Capítulo 1

4.2K 115 6
                                    

Capítulo 1

No me esperaba estar de vuelta en Rusia tan pronto. Ciertamente no quería estarlo.

No es que tuviera algo en contra del lugar. Era un país muy bonito, con una arquitectura con los colores del arco iris y el vodka que podría actuar como combustible para cohetes. Yo estaba muy bien con esas cosas. Mi problema era que la última vez que había estado aquí, casi había sido asesinada (en varias ocasiones) y había terminado siendo drogada y secuestrada por vampiros. Eso es suficiente para que se pierda el interés en cualquier lugar.

Y, sin embargo, cuando mi avión comenzó a vueltas para su aterrizaje en Moscú, sabía que volver aquí era, sin duda correcto.

- ¿Ves eso, Rose - Dimitri le dio golpecitos al vidrio de la ventana, y aunque yo no podía ver su cara, la nota de admiracion en su voz me dijo un mucho - San Basilio.

Me incliné sobre él, apenas captando un atisbo de la famosa catedral multicolor que se veía más como algo que se encontraria en Candy Land*, no en Kremlin. Para mí, era otra atracción turística, pero para él, sabía que significaba mucho más .Este era su regreso a casa, el regreso a una tierra que había creído que nunca volvería a ver bajo el sol, y mucho menos a través de los ojos de los vivos.

Ese edificio, las ciudades de este pais ... no eran solo postales bonitas para él. Representaban más que eso. Representaban su segunda oportunidad en la vida.

Sonriendo, me acomodé en mi asiento. Tenia el de en medio, pero no había manera de que pudiera ser más incómoda que él suyo. Poner a un hombre de metro noventa en la ventana en clase de turista era cruel. Aunque el no se había quejado en todo este tiempo. Nunca lo hacia.

- Es una lastima que no tengamos tiempo para pasar el rato aquí - dije. Moscú era sólo una escala para nosotros.- Vamos a tener que reservar todo nuestro turismo para Siberia. Ya sabes, la tundra. Osos polares.

Dimitri se volvió desde la ventana, y espera que ser reprendida por fomentar los estereotipos. En lugar, me di cuenta por su expresión que no había escuchado nada después de "Siberia". La luz de la mañana iluminaba los rasgos esculpidos de su cara y hacia brillar su cabello castaño y lacio. Nada de eso se podia comparar con el brillo en su interior.

- Ha pasado tanto tiempo desde que he visto Baia - murmuró, con sus ojos oscuros llenos de recuerdos.- Tanto tiempo desde que los he visto. Crees que ... - Me miró, revelando el primer atisbo de nerviosismo que había observado desde el inicio de este viaje.

- ¿Crees que van a estar contento de verme? - Apreté su mano y sentí una pequeña punzada en el pecho. Era tan raro ver a Dimitri inseguro sobre algo. Podía contar con mi mano el número de veces que lo había visto verdaderamente vulnerable. Desde el momento en que nos conocimos, él siempre se había destacado como una de las personas más decididas y confiadas que había conocido. Siempre estaba en movimiento, nunca temeroso de enfrentarse a cualquier amenaza, incluso si eso significaba arriesgar su propia vida. Aun ahora, si un algún monstruo sediento de sangre salia de la cabina del piloto, Dimitri se pondría tranquilamente de pie en un salto y lucharía contra el aunque estuviera armado solo con la tarjeta de la seguridad en el bolsillo del asiento delantero. Imposible, las terribles peleas no le preocupaban. Pero ¿ ver a su familia después de haber pasado un tiempo como un vampiro no-muerto y malvado? Sí, eso si le asustaba.

- Por supuesto que estarán contentos - le aseguré, maravillada ante el cambio en nuestra relación. Había comenzado como su estudiante, necesitada de su confirmación. Me gradué para convertirme en su amante e igual .- Saben que estamos viniendo. Demonios, si hubieras visto la fiesta que dieron cuando pensaban que estabas muerto, camarada. Imagínate la que harán cuando se enteran de que en realidad estas vivo.

HomecomingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora