Capítulo 6

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Jungkook sintió a Jimin extraño después de su última consulta con el médico, pero pensó que se debía a que su celo estaba cerca. Cualquier omega se ponía nervioso o extraño con eso, pero no era lo que sucedía con Jimin desde hace tiempo, solo le pasó cuando estaban de novios, recién conociéndose, pero después entraron en suficiente confianza como para que ese tipo de cosas no sucedieran. Ahora Jimin estaba confiado, no temía, ni se ponía nervioso; pero embarazado es otra cosa.

Por eso cuando llegó y sintió el olor de Jimin, le sonrió con calma y se acercó a abrazarlo, dejándole un beso en la frente, mejilla y labios. Había pasado lo mismo con el embarazo de Jungmin y había aprendido cómo calmarlo, cómo hacerle sentir bien. Jimin le sonrió de vuelta, aunque no fue una sonrisa como la de siempre y todavía se sentía sus nervios en su olor.

Estaba un poco distante y parecía perdido, mirando hacia cualquier lugar menos su rostro. Rechazaba levemente sus caricias, sin intención de lastimarlo, al parecer. Era algo que le salía sin querer, Jungkook quería cambiar eso.

Comieron pizza comprada en la sala; Jungmin había insistido y ninguno de los dos había tenido fuerzas para objetar. Jungkook y Jimin estaban sentados en el sofá, mientras que el pequeño Jungmin estaba casi acostada en el suelo, su espalda contra el sofá. Había una película animada de Disney de fondo, pero no les estaban prestando atención. Jungmin les contaba sobre su día, con la boca llena y casi escupiendo pedazos de comida.

—Definitivamente eso lo heredó de ti. —murmuró divertido Jungkook, soltando unas carcajadas fuertes. Jimin también rió, su risa aguda, con un toque nervioso y otro divertido. El castaño se sonrió internamente, orgulloso de estar quitando los nervios de su esposo.

Moviéndose en el suelo y acostándose más de lo que estaba, Jungmin rodó los ojos con los brazos cruzados sobre su pecho. Jimin rió al verlo y se levantó un poco del sofá para darle un beso en la frente.

—No ruedes los ojos, amor, es de mala educación —murmuró con un deje de diversión. Jungmin soltó una risita nerviosa y dejó caer los brazos—. Ahora, levanta lo que ensuciaste y ve a dormir. —dijo, mientras se levantaba completamente.

El rubio agarró la caja de pizza, Jungmin los vasos, y se dirigieron hasta la cocina. Jungkook solo tomó las servilletas que habían usado y que estaban tiradas por el suelo, la mesa y el sofá. Luego, acompañó a su hijito hasta las escaleras.

Cuando volvió a la cocina, Jimin estaba terminando de lavar los vasos. Se acercó por detrás y lo abrazó por la cintura, acercándolo instantáneamente a su cuerpo.

—Bebé… —lo llamó, susurrando su nombre en su oído. Lo sintió temblar nervioso contra su cuerpo—. ¿Qué te tiene así de extraño?

Con la pregunta Jimin recordó lo que, con esfuerzo, casi había olvidado. Se sentía fatal. En cierto modo, había engañado a Jungkook y lo iba a seguir haciendo si no le decía lo que en verdad le sucedía. Lo peor era que no tenía pensado hacerlo, tampoco quería arruinar su relación por un idiota como lo era Yoongi.

Se removió en los brazos de Jungkook, pensando en todos esos momentos que habían pasado juntos. Si se lo decía iba a enojarse, pero sería aún peor que se enterara después. No había sido culpa suya, así que lo más probable era que Jungkook se enojara con Yoongi.

No le diría, pensó, mientras que ideaba algo que decirle a cambio. Se decidió por una escusa ya muy recurrida por él. Se dio vuelta en sus brazos, quedando frente a frente.

—Tuve una consulta con el nuevo obstetra y… me pone nervioso —explicó, pero pensó al instante en algo más porque Jungkook podría malpensar—. Es alfa y un poco de su olor me quedaría después de que me revise y controle —Jimin tragó saliva, cuando escuchó a Jungkook gruñir bajo frente suyo—, y estás cerca de tu celo...

—Lo siento —Jungkook murmuró casi en un susurro, sonriendo tímido y suavemente—. Estoy cerca de mi celo pero no es excusa... Estás embarazado y no debería estar tan posesivo contigo, sino más protector.

Se inclinó, después de disculparse, y unió sus labios en un beso lento y suave. Apenas moviendo sus labios contra los otros, sin lenguas, ni dientes. Un ritmo totalmente calmado, pausado y tierno. Sus manos en la cintura de Jimin, acariciando superficial y lentamente sobre su camisa, podía bordear con sus dedos la pequeña pancita que tenía ahora. Jungkook sonrió contra sus labios, ya se estaba imaginando cómo se vería cuando se le notara más.

Después del beso en la cocina subieron a su habitación, se dieron unos besos más ninguno subido de tono, estaban cariñosos y suaves después de lo que habían hablado. Se ducharon por turnos, Jungkook primero, Jimin después. Se acostaron a dormir, acariciándose suavemente entre ellos, dedos tibios y cariñosos en la piel del otro por debajo del pijama.

Jungkook se durmió a los minutos, pero Jimin permaneció despierto, acariciándolo. Se sentía peor. Jungkook le había pedido perdón por algo que había hecho él, o que en realidad, ni siquiera había hecho pero había colaborado de alguna forma. Le siguió contestando a Yoongi a pesar de ver lo que estaba haciendo.






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