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Final Alternativo

Lo hablaron mejor ese día en el almuerzo y terminaron decidiendo que deberían decirle a Jungkook en algún lugar público para evitar problemas. Era injusto y Jimin se sentía mal por ello; si lo estuvieran engañando le gustaría gritar y hacer un escándalo totalmente dramático cuando se enterara. No le gustaría darse cuenta que estaba pasando vergüenza y que si había sido demasiado violento o exagerado con su reacción podría ir preso.

[ Ven a mi casa, le diremos aquí. ]

Le mandó a Yoongi después de pensarlo bien. Era injusto hacerlo de otra forma.

Aparte, conocía a Jungkook. No era violento. El enterarte que tu esposo te engaña es algo feo, pero no te convierte en quien no eres. Jungkook no le pagaría a nadie, ni haría algo por el estilo. Máximo les gritaría y se iría.

Recibió una llamada de Yoongi a los minutos. Jimin suspiró antes de contestar.

—¿No habíamos acordado que sería en un lugar público?

—Sí, lo sé, pero no me parece justo. Jungkook debería tener lugar a enojarse.

—Está bien, bebé. Tú dime a qué hora tengo que ir. Que sea después de las dos.

—Gracias. Nos vemos, Yoongi.

—Adiós, amor. —lo oyó suspirar antes de cortar.

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Le iban a decir ese mismo día y Jimin estaba nervioso como la mierda. No sabía qué esperar de Jungkook, Yoongi o incluso de él mismo. No sabía que quería y eso lo ponía doblemente nervioso. Por un lado, ama a Jungkook y por el otro le atrae y ha comenzado a querer a Yoongi. 

Le mandó un mensaje a Yoongi diciéndole que viniera por la tarde, así podría almorzar una última vez en familia, antes de que posiblemente se desmorone.

Ese día Jungmin salió temprano del jardín de infantes, así que cerca de las doce, Jimin fue a buscarlo.

—¿Qué vamos a comer, papi? —preguntó el pequeño.

Jimin fingió pensar dramáticamente la respuesta.

—¿Que tal pizza? —murmuró la pregunta con un dedo en su mandíbula.

—¡Sí! —gritó Jungmin emocionado. Jimin rió.

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Cerca de las dos de la tarde, Jungkook apareció en la casa. Jimin había soltado un suspiro nervioso en cuanto sintió la puerta de la calle abrirse y cerrarse, pero se calmó y sonrió al ver a Jungmin comiendo delante suyo.

Esperando a Jungkook, había preparado y comido unos sándwiches simples de jamón y queso. Sabiendo que su alfa estaba por salir del trabajo, pidieron la pizza (y unos paquetes de papas y salsa por pedido insistente de Jungmin).

No pasaron más de unos pocos minutos hasta que Jungkook apareció en la cocina con una sonrisa en los labios. Tenía la corbata desprendida, suelta y no llevaba más el saco, ni el maletín con el que iba a trabajar. Les sonrió amplió a los dos, besó la frente de Jungmin y los labios a Jimin. El menor estaba tan nervioso que prácticamente temblaba pero igual correspondió el beso, moviendo sus labios contra los otros con inseguridad y ternura. 

Comieron los tres contando sobre sus días y jugando (Jungkook le tiraba salsa a Jungmin y él le devolvía). Jimin estaba más callado y quieto de lo normal. El alfa le dedicó miradas con el ceño fruncido varias veces durante el almuerzo.