Capítulo 12

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El lunes llevó el exámen de orina al laboratorio y después se dirigió al consultorio de Yoongi solo para pesarse y que le midiera el ancho de su barriguita, porque ahora sí estaba en el segundo trimestre de embarazo. Cuando llegó, se sentó en la camilla con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Yoongi le sonrió al verlo.

—Sé que te molestó que los invitara a comer, pero mi intención fue buena. Quería que te acostumbraras a la idea de los dos juntos en una habitación. ¡Porque eso es lo que va a pasar el día de la ecografía! También nos tendrás a los dos en las otras ecografías, otros estudios, cuando el embarazo esté más avanzado...

—Sí, entiendo —soltó un suspiro tembloroso—. Solo tengo miedo. Amo a Jungkook, estamos juntos desde hace años y no quiero perderlo, ni a ti.

El pelinegro se acercó hasta donde Jimin estaba, besó su frente, sonriendo apenas.

—Está bien. Debí haberte preguntado antes y no por mensaje, pudo haberlo visto.

—Lo vió, por eso sabía, sino no le hubiera dicho y sería un no para ti.

—Oh —soltó Yoongi, separándose. Caminó hasta la única balanza en la habitación, con la cabeza gacha—. Ven, así te peso.

Se mordió el labio inferior antes de moverse hasta él, que estaba parado a un lado de la balanza. Se paró en ella y espero a que Yoongi la acomodara para pesarlo, cuando lo hizo y Yoongi lo pesó, se bajó quedando a un lado.

—Yoongi...

—Jimin... —le llamó, girando en el lugar.

Rodó los ojos, se acercó y lo tomó de las mejillas. Besó su mandíbula, su mejilla varias veces, haciendo puntas de pie para ello, la comisura de sus labios y por último sus labios, siendo suave. Apenas moviendo los labios contra los ajenos, sin lengua, ni dientes. Se separó a los segundos con una sonrisa en sus labios.

—No quiero perderte, ¿sí? —suspiró—. Pero Jungkook es mi esposo y lo nuestro apenas está comenzando, me gustas, y quiero continuar. Quizás en algún momento me tenga que decidir o no lo haga nunca pero no me pongas en esa situación incómoda, en donde los tengo a los dos en la misma habitación.

—Entiendo. Lo siento.

—Está bien, Yoongi. Solo no lo vuelvas a hacer.

Le sonrió, asintiendo con la cabeza y entonces, lo besó. Apenas moviendo sus labios contra los del rubio pero tomando con fuerza su cintura, apretando luego de haber recorrido sus costados con sus dedos por encima de la ropa. Su crecida barriga era un limitante para que sus cuerpos estén completamente cerca pero Yoongi pensaba que era precioso así. Se veía brillante, con su estómago hinchado y sus hormonas alborotadas.

Bajó sus labios por su mandíbula, su cuello y sus clavículas, dejando besos suaves y húmedos en la sensible piel. Insistiendo en algunas partes pero solo por pequeños momentos porque luego Jimin volvía en sí y le recordaba que no podía dejar marcas. Yoongi gruñia pero entendía, continuando con los besos.

Sus manos estaban sobre su cintura, acariciando, pero a medida que sus besos bajaban, sus manos subían, por debajo de su remera, acariciando la suave piel. Subió su remera hasta quitársela por encima de la cabeza, entonces aprovechó la nueva piel descubierta besándola. Sus labios entreabiertos dejaban calor y humedad sobre su piel sensible. Bajó de sus clavículas a uno de sus pezones, besándolo suavemente primero pero luego lamiendo y mordiendo ligeramente, no podía ser brusco porque están extremadamente sensibles por el embarazo.

Ahora, sus manos acariciaban la cinturilla de su pantalón, mientras se encargaba de su otro pezón, besando, lamiendo y mordiendo. Bajó su pantalón, después de un par de caricias, sacándolo por completo más tarde, junto a sus zapatos y calcetines. Tardó un poco más en la ropa interior, acariciando sus muslos, sus rodillas, sus piernas, y por último, besando en medio de su pecho.

Yoongi terminó de quitarle la ropa interior.

Su polla palpitaba dentro de sus pantalones, ansiosa por liberarse. Había esperado este momento, esta oportunidad desde que conoció a Jimin. Quizás no era el momento, ni el lugar pero sí la persona y eso era lo que importaba.

Estaba desesperado pero prefería ser suave, delicado para Jimin. Tratarlo como se merece.

—Sube al escritorio. —murmuró bajo, a punto de usar su voz alfa. Su tono de voz era grueso, bajo y ronco.

Jimin siguió su orden, soltando un pequeño jadeo al hacerlo. Abrió sus piernas, dejando sus pies al aire pero apoyando el resto de sus piernas en la madera. Yoongi se metió entre sus piernas, arrodillándose en el suelo. Besó sus muslos internos, mordiendolos cada tanto y haciendo gemir fuerte y agudo a Jimin, tan fuerte que a Yoongi le preocupaba que alguien más en la clínica lo escuchara.

Le indicó con un "shhh" que hiciera silencio, mientras que sus labios llegaban por fin a su humedad. Hizo que Jimin se recostara sobre el escritorio, para que de ese modo tener más acceso a su entrada.

Lamió y mordió alrededor, haciendo a Jimin temblar y retorcerse, no por mucho, porque Yoongi apretando en su estómago evitó que continuará moviéndose.

Cuando tuvo suficiente de probar superficialmente a Jimin, lo embistió con su lengua, probando su sabor dulzón. Lo preparó con dos de sus dedos y en cuanto estuvo listo, lo penetró. Suave y lento, inclinándose sobre su cuerpo para besarlo, apretando su cintura y acariciando su estómago.

Eran movimientos lentos por unos minutos, hasta que comenzaron a ser un poco más bruscos y rápidos. Jimin gemía con cada embestida, retorciéndose en el escritorio, el cual se movía contra el suelo por el movimiento.

Se corrieron al mismo tiempo, Jimin sobre su estómago y el de Yoongi, gracias también a la mano del mayor quien lo masturbó. Y el mayor lo hizo dentro de Jimin; su semen cayendo de su estrecho y húmedo agujero cuando salió de él.







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