Capítulo 4

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Gracias a todos los que estén disfrutando la historia, de verdad. Las estrellitas y los comentarios son bienvenidos :) 

El calor ardiente en su pierna quemaba y pareciera que su carne se cocía bajo los vendajes sanitarios. ___ se incorporó a la cama del hospital mirándose en un pequeño espejo de mano de la mesilla, tenía profundas ojeras bajo los ojos, ni los calmantes la ayudaron a conciliar el sueño. Desde que la bomba explotó tan cerca del cuerpo había tenido los ojos tan abiertos como los de un búho a punto de cazar a un ratoncillo indefenso.

La misión había resultado un desastre. Ni siquiera le faltó leer los informes, ya tenía la sospecha de que sería una trampa para intentar matar a Steve, o algo peor.

Tu espalda se retorció en el colchón y soltaste un quejido que murió en tus labios. Acababas de espabilar hace poco tiempo y solo habías recibido la visita de una enfermera que te administró antibiótico para la pierna y una botella de agua.

Ya estabas echa mierda de antes, ahora estás peor.

Te duele el vientre, la espalda, la cabeza y la pierna. Te arde la garganta como si te la apretaran desde el interior. Estabas llena de magulladuras y solo quieres dormir, pero no puedes, te lo impides.

Alguien llama a la puerta y antes de que ___ contestara ya abrieron. ___ se tapó con la fina sábana que la cubría.

—Buenas tardes —era un hombre trajeado, entrado en los cuarenta y con una identificación de S.H.I.E.L.D colgada en el cuello— soy el agente Bickle, me alegro de que ya haya despertado —fue corriendo a darle un apretón de manos a ___.

—No en las mejores condiciones... pero sí —notó que al hablar le dolía el labio, probablemente también se lo había partido.

—No quiero molestarla demasiado, sé que ahora no está de humor para esto... —aclaró mientras veía unos informes que trajo consigo— pero necesitamos su punto de vista de lo que pasó en el portaaviones.

—¿No podría preguntarle al líder de mi escuadrón...?

—Hemos preguntado a todos menos a usted —sonrió algo cortado por insistir en su testimonio.

___ se recostó de nuevo en la cama y ladeó la cabeza al lado contrario donde estaba aquel hombre.

—Está bien. No quiero alargar esto más —tomó un poco de agua con cuidado de no presionar demasiado su labio con la botella, aquejado con un corte— todo estaba saliendo bien. Yo soy licenciada en ingeniería electrónica y quise manipular una placa con contraseña para acceder a la planta inferior del barco. Accedí muy fácilmente, me resultó... —las manos comenzaron a sudarle y las frotó contra sí con nerviosismo, empezando a temblar.

—Tranquila señorita Blume.

—Es como si todo hubiera estado planeado, todo sucedió muy deprisa... ¿Los demás están bien? Tuve que hacerle respiración asistida a uno de mis compañeros —preguntó apresurada, tropezándose con las palabras.

—Sí, la única baja ha sido usted.

Ella asintió aliviada, con la boca seca de nuevo.

—No tiene de qué preocuparse, para S.H.I.EL.D. lo más importante es el bienestar de nuestros soldados. Le han dado de baja hasta que se recupere y hemos avisado a su padre.

___ lo miró casi pegando un bote de su cama pero aun así no dijo ni una palabra. Por bajo ningún concepto hubiera permitido eso, su padre era una persona mayor que vivía en otro estado y no habría querido preocuparle.

—¿Eso es todo?—escupió con rudeza, mucho menos simpática— si ya tiene todo lo que necesita no sé qué hace aquí.

El agente asintió repetidas veces y recogió sus pertenencias.

—Mejórese pronto, la estaremos esperando.

En cuanto estuvo sola se abrazó a sí misma, asustada, temblando por escalofríos imaginarios. Eso era lo peor.

Quedarse sola aunque en realidad no quisiera. Quería a alguien que no se marchara de su lado a pesar de que ella lo gritara.

Quería a Steve.

...

—No sé qué salió mal en ese barco —Wanda miraba la mesa de reuniones llenas de papeles e informes mientras mordía la uña de su dedo pulgar, intentando buscar un motivo.

—Fue una emboscada, pero lo peor es que sí había uno de esos portales en el medio del mar —Bucky tiró a la mesa una de las tantas carpetas del caso— no todas las bombas explotaron.

—No quiero ni imaginar el desastre que hubieran causado si la bomba se entremezclara con la energía del multiverso.

Steve descansaba en un sillón de la sala de manera cabizbaja, con los codos apoyados en las rodillas y las manos entrecruzadas a la altura de la boca. Fue un descuidado, un ansioso por querer derrotar a HYDRA y agarrar lo que S.H.I.E.L.D. le había prometido, volver a casa tras cerrar los portales, junto con Peggy.

Se sentía brutalmente triste e incapaz de manejar nada.

—Steve, ¿estás con nosotros? —lo llamó Bucky desde el otro extremo de la mesa.

—Sí –asintió con la cabeza— ¿Hubo bajas?

—Tal vez esa chica que atendí —informó Wanda— le quitaron una banda de metal que le traspasó el gemelo.

Steve se levantó del sillón y rebuscó entre los papeles alguna identificación del soldado.

—Pero no le ha pasado nada más. ¿No? —alzó la vista a la bruja, que encogió los hombros en señal de ignorancia.

Una cabellera rubia se asomó en una de las esquinas de los informes. Steve sacó esa hoja perdida por la esquina y sus ojos azules parpadearon mientras todos ahí adentro quedaron en silencio.

Era una chica joven, esbelta y delgada, bastante alta. Su pelo era corto y amarillo como los rayos del sol en un día de verano. Los ojos negros con largas pestañas y nariz respingada. Su nombre era ___ Blume.

Steve no se privó de mirarla por unos segundos, entreabriendo los labios en el proceso, como si fuera a decir algo, como si algo en la mente le hubiera golpeado de repente, un relámpago de ideas, de risas, de felicidad completa, un aroma, un abrazo, una caricia, un chiste tan malo que hacía gracia, canciones.

Sonrió de lado y agitó la cabeza.

—Seguro que es una chica fuerte, se recuperará —dijo, dejando la hoja donde estaba.

Y Bucky pensó por un segundo que se había acordado.

Desde los rincones del pasado (Steve Rogers y tú) [MARVEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora