Desde los rincones del pasado (Steve Rogers y tú) [MARVEL]

Capítulo 2

Los meses fueron pasando hasta que se convirtieron en dos. El mundo estaba en paz otra vez y la población lloraba por la muerte de Tony Stark y la desaparición repentina del Capitán América, aún así, todos estaban a salvo. Pero ahora ___ vivía en una realidad en la que sufría constantemente.

Todos los días fueron malos desde que Steve decidió quedarse 70 años atrás. Llegaba a su apartamento por las noches después de haber estado trabajando en S.H.I.E.L.D. hasta que el cuerpo aguantara (por estar en horas extra) y caía boca arriba en la cama con las luces apagadas.

Las manos descansaban sobre el pecho mientras que los ojos estaban fijos en un punto negro, intentando que las lágrimas no cayeran por sus esquinas, y eso le gusta, porque por lo menos está tranquila, porque está cansada y el sueño se la lleva rápidamente a otra realidad en la que no padece.

Antes de que se dé cuenta está con Steve otra vez, disfrutando como años atrás. Almuerzos, fotos, conversaciones, paseos, abrazos, risas y más risas...

Siempre acudías a él.

Y tú pensabas que gracias a Steve habías tocado el cielo.

Cuando te das cuenta es un nuevo día, y todo son lágrimas en la ducha.

...

Bucky llamó al telefonillo de tu edificio siendo domingo, que era cuando no trabajabas. Achinaste los ojos al tratar de adivinar qué era lo que quería, porque sabías que cuando coincidíais en el trabajo él te miraba como si fuera a pararte, pero simplemente te escabullías de él.

Abriste la puerta y ambos se miraron a los ojos.

—Hola, gracias por... abrirme la puerta —Bucky sacó algo de su espalda y se lo tendió a ___. Era una caja de chocolates— ¿Puedo pasar?

—Claro —sonreíste de medio lado dándole paso. Él se adentró con pies de plomo, mirando todo el piso— ¿Quieres algo de beber? ¿Agua, té?

—Un té me gustaría.

Bucky se sentó en una de las cómodas butacas del salón y ___ preparó un té rojo que lo sirvió junto a los chocolates. Ella se sentó justamente frente a él, cruzándose de piernas y mirándolo fijamente.

—Creo que no has venido hasta aquí para traerme solo chocolates.

La lentitud de Bucky para hablar las cosas le molestaba. No se llevaban del todo bien por culpa de una equivocación del soldado en la lucha contra Thanos. Casi la llega a matar, pensando que era un enemigo.

El moreno tomó un sorbo de la bebida y la dejó en la mesita, aún humeante. Miró a ___ un par de veces y se decidió a soltar prenda.

—Sé lo mucho que Steve y tú os queríais. Erais muy buenos amigos.

Esto la tensó un poco, pero decidió quitarle importancia. Se acomodó mejor en el asiento y miró al techo, suspirando y parpadeando un par de veces.

—No digas tonterías. No fuimos tan cercanos al fin y al cabo —parecía que había estado ensayando su frase múltiples veces— simplemente quedamos un par de veces para olvidarnos de nuestro vacío los cinco años del chasquido.

Bucky apretó los labios y asintió sin decir nada.

—Se me hizo difícil contactar contigo, llevo dos semanas detrás de ti, nunca estabas en casa y en S.H.I.E.L.D siempre estabas ocupada o en misiones, tampoco cogías el teléfono.

—Creo que no captas las sutilezas.

—Ya... bueno... sí que las capté, pero no vengo aquí por un asunto personal, o tal vez...

—¿Me quieres decir a qué has venido a mi casa, Barnes?— Preguntó ___ por fin, mirándolo con un deje de amenaza.

—Decidieron traer al Steve del 2012 para recibir más ayuda contra los multiversos.

___ procesó en menos de un segundo y entrelazó sus manos a la altura de la boca, asintiendo una vez, dos, las que fueran para intentar comprender el por qué eso debería de interesarle a ella. Nunca le dijo a nadie nada de lo que sentía por Steve, no tenía casi ningún amigo, tal vez le mencionara a su padre que le gustaba un chico, pero nada más.

—Solo soy una simple soldado en las filas de S.H.I.E.L.D., no tengo voz ni voto en esto —se encogió de hombros restándole importancia— ¿Por qué me lo cuentas?

—Sé lo que Steve me contó de ti, sé de muchas situaciones que vivisteis —___ lo miró a punto de llorar por lo que dijo, le vinieron olas de recuerdos— por favor, no te hagas la fuerte. Estuve allí el día en el que Steve ni siquiera te miró para decirte adiós.

___ sintió un nudo en la garganta y sonrió incómoda, levantándose del sillón.

—Por favor, vete de mi casa.

Bucky cerró los ojos como si hubiera perdido una gran batalla y se levantó, yendo hacia la puerta. ___ le abrió la puerta y este salió. El ambiente se notaba cargado y ___ sabía que él no tenía la culpa de nada, pero se había tomado la noticia de muy mala manera.

—Al menos te esfuerzas —le devolvió la sonrisa dándole ánimos, para después irse.