saliva y se levantó lentamente cuando escuchó como lo llamaba una profunda voz, pudiendo oler al potente alfa, estaba mirando hacía abajo, con su labio inferior entre sus dientes, así que por el momento no conocía el rostro. Pero en cuanto comenzó a caminar hacia la voz, subió la cabeza, y se sorprendió ante el lindo hombre de piel pálida, ojos gatunos de penetrante mirada. El doctor le sonreía y cuando estuvo lo suficiente cerca de la puerta, se hizo a un lado, para dejarle pasar, y así lo hizo Jimin.

El consultorio no era muy grande pero entraban todos los muebles cómodamente. Había un escritorio con dos sillas en cada lado, un armario y una camilla que se separaba al final, era para que los pacientes puedan abrir las piernas en ella y el médico pueda así revisar el interior del paciente. Jimin sintió sus mejillas calentarse al pensar en aquello.

Eso también sería un problema, más adelante, pero lo sería. Él tenía que mostrarse ante un extraño y no lo hacía desde la preparatoria, pero en esos casos era para tener sexo, igualmente siempre le había costado, era una persona muy vergonzosa.

—Sr. Park —lo llamó, despacio, mientras cerraba la puerta y caminaba hacia el escritorio. Se sentó en la silla frente a él y buscó en los cajones una hoja, sacó uno de una carpeta y tomó un lapicero de arriba del escritorio, Jimin lo observaba atento, aún moviéndose inquietamente—, tengo que hacerle algunas preguntas antes de comenzar a darles las indicaciones.

—S-sí, claro. —contestó Jimin, con la voz temblando.

—Bien —murmuró, agarrando de una mejor forma el lapicero—. Dígame su nombre completo y edad.

—Park Jimin y tengo 25 años. —murmuró bajo, Yoongi asintió mientras escribía lo que le iba diciendo.

—¿Tuvo hijos antes o es su primero? —preguntó, levantando su mirada de la carpeta para observarlo.

—Tengo un niño de cuatro años. —contestó y se removió nuevamente en el asiento.

—¿Sí? —preguntó Yoongi con una sonrisa ladeada en sus labios— ¿Entonces por qué está tan nervioso? Pensé que era su primer bebé.

—No… —Jimin soltó una risa nerviosa, aguda, y luego continuó—. Es que la otra vez me hice atender con el obstetra de mi mamá, le tengo confianza, tengo varios hermanos y siempre la acompañaba, así que lo conocía, pero él se tuvo que jubilar… y...  ¿Puede seguir con las preguntas?

Yoongi rió y asintió.

—Sí. ¿Tuvo algún problema con su primer parto?

—No —Jimin negó con la cabeza—, todo estuvo bien. Me recuperé a los días y no dolió mucho.

—Bien, me alegra escuchar eso —contestó y Jimin se sintió un poco menos nervioso y le sonrió, no era de su total confianza pero por lo menos el nuevo obstetra era agradable—. ¿Comenzó con las indicaciones?

—Sí —Jimin asintió—, todavía recuerdo lo que no puedo comer pero no las otras cosas.

—Ok, te los voy a anotar —dijo y buscó recetas en su cajón, las sacó y comenzó a escribir mientras hablaba—: Trate de comer más pescados pero tampoco se exceda —Jimin asintió, aunque Yoongi no lo estaba viendo—, trata de no tomar alcohol, ni fumar e intente no tomar mucho café. Evite los medicamentos o hierbas, algunos, consúlteme antes de consumir alguno.

—No tengo problema con ninguna de esas cosas, solo fumo cuando estoy nervioso pero no lo haré durante el embarazo.

—Perfecto —le contestó Yoongi, con una sonrisa que al instante se fue cuando recordó más indicaciones—. Si tiene un gato como mascota desde ya hace tiempo no hay problema, pero sino lo tiene evite acercarse, ¿sí? —Jimin asintió—. Bien, eso sería todo por hoy, tendría que volver dentro de una semana. Para cualquier consulta aquí está mi número. —murmuró, mostrándole una tarjeta con su número telefónico, donde aparte daba información sobre el consultorio y su nombre. Le guiñó el ojo y Jimin sintió sus nervios volver.

Asintió despacio, creyó que era todo por lo que se levantó luego de recibir la receta, indicaciones y el número en papeles, pero justo cuando estaba por salir Yoongi lo llamó.

—Casi lo olvido… —exclamó, sacando la carpeta con sus datos de debajo de los otros papeles—. Tienes pareja, ¿no? —preguntó, con una de sus cejas alzadas—. Lo pregunto porque está marcado. —murmuró, señalando con su mirada la marca en su cuello, Jimin sintió sus mejillas enrojecer, mientras asentía.

—Estoy casado. —sonó casi como una advertencia, pero Yoongi se lo tomó como un reto.

Nunca supo porqué, pero siempre le gustaron las personas casadas, ya sea mujeres u hombres, lo veía como un reto, algo más entretenido que cualquier persona soltera.

Yoongi le sonrió de lado y Jimin salió del consultorio, con sus piernas temblando.