Capítulo VII

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Edward estaba cerca de llegar a Forks con total desesperación, se imaginaba los peores escenarios que su mente le era capaz de prodigar, incluso temía por la seguridad de su madre o de sus hermanos, su padre le dijo que no se separase demasiado de él y Alice, pero no obedeció, a eso sumado que corría más rápido les llevaba un par de kilómetros de ventaja.

Tener una razón así para desesperarse le hizo sentir más vivo que nunca, más que cuando era humano, era como tener un millón de espinas en su pecho flagelándolo, era increíble la conexión que había logrado ese sentimiento con su cuerpo, su cuerpo estaba recobrando la vida gracias a Jacob, ahora sus manos alcanzaban a desestabilizarse, casi a temblar... Tenía tanto miedo de que algo grave e irreversible le haya ocurrido a su Jake; por fin llegó a la frontera y atravesar Forks fue muy rápido.

Al llegar al hospital se dio cuenta de que no había casi nadie alrededor; pensó que se debía a la hora: eran las seis de la mañana, por un momento él casi olvida que debía actuar como humano entonces regresó unos pasos en medio del pasillo restringido que ya había recorrido bastante sin autorización.

-Niño, ¿es usted sordo? Le dije que no tenía acceso, ¿A quién busca? -la recepcionista era una mujer de mediana edad un poco delgada y con el cabello en forma de cebolla, Edward le dedicó una cortes y preocupada sonrisa.

-Quiero saber sobre un paciente: Jacob Black ¿Sabe de él?

Al ver que era un muchacho educado ella bajó la guardia y después de mirar en su agenda, lo condujo al mismo pasillo que Edward intentó perpetrar, en la primera puerta se detuvo y tocó dos veces.

-Siga -dijo una voz femenina que el vampiro reconoció de inmediato: Esme.

La mujer le dijo a Esme que el joven Black tenía una visita, ella le dijo que estaba bien y se levantó del lado de la cama que ocupaba Jake para abrazar a Edward, ya la recepcionista se había marchado.

-Esme, ¿qué fue lo que pasó?

-Edward no es nada grave, sabes que no soy una experta cocinando y le preparé un pescado a Jacob, según él estaba delicioso... pero al parecer estaba un poco dañado, tuvieron que hacerle un lavado estomacal... -ella apretó las mejillas y frunció los ojos con pena-. En verdad lo siento, hijo.

Para el vampiro no hubo nada más reconfortante que aquellas palabras, su respiración falsa se detuvo de nuevo y se asomó detrás de Esme para contemplar a su lobo dormido, le dedicó una sonrisa a Esme y ella lo dejó solo en la habitación con Jake, toda la situación le enternecía, no quería despertarlo pero necesitaba saber que estaba bien.

Al irse acercando la calidez del lobo le abrazaba la piel, su temperatura era tan maravillosa que provocaba felicidad en Edward... tanta.

Sus dedos de volvieron insoportablemente lentos mientras los conducía delicadamente hasta la clavícula y el cuello desnudo de su Jake, estaba tan cerca de tocarlo que se le volvieron negras las iris por la sed, y no de su sangre, sed de pasión y ansias, él era como un veneno para un suicida desesperado.

Edward no supo en qué momento exactamente había acercado su rostro tanto a aquella parte curva entre el hombro y la oreja del lobo, ni porqué su boca mostraba unos perfectos y lagos colmillos centelleantes, pero por primera vez en su larga vida supo lo que era desear morder a alguien no para beberlo, más bien él deseaba poseerlo, desnudarlo y succionar toda su piel, pegar su cuerpo para encajarse perfectamente en él y no tener que dejarlo ni un segundo... ver el sudor en la piel canela y bronceada de Jake pero sólo por un segundo porque él lamería cada trozo hasta grabar ese exquisito sabor en sus papilas gustativas, se sentía desesperado como nunca antes.

Cerró su boca despacio para intentar controlarse, la respiración robusta del hombre lobo dormido era el único sonido que los acompañaba, y sin pensar, sin atreverse a rechazar esta perfecta oportunidad, se acercó más... un poco más, el choque entre sus labios congelados y los tibios de Jacob le provocaron lo que en su cuerpo casi muerto se llamaría un infarto, si tuviera un corazón vivo éste viajaría a años luz.

-Uhgh -Ese sonido se pensaría que sería que Jacob que era el más sorprendido, con sus ojos como pepas mientras miraba a Edward quien cerraba los ojos y mumuraba cosas-. Uhfg.

La rabia, si ahí estuviera Jasper, sería un sentimiento palpable en esa habitación, también la confusión y sólo un poco -en secreto-. Jacob sentía que estaba satisfecho.

-¿Qué carajos estás haciendo? -las energías que el lobo mantuvo guardadas mientras dormía le ayudaron a que su voz sonara áspera y cruel, casi dolorosa a los oídos del vampiro, se sintió tan mal, terriblemente mal.

-Yo... lo siento... lo siento, no supe contener las ansias, qué estúpido...

-¡Si! un completo estúpido, no te creí capaz de algo así Edward, se supone que somos amigos, y yo no soy un maricón, deja de hacerte esas ideas, mejor vete. Estoy bien.

La mandíbula de Edward se contraía tan fuerte que su oído depredador escuchaba como se rompían sus tejidos, la tristeza le llenó por dentro y dejando una estela de aire huyó acobardado por las hirientes palabras de su Jake... Que tal vez ya no lo era, o aún peor, nunca lo había sido.

En su habitación de hospital Jacob se recostó nuevamente en la cama después de que su ritmo cardíaco empezó a disminuir y su mente se detuvo a analizar las palabras que le había proferido al pobre Edward. No encontraba una forma de arreglarlo, tal vez se había pasado un poco. Pero tampoco iba a permitir que Edward se apresurara tanto en algo que lo tenía tan confundido.

Había hecho lo correcto... O eso fue lo que pensó.

& --------- POV. EDWARD --------&

Ya había llegado a Seattle otra vez, se deshizo del celular y cualquier comunicación, no quería saber de nadie, necesitaba esperar que Jacob se calmase para pedirle disculpas por el delicioso arranque que tuvo.

Fue tan maravilloso.

No estaba realmente arrepentido, pero si sabía que esto podría ser un enorme retroceso en sus planes de conquistar al lobo, admitía también que las palabras que éste le había espetado eran un golpe demasiado duro de asimilar pero prefería pensar solamente en lo qué él estaría pensando de ese Edward impulsivo y abusador que había conocido hoy.

Tenía un apartamento en Seattle y se encontraba allí haciendo zapping mientras bebía de una pantera pequeña que había cazado de camino allí, su sed de sangre se había incrementado considerablemente y los otros dos animales que mató no le fueron suficientes, así que prefirió llevar provisiones.

Sus ojos estaban muy claros, pero con ese tono rojizo que les caracterizaba, en su mente repetía continuamente el momento en que sus labios le permitieron tocar los labios de Jacob, ese calor perfecto, esa suavidad y toda esa corriente sanguínea a través de ellos haciendole cosquillas.

Si, él podía sentir la sangre dentro de un ser humano al momento de tocarlo, un humano era como una bolsa de jugo que se agitaba antes se servir, y un vampiro entendía perfectamente cómo se hacía para que ni una sola vena quedara ocupada.

Eso es lo que más le gustaba de Jacob, tenía tanta sangre de lobo que era casi como haberse alimentado de ella siempre, pero el vampiro sabía que si la probaba sería muy diferente a la de un lobo normal. Pensó, entonces, que no poder beber esa sangre en especial sería su razón más grande para intentar pasar su vida junto a él.

Estás enloqueciendo, Edward, tus pensamientos suenan tan enfermos, yo nunca fui así... Qué me hiciste desgraciado lobo, te anhelo tanto.

Edward sonrió pero en vez de poder ver la televisión tuvo que ponerse en guardia porque sintió la presencia de dos vampiros que no reconoció. Leyó rápido sus mentes y se preocupó, ambos venían directamente a buscarlo, y no pensaban llevarlo para nada bueno.

&Continuará&

Nota: Hola! de verdad muchas gracias a todas las bellas personas que han comentado y dejado votos. en verdad lamento tanto no haber actualizado antes, yo quería, pero tengo demasiadas ocupaciones, voy a tratar de ir escribiendo el siguiente capítulo para que no pasen en suspenso por mi culpa, se les quiere y les deseo muchos éxitos en todos sus proyectos, recuerden que rendirse no es admisible, bye! ♡


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