Capítulo 5

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Jungkook y Jimin se abrazaron por casi una hora más, el rubio fue el primero en decidir que debían separarse, sino llegarían ambos tarde a sus compromisos del día.

Pero una cosa era decidirlo y otra muy diferente era hacerlo, Jungkook lo sostenía con fuerza por la cintura, apretándolo contra su pecho, como queriendo que sus cuerpos se fundan en uno. No le disgustaba, le encantaba cuando se ponía así; cariñoso, posesivo y tierno, pero en este punto estaba siendo un poquito de más, lo que le llevaba a pensar que estaba cerca de su celo. Y eso era algo que le emocionaba aún más, pasar un celo con Jungkook era agotador, excitante, pero sin duda un escape temporal de sus preocupaciones, de su trabajo, de su estrés, de su nuevo obstetra...

Se levantó con cuidado y caminó hacia el baño, recibiendo de parte de Jungkook un gruñido. Jimin rió y cuando se dio vuelta, el castaño estaba con el ceño fruncido.

—¿Qué? —preguntó divertido—. Tengo que ir al médico. —le aclaró, recibiendo otro gruñido de parte de Jungkook. Jimin volvió a reír y entró al baño, yendo directamente a la ducha. Jungkook se estiró en la cama y luego de unos segundos, entró en el baño con Jimin.

La ducha fue rápida, no como normalmente era cuando Jungkook estaba cariñoso de más, porque de ser así ellos llegarían tarde, aparte de que ni siquiera habían despertado a Jungmin.

Cuando salieron del baño, Jimin fue directamente a la cocina mientras que Jungkook fue hacía el cuarto de su pequeño hijo, lo despertó y cambió, porque debía ir a la guardería en una hora.

No había problema si llegaba tarde, pero a ellos les gustaba desayunar en familia, tomarse el tiempo para charlar era uno de los únicos momentos que compartían en el día, porque en el almuerzo Jungkook nunca estaba, Jimin a veces trabajaba hasta la tarde y Jungmin se quedaba con una niñera, y en la cena ambos estaban cansados, así que solo se sentaban a ver televisión, pero no era lo mismo.

Cuando estuvieron desayunados y arreglados, Jungkook los llevó, primero a Jungmin al preescolar y después a Jimin a la clínica. Lo despidió con un beso duro, largo, con lengua y caricias con fuerzas y ganas; dejó a Jimin suspirando, sonriendo y temblando un poco.

Su tembleque aumentó al entrar en la clínica, recordando que vería a un alfa, el cual lo intimidaba y le atraía un poquito.

Suspiró. Se sentía mal, porque estaba con Jungkook desde hace años y hasta había dejado de sentir atracción hacía otros alfas o incluso betas hace un tiempo; no era que nadie más le parecía apuesto o le llamaba la atención, porque obviamente eso le pasaba seguido y ¿a quien no? Que estés en pareja no significaba que te dejaba de parecer linda otra persona, pero sí que dejabas de tener deseo sexual por otra persona que no sea tu pareja.

Ahora le pasaba con Yoongi, le gustaría que lo folle; aunque era un sentimiento encontrado recientemente y quizás se iría en un tiempo, pero igual le incomodaba y le hacía sentir fatal. Tampoco era algo que podía hablar con Jungkook sin que se pusiera loco o se viera afectado, o por lo menos ahora que estaba cerca de su celo.

Fue llamado por la secretaria poco después de sentarse, no le resultó muy extraño porque había poca gente en la sala de espera y no toda esa gente esperaba por el doctor Min. Se levantó, y con pasos lentos y ligeramente nervioso, fue hasta el consultorio. Pidió permiso al entrar, tocando suavemente la puerta, y fue respondido su pedido con una voz gruesa pidiéndole que pase.

La rutina fue normal, le hizo preguntas sobre su alimentación, cómo se sentía, cuánto dormía; lo normal dentro de todo. Hasta que lo sorprendió preguntándole sobre su marca, con una expresión entre divertida y traviesa, como si supiera que había tenido sexo solo hace unas horas. Supuso que era también algo normal, un omega sin marca sufría el doble en un embarazo, así que lo dejó pasar, respondiendo todo con un leve sonrojo en las mejillas.

Pero se quedó sin palabras y con la boca seca cuando comenzó a preguntarle directamente sobre sexo. Preguntó sobre las posiciones que le gustaba y cuales usaba habitualmente. Jimin contestó, aún más sonrojado, nervioso e incómodo.

No eran incómodas las preguntas en sí, pero sí el hecho que la mano de Yoongi no estaba visible. Principalmente porque no era que estaba no visible y quieta, sino porque estaba sobre su regazo y se movía discreta y lentamente. No sospechó de nada raro hasta que su rostro se tensó un poco, ya no lucía tan divertido y sus ojos brillaban, más oscuros. Su olor se notaba más, más fuerte y viril, haciendo a Jimin humedecerse un poco.

Mordió su labio inferior, olisqueando ligeramente el aire. Olía a tierra mojada y algo fuerte pero igual de placentero. Se quedó tranquilo, contestando las extrañas preguntas y disfrutando del aroma, hasta que los movimientos del brazo de Min se volvieron más demostrativos. Jimin se tensó visiblemente, dándose cuenta de que de alguna forma eso estaba mal.

—T-tú... e-estás… —tartamudeó, balbuceando de forma inquieta— Oh, Dios. —murmuró de golpe y se paró, hizo el amague de salir dramáticamente por la puerta pero entonces pensó en que estaba húmedo y seguro se notaría.

Se quedó estático pensando cómo salir sin dejar en evidencia que la atracción era mutua, pero fue ahí cuando vio la nariz del Doctor Min oler en el aire y cerrar sus ojos oscuros, Jimin aprovechó eso para irse prácticamente corriendo.





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