Capítulo XV

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Tengo que confesarte que hay un nuevo color favorito para mí, y es una mezcla entre miel y rubíes; es brillante e incandescente: son los ojos más extraordinarios que he visto.

-Y sólo te miran a ti -ambos jóvenes estaban tendidos en la sabana de un viejo prado, con el silbido del viento haciendo eco en sus sensibles oídos pero sin desconcentrarlos de mantener su mirada fija el uno en el otro. Jacob sonreía complacido.

-No puedo creer que me atraigas al punto de que no me importe que seas un chico -afirmó el lobo al momento de cerrar los ojos con ambas manos bajo su nuca haciendo que sus músculos se marcarán tanto que resultaba para Edward difícil resistir las ganas de acercase un poco para acariciar la piel suavemente, y se animó más al darse cuenta de que Jacob no cambió su postura ni se incomodó, por el contrario su piel se erizo un poco y suspiró, el vampiro pudo seguir acercando su mano deseosa de más contacto, paseó por el borde de su barbilla y volvió a descender hasta el pecho desnudo del lobo, un suave toque, sólo un roce inocente que robó un ronquido ahogado de la garganta de Jake.

Aunque no estaba seguro de lo que hacía pensó que no había nada más delicioso que el pectoral firme del chico, y lo envolvió en ambos dedos dándole un suave apretón-. Hmm, Edward, no me hagas eso.

-¿Por qué? ¿No te gusta?

-Si me gusta, pero después no vamos a poder parar ¿o tú si?

-Reconoces que no podrías parar, puedo ser el control entre ambos, sabes que tengo mucho... -el vampiro mordió su labio un poco divertido, pero con un color intenso en su mirada, al acecho de un lobo que de repente era tímido y quedó a su merced, desprendiendo un aroma fascinante, un aroma a deseo que Edward identificó a pesar de no tener experiencia y por percibir la respiración agitada del muchacho que le daba un 'si' para seguir adelante con su idea de acercase un poco más, sin prisas...

-Ya no estoy seguro de nada Jacob, de nada... sólo de una cosa: estos momentos contigo se han convertido en mi mayor alegría, ese sentimiento perdido en mi memoria, ha vuelto a aparecer y es por ti...

-Shh -Jake haló impaciente al romántico pero hablador vampiro de su camiseta y fusionó sus bocas en un beso incondicional, sin miramientos y por primera vez sin límites. Ambos cerraron sus ojos dejando que sólo sus bocas se comunicaran, el sonido de la saliva y sus labios chocando era lo único que podían percibir porque hasta la respiración de Jake estaba contenida.

Cuando Edward se aventuró a posar sus manos en la cintura del lobo éste se dio cuenta de que le encantaba el tacto frío del vampiro y la delicadeza con la que intentaba tocarle para no hacerle daño.

-Puedes ser un poco más rudo, no soy de vidrio -aseguró por lo bajo en su oído, y se acercaron imposiblemente más, su piel estaba ardiendo y Edward no escatimó en acariciar todo lo que le fuera posible de esa zona casi con desesperación mientras movía sus labios al compás de los de Jacob, pequeños sonidos escaban de la garganta del lobo, y Edward sabía que esta vez sería diferente, un acercamiento diferente.

-Eddy, no sé cómo hacer estas cosas, ¿Tú si? -tragó saliva-. ¿Cómo se calman estas ansias de comer tu cuerpo? -El vampiro se sentía más que maravillado al contemplar el hermoso sonrojo que adornaba las mejillas de su lobo y los hinchados labios a causa de sus besos, a tal punto que su bajo vientre tembló de excitación.

-No lo sé Jake, yo mismo me siento como un niño -la sonrisa tímida de Edward mientras intentaba expresarse lograba que Jacob se perdiera todavía más en sus ojos y sus labios-. Para mí es nueva cada sensación, cada detalle se atesora en mi memoria.

La mano ágil del lobo lo tumbó sobre sí para atraerlo de nuevo a devorar su boca, su lengua se abrió paso con desesperación en un segundo intento de callar a Edward con su incesante discurso, el cual adoraba porque todo era romance, pero su calor corporal parecía querer encender su cuerpo si no continuaba besando y mordiendo aquella deliciosa boca... cuando su lengua jugueteó en el paladar de Edward, una fuerte punzada de dolor le hizo separarse rápidamente, había rozado los colmillos del vampiro.

InalcanzableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora