Capítulo I

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&_________POV. EDWARD_________&

Aunque me haya excedido un poco necesitaba reclamarle a ese sujeto por ser tan cínico y déspota, no tenía ni medio minuto de haberme topado con él en la carretera que daba a mi casa en las afueras de Forks cuando ya me había dicho muchos insultos por detener mi vehículo en medio de la vía, pero ¿qué más podía hacer? el crío de tez bronceadicima y musculoso torso estaba parado en medio de ésta humeante, rabioso, y si no me hubiera detenido le habría atropellado sin remedio, él decidió no moverse ni un ápice... no supe clasificar sus intenciones, sólo me percaté con un poco de sorpresa de que su olor era algo que nunca había sentido ni respirado antes, su aura era tranquilizadora aunque su furia fuera tan palpable como las gotas que empezaban a caer del cielo oscurecido  de la tarde.

-eh... ¿querías que te atropellara? -Yo tan cortez no pude insultarle como prentedí al primcipo. Una sonrisa de dientes perfectos se descubrió en su boca mientras me miraba mejor esta vez y soltaba una mueca de disgusto.

-Niño pijo, ¿en esta solitaria carretera quién tan imbécil planearía un suicidio? -me sentí un poco torpe por no haber pensado de ese modo antes- Lo que estaba haciendo aquí no es tu problema, lárgate mejor a tu casa de cristal.

Mis ojos se abrieron más de la cuenta al escuchar eso, ¿sabía cómo y cuál era mi casa? ¿o sólo quiso adivinar?

Qué divertido es ser tan intuitivo, seguro he acertado porque se espantó el paliducho este...

Ah, al fin su mente me mostró un pensamiento legible y pude subirme a mi Volvo cabreado por todos los insultos que me había proferido, era un crío y debía prestarle la mínima de las atenciones pero no entendía por qué alguien cómo él me decía esas cosas de buenas a primeras, parecía tener ideas muy descabelladas con lobos en su cabeza y se empezó a alejar de mí mientras bufaba nuevamente con cansancio.

-Adios niño pijo, volveremos a encontrarnos -y dicho esto se internó en el denso bosque que rodeaba la carretera con su camiseta en una mano y las gotas de lluvia cayendo por su lisa espalda, para ser de Forks tenía un color de piel muy bien cuidado por el sol, era agradable a la vista... desconcertante.

Mis tantos años en este mundo me obligaban a analizar cada pequeño detalle que me ocurría, me había convertido en el psicoanálista particular de mí mismo, con pena descubría cada día más que la gente sentía desconfianza de mí a la primera impresión, tal como le pasó a ese chico que se puso a la defensiva inmediatamente...

Volveremos a encontrarnos.

¿Lo dijo en tono amenazador o es mi idea? Genial, no tenía sino media hora en haber regresado a casa tras mis vacaciones en isla Esme y ya tenía un problema.

-Por lo menos tiene linda sonrisa -pensé antes de esbozar una tranquila sonrisa aparcando afuera de mí hogar, escuché sus amorosos pensamientos: todos me habían echado de menos.

&________POV. JACOB__________&

Era agradable volver a sentir la lluvia en mi piel desnuda, los demás miembros de la manada tenían dos días resguardando a los pescadores y los turistas que se intentaban en el bosque, al parecer el primer vampiro al que nos enfrentariamos los más jóvenes ya había empezado su caza en nuestras tierras y gracias a eso el espíritu lobo de casi todos había despertado en el mismo lapso de un mes, yo fui el primero pero se me estaba haciendo sumamente difícil reconocer el olor del vampiro por que nunca lo había percibido antes y las historias que nos iban contando sobre esas criaturas malvadas aún eran inconclusas y tan viejas que, de no haberme convertido yo mismo en un monstruo, costaría creerme una sola palabra, mi padre era muy bueno contándolas pero no coincidían los años con la edad que tenía y llegué a pensar que todo era un invento para que mejorarán nuestras técnicas de defensa y transformación lobezna.

Me había detenido en la mitad de la carretera más solitaria de todo Forks con la intención de, en medio de ella, dar un gran salto y trasformame lo más rápido que ningún ojo allá podido ver, debía lograr sorprender a Billy con mis avances ya que me aseguraba que los lobos de antes eran las intrépidos que los de ahora y también más fuertes.

Eso me sacaba de quicio. Yo quería ser un orgullo para él.... pero ese estúpido hombrecito con dinero en lugar de pasar por un lado y seguir su camino se preocupó de que yo estuviera intentando matarme allí en medio de la nada, no entendía la rabia que me provocó el hecho de que cuando oí el vehículo aproximarse calculé que cuando pasará por ese peñasco yo ya habría saltado en forma de lobo y habría desaparecido de allí, pero no fue así, no fui capaz de dejar salir toda mi ira al punto de salir disparado en mis cuatro patas de lobo. Qué hastío, qué impotencia.

-Hijo de puta sigue de largo, no te detengas que estoy furioso, te mataré, lo juro.

El chico se bajó del auto sin ninguna muestra de rabia pero si con un aire preocupado aunque me dijo de primeras.

-eh, ¿querías que te atropellara?

Me causó diversión la pregunta entonces sonreí y me detuve a repararle de arriba abajo, se notaba que era un niño de mucho dinero, seguramente hijo de algún abogado o político porque el muchacho parecía igual o incluso menor que yo, su piel era tan blanca que casi iluminaba el alrededor y su cara no parecía de verdad, más bien daba la impresión de que se había caído en un costal de harina antes de salir a pasear en su, para que negarlo, hermoso carro.

-Niño pijo, ¿en esta solitaria carretera quién tan imbécil planearía un suicidio? -vi como quiso golpearse el rostro por lo obvio de mí acertada acotación, seguro tanta belleza no le dejaba pensar coherentemente- Lo que estaba haciendo aquí no es tu problema, lárgate mejor a tu casa de cristal.

Todo salía cómo yo quería, por eso le gustaba tanto ser lo que era aunque sabía que era un mounstruo anti-natural pero valía la pena el mal abjetivo por todas las otras buenas cosas que ganaba con ellas... me gustaría entrar en fase para percibir mejor el aroma del niñito, así en mi forma humana... era demasiado agradable para mi gusto, casi empalagoso.

Me logré ir de allí después de dedicarle una advertencia de que nos volveríamos a ver, lo último que vi fue su cara contraída por la sorpresa de esa afirmación que además era una clara muestra de que planeaba volver a verle, pues sí ¿por qué no?, ¿de qué te sirve ser hombre lobo si no puedes olfatear ese tipo de aromas tan agradables como el que desprendía aquel costal de harina con cara de difunto?

El niño más pijo de todo Forks, pero también el más atento

Fue mi fugaz pensamiento al recordar cómo se había preocupado por mí un desconocido. Tengo que volver a verle, y salir de dudas... Mañana iría de nuevo a esa carretera. Y entré en fase por fin con todos los amolinadores problemas del último mes.

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Hola! les cuento, tengo está nueva historia entre manos y me gustaría saber si les llama la atención. Quisiera actualizar una vez a la semana pero si logro encontrar tiempo extra sería estupendo hacerlo más seguido que eso. Un abrazo a quienes pasaron a leer. Si tienen dudas no duden en preguntar. Gracias por leer ♡♡

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